Mi nombre es Anastasia y vivo en un pueblo cerca de Barcelona. Siempre he considerado que el sentido del humor es mi punto fuerte, y mediante este alter ego me siento libre para escupir todo mi ácido. El nombre viene de la religión americana del Monstruo Espagueti Volador, siempre he sido amante de lo extraño, y lo absurdo cuando me inventaba juegos de palabras o me daba por hacer chistes decía que estaba poseída por el espíritu del Monstruo Espagueti.
Como bien dices, estudié Publicidad en Barcelona, y después me fui a vivir a Londres donde trabajé en una empresa de tecnología en Camden. Estuve allí casi cinco años, aprendí muchísimas cosas, como por ejemplo que no estoy hecha para las oficinas.
En los fríos y duros inviernos de Londres, empecé un blog de escritura libre, donde poco a poco fui incluyendo dibujos. El tema de los dibujos es accidental, jamás pensé que me dedicaría a ello, pero me permite llegar a más gente, me alegro de haber encontrado la manera de expresarme.
El humor es para mí, no solo una forma de enfrentarme al mundo, sino casi una forma de autoterapia. Por mi contacto con el mundo anglosajón, he podido empaparme de una gran cultura humorística, muy compleja y diversa, y en algunos casos, mucho más gamberra que la nuestra, quizá es a lo que tú te refieres con humor negro. El humor es la gran medicina, y la enfermedad es tomarse en serio a uno mismo. Fíjate en gente como Hitler, no tenía pinta de reírse mucho.
Ahora mismo compagino mi vida de Monstruo con la empresa familiar, y menos mal que es así, porque no paro de salir en sitios como "artista" pero ¡esta artista tiene que hacer bastantes más cosas para comer! Mis temas más recurrentes son la relación con uno mismo y con los demás, la frustración y las redes sociales. Tengo una cabeza un poco hiperactiva, siempre ando escribiendo en libretas las cosas que se me ocurren. Luego las releo y cuando surge un chispazo que me hace gracia, entonces me pongo con el dibujo.
Efectivamente. Creo que son como ese niño con cara de ángel al que te acercas a hacer carantoñas y te mete el dedo en el ojo.
Me encanta porque cuando presentaba mi libro me preguntaron si estaba en contra de las tecnologías, y no te imaginas mi cara. Obviamente las tecnologías son una puta maravilla, nos permiten hacer cosas que antes ni hubiésemos soñado. El problema es el uso que se hace de ellas, y el hecho de que las fabriquen pensando en engancharte, tampoco ayuda mucho. Que la autoestima dependa de los likes es triste, y te lo dice una persona que es la primera que vigila como un águila si suben o bajan. Creo que en el futuro habrá una especie de asignatura en el colegio para aprender a gestionarlas. Yo paso demasiadas horas al día en ellas por ser bastante esclava del Instagram. Además, leo mucho menos y mi vocabulario se está empobreciendo, siento que poco a poco mi cerebro va a ser como un atún en escabeche.
El proceso ha sido bastante rápido, teniendo en cuenta que desde que empecé con los dibujos hasta la publicación solo pasó un año y medio. La cuestión de empezar a ilustrar las ideas fue simplemente poder llegar a más gente, y luego le fui cogiendo el gustillo. El factor crucial fue la página de Facebook, y sobre todo el Instagram. Con respecto a lo de conocer a la gente decir que, a pesar de que siempre le he dado bastante al coco, soy la primera sorprendida. Yo pensaba que era una colgada de un pueblo, y resulta que lo que siento conecta con la gente. Es maravilloso.
No me esperaba tanto éxito ni por asomo, lo único que quiero ahora es seguir aprendiendo y tener proyectos.
El proyecto empezó con la idea de una exposición colectiva, a medida que se desarrollaba vimos que podíamos alargarlo en el tiempo y funcionar como colectivo. La selección de las artistas es en torno a la exposición, buscamos que haya una coherencia entre los trabajos y que puedan funcionar como un todo. Para la primera expo buscamos llevar la sensación de navegar en un Tumblr, pero en un espacio físico. Nuestra intención es sencilla, celebrar el arte hecho por mujeres, así como llevar a cabo proyectos colaborativos entre artistas.
