‘Hacedora’ de naturaleza, la madrileña no duda en recurrir a otras disciplinas artísticas cuando su cuerpo se lo exige. “En muchos momentos, mi cabeza no para de escribir pero no soy capaz de hacerlo, entonces lo hago de otras maneras”. Ganadora del Premio de Poesía Joven Pablo García Baena por su obra Nieve antigua, ahora presenta su último trabajo, Misericordia (Letraversal). Un viaje por los límites del yo interior y físico engendrado desde la honestidad –valor más importante para la autora–, que completa su significado en manos del lector. Y es que, el propósito final de la poeta es que cada sujeto se tome la licencia de hacer suyo lo que ella escribe.