Martinessi dice confiar en la capacidad del cine para destruir prejuicios y cegueras. Por eso ha hecho de Las herederas algo tan valiente como paradójico y necesario, capaz de denunciar la hipocresía social. Una película sobre el paso del tiempo, el derrumbe de las élites privilegiadas y la pérdida de estatus; sobre la memoria histórica y la identidad. Una película sobre la dignidad y los prejuicios, sobre el deseo y la culpa.