El proceso de selección me ha resultado bastante fácil. Me comunicaron las temáticas que tenía que abordar en relación con la exposición La luz negra, y en seguida pensé que se tenía que entender el ciclo de este año junto la idea de iluminación. Me parecía bonito. Originalmente, el cine se llamaba ‘pantomimas luminosas’, por eso me gustaba volver a sus orígenes, cuando era entendido como un espectáculo mágico, ilusionista. Es por eso que para la primera parte del ciclo aposté directamente por la magia; después, para la segunda, por la lisergia, y finalmente, por el ocultismo.
Quise seleccionar películas que siguieran la línea de esas tres ideas. Me fue fácil desde el principio porque a mí ya me gusta cierto tipo de cine y la cultura popular. Dentro de ella, soy aficionada a lo fantástico, al cine de terror, a lo misterioso. ¡Así que lo tenía clarísimo! Las nueve que propuse y pedí son las nueve que están. Es más, hay concretamente dos que yo siempre había querido programar, como por ejemplo La torre de los siete jorobados y Mondo cane.
Como programadora y comisaria, hacía muchos años que venía diciendo, “Ojalá haya un día donde pueda ponerlas”. Hay alguna que otra que, para mí, es una película fetiche. Por eso, cuando me ofrecieron programar Gandules ‘18 sobre estas temáticas dije, “Sí, claro, ¡y os voy a decir hoy mismo lo que voy a poner!”