Para lograr este sello musical tan marcado han sido fundamentales dos cosas: la primera, una producción impecable, llena de matices y capas, donde reluce principalmente la manufactura de Pedro LaDroga y la de Garzi. Ambos productores están más que acostumbrados a saber crear bombazos comerciales sin perder de vista la identidad de Sioke, como se hace notar en los sencillos Bambambam o Soltera, en colaboración con África.
Y en segundo lugar, un concepto muy fuerte alrededor de las ideas del motto y el ideal, una forma única de contemplar las luchas de fuerzas existenciales. Todo ello, en un envoltorio de metal líquido y visuales cutes pero potentes.