La actriz catalana que triunfa en el teatro Lara de Madrid con Burundanga, salta a la televisión con Gym Tony, se siente tentada por el cine y, de manera amateur, por la fotografía. Descubrimos sus nuevos proyectos y su pasión por el Rastro y las aves.
¿Cuándo y por qué decidiste ser actriz?
Hay una parte inconsciente cuando eres pequeña, te apuntas a clases de teatro, baile, y te gusta todo eso, pero como afición. Con dieciséis años una amiga que estaba en una agencia de modelos me llevó a un desfile, yo acabe desfilando y me picó el gusanillo. Me llevó a su agencia y empecé a hacer publicidad. Cuando llegó el momento de ir a la universidad, me interesó la psicología y me matriculé. A la vez empecé una formación actoral más seria y compaginaba las dos. No podía hacerlo todo y quería centrarme en la interpretación por lo que dejé la carrera. Hice las pruebas para el Instituto del Teatro en Barcelona y me quedé fuera por cinco plazas. Decidí irme a Londres, y apuntarme en una escuela pequeña, The Academy. Fui a probar, pero ese año fue revelador. Al año y medio fui de vacaciones a Madrid a ver a una amiga y me enamoré de la ciudad. La primera vez que fui al Rastro descubrí mi hábitat. Fue un pálpito, algo que te entra muy fuerte. Sabía que para empezar a trabajar, Madrid era el sitio correcto. Y hasta hoy.
Es una profesión que conlleva un constante rechazo, por parte de directores y agentes de casting. ¿Cuánto tiempo cuesta acostumbrarse al No?
Lo sufro, no lo niego, en realidad todos sufrimos eso. Es una condición sine qua non. Al igual que tú has decidido ponerte un jersey, un director decide poner a esta actriz en vez de a otra. Significa que todo el mundo tiene derecho a elegir y nada más. Es verdad que molesta pero tienes que hacer un ejercicio de seguridad.
El momento más dulce de tu carrera.
Disfruté mucho de la obra Adiós a la infancia en el Lliure de Gràcia dirigida por Oriol Broggi. Era la primera vez que actuaba en Barcelona, mi ciudad, con mi familia, fue un momento especial. También me hizo mucha ilusión actuar en Amar en tiempos revueltos. Fue un proyecto largo para lo que yo he hecho en televisión, varios meses de trabajo y al personaje le pasaban muchas cosas.
¿Qué futuros proyectos tienes entre manos?
Voy a combinar Burundanga (teatro Lara), dónde llevo dos años y medio, con la televisión. Estoy muy ilusionada con Merlí, una nueva serie dirigida por Eduard Cortés para TV3 que he empezado a rodar esta semana, y donde interpreto a una joven profesora de instituto. Pronto volveré a Gym Tony, ahí soy Luna, la hermana pequeña de Tony (Iván Massegué), una hippy que ha descubierto su verdadera vocación como empresaria y que le pone los puntos sobre la íes a su hermano en cuanto a la gestión del local. Y el pasado abril rodé un episodio de la tercera temporada de Crossing Lines, una serie inglesa. Aluciné con el despliegue de medios y todo el equipo de profesionales que tienen. En cine, en breve se estrena El discurso de Navidad, un mediometraje que rodé con Daniel Grao en noviembre, dirigido por Cristina Bodelón y Nacho de Vicente. La libertad que nos dieron los directores, la conexión con Dani y su talento, han hecho de ese rodaje una de las experiencias más geniales que he tenido hasta ahora trabajando. ¡Me encantaría volver a rodar con los tres!
¿Qué diferencias aprecias entre cine, teatro y televisión?
Por ahora en el teatro es donde he pasado más tiempo y por tanto lo que más conozco. Me siento muy cómoda en el escenario y la famosa adrenalina que te genera la presencia del público es algo que se siente muy fuerte y hasta te diría que es un poco adictivo. Creo que la parte más exigente es la repetición, estar todas las noches dispuesta a salir ahí con toda la energía y concentración, después de muchas funciones a veces supone una lucha contigo misma. Deseo que nunca me falte el teatro. En televisión tengo la sensación de que se puede aprender mucho, sobre todo porque los proyectos tienen continuidad. En cine he trabajado poquito pero cada oportunidad que he tenido la he disfrutado muchísimo. En el rodaje de Barcelona, nit d'estiu me lo pasé de maravilla y trabajar en esa película me ha traído cosas muy buenas.
¿Cómo preparas un personaje? ¿Qué pasos sigues?
Para mí lo primero es hacer un buen análisis del texto, saber qué es lo que pasa en cada escena o secuencia, y de ahí me hago una idea general de cómo es el personaje y qué necesita la historia. Cuando creo que he entendido las intenciones, memorizo el texto, y en los ensayos siempre surgen nuevas ideas o dudas, que trabajando con el director y los compañeros se van resolviendo. La música también es una buena herramienta para mí y casi siempre encuentro una canción para cada personaje, que me inspira y me ayuda a identificarme con él.
¿Cuándo y por qué surge tu afición a la fotografía?
En el Rastro me compré una cámara y empecé a hacer fotos. Tenía la sensación de que no había tenido muchos hobbies, por el tema de ser actriz, ya que es muy endogámico y monotemático. La fotