Mientras los filtros amenazan con convertirse en parte de nuestro atuendo diario y los tutoriales impartidos por ‘expertos’ en todas las disciplinas habidas y por haber no dejan de ganar terreno, el personaje creado por Ana Esmith lo apuesta todo al silencio, al beige y a la libre interpretación. “En el proceso de creación hay que eliminar para alcanzar claridad y, en este caso, la voz solo manchaba la imagen”, explica la actriz, periodista y artista en el sentido más amplio de la palabra, quien regresó a su Madrid natal tras más de 15 años viviendo en el extranjero, y acabó dando vida a la ya conocida como ‘heroína de la normalidad’.
Su performance Paseo el Glovo, en la que recorría las instalaciones de la feria de arte contemporáneo ARCO con la enorme mochila amarilla que cargan a diario los riders, le valió su expulsión del pabellón de Ifema que acogía el evento. Y no, no fue el martillo que portaba en su bolso lo que alertó al personal de seguridad, sino la molestia y el desconcierto consecuencia de su intervención artística. “Dice mucho de lo que es peligroso y lo que no”, añade la creadora. Miss Beige es denuncia, crítica y sarcasmo. Es un personaje creado a conciencia, pero no por ello menos humano que el resto de miembros de la sociedad en la que se integra para materializar sus ideas. “Decido salir a la calle, el espacio público por excelencia, para poder interactuar con las miradas y las reacciones ajenas”, explica Ana en relación al proceso de humanización de su particular justiciera.
Ya sea camuflada entre los Guerreros de Xian o sumergida hasta la rodilla en las abarrotadas playas del litoral levantino, Miss Beige no pasa desapercibida. Y es que, detrás de su evidente hieratismo y su aparente apatía, se esconde un profundo discurso (no verbal) con el que invita a debatir sobre la concepción del género o las connotaciones de la apariencia. “Cuestiona los estereotipos establecidos que han influido en quién queremos ser y cómo queremos mostrarnos”, comenta. Es precisamente esta autonomía en la interpretación del mensaje la que conmueve a la madrileña, para quien una performance que promoviese el pensamiento único sería una auténtica aberración. “Si todo el mundo entendiera lo mismo, ¡menudo fracaso!”. Su estética, tan comedia como atrevida, llegó incluso a oídos de Balenciaga, invitándola a participar en su desfile (pospuesto por la pandemia) como Miss Beige. “A ver qué pasa en 2021”.