Primero puntualizar que no nos consideramos en absoluto abanderadas del feminismo, ¡ni muchísimo menos! Para eso ya está gente con una labor verdaderamente notable como las chicas de Bulbasaur. Nosotras de momento solamente hemos hecho una exposición. Lo que ocurre es que nos esmeramos mucho en la comunicación del proyecto, y se le ha dado repercusión porque se ha percibido como un proyecto fresco y, en cierto modo, puede que más “comercial”. Las fundadoras somos feministas, estamos influenciadas por movimientos como el riot y los colectivos más actuales como The Ardorous, hemos querido hacer algo propio con esas influencias que llevaban años cocinándose en nuestro cerebelo. Chicas Internet quiere centrarse en realizar acciones y exposiciones colectivas, trabajar con ellas los conceptos que nos interesan, como el papel de internet o del selfie, en la construcción de la identidad o en la divulgación del arte, la belleza vista por el ojo femenino, los estereotipos como que la mujer es el sexo débil, o que somos crueles entre nosotras. El uso del color rosa es precisamente porque es el color tradicionalmente femenino y a nosotras nos encanta. Se puede ser femenina, delicada y además una Khaleesi. Chicas Internet, como proyecto, se encuentra también en evolución con nuevas colaboraciones, ahora estamos tramando nuestra siguiente acción para antes de acabar este año pero ¡no puedo dar más pistas!
Podríamos decir que el 2014 ha sido el año de la historia donde más se ha escuchado la palabra feminismo en los medios. A mi juicio es mejor que esté de moda y se hable de él, ya que quizá una chica de 15 años pueda interesarse e investigar sobre lo que significa, y sobre todo, en cómo aplicar ciertos conocimientos a su vida que al final es lo que importa. Como dice Catlin Moran, “nadie quiere formar parte de un club de académicas amargadas que te señalan lo que haces mal”. Por desgracia es la percepción que mucha gente tenía hasta ahora. Sin embargo, si viene Beyoncé y te dice “¡ey! El feminismo mola”, pues mucha gente dirá ¿y eso qué es? Aunque, esta habiendo una lenta transformación social que, como en muchos casos, empieza por el underground, y poco a poco, va calando en todos los aspectos de la sociedad. El que quiera verlo solo como una moda, está cegato o es un pesimista. Lo que sí es cierto es que los medios son especialistas en hacernos aborrecer hasta lo más auténtico, en el 2014 estoy segura de que el feminismo se consideró a nivel comercial como “tendencia”, eso hace que la gente lo aborrezca y le parezca un coñazo. Recuerdo descojonarme cuando Karl Lagerfeld montó el desfile de Chanel como una manifestación pro derechos de la mujer. Fue como ¡venga, ahora tú también! Aunque de todos modos estamos acostumbrados a que las marcas se apropien de símbolos culturales, grupos de música e incluso valores, sin ningún miramiento, obviamente con el único propósito de hacer caja, así que con esto no iba a ser diferente.
Una vez más, las redes sociales han facilitado la creación de contenidos independientes, eso ha favorecido que surjan artistas como las que mencionas, accesibles para todos y con un discurso implícito que habla de libertad sexual, de belleza no-tradicional, y también de nuevas estéticas. Eso está cambiando las reglas de juego. Parece ser que, el fin de la tiranía estética que hemos vivido hasta ahora, está más relacionada de lo que pensamos con otras tiranías más profundas, y esa idea me parece fascinante para seguir desarrollando en el plano artístico porque sigue dando de sí. No creo que sea coincidencia que fuera justo en el año 2014 cuando el feminismo estaba en boca de todos, que empezamos a oír hablar tanto de modelos de tallas grandes, o de agencias especializadas en modelos diferentes como la Anti-Agency.
Lo que quiero es seguir aprendiendo y currando mucho. Ahora me lo tomo con más calma, lo compagino con otro trabajo que me permite cierta libertad, ya que de momento no me da para vivir. Quizá para el año que viene me plantee empezar otro libro. Os aseguro que hay monstruo para rato.







