“En lo más superficial, no me apasiona demasiado el mundo de la moda”, enuncia rotundamente Mateo antes de arrancar la entrevista, en un primer interrogante en el que le pedimos que se autodefina. Está claro que al joven diseñador, en cuyo perfil internacional confluyen lugares tan dispares como Colombia o Londres (a los que ahora se suma Madrid, ciudad en la que hará su debut sobre las pasarelas), no le interesa el iridiscente halo de purpurina que rodea el sector al que dedica su vida. Velásquez deja atrás la corteza y el manto para sumergirse de lleno en el núcleo de la cuestión, abordando temas que van desde el género y los espacios LGTBIQ+, hasta la innovación continua y la creación sostenible por parte de las marcas emergentes.
Su discurso se debate entre el sentimiento de pertenencia y el camino único de cada individuo. Y es que el creativo, graduado por Central Saint Martins y participante de la última edición de Bilbao Internartional Art & Fashion, no concibe un futuro exento de colaboraciones creativas, siempre y cuando todas las partes alcen la voz para reivindicar su identidad. “Debemos luchar contra la homogeneidad y recuperar ese tipo de familias y seguridad que se podían encontrar dentro de una comunidad donde puedes ser tú mismo”, explica. Eso es precisamente lo que persigue con su nueva colección, Leather Boys II. Nos lo cuenta su artífice, quien trabaja a contrarreloj para que el desfile retrate la idea que tiene en mente desde hace meses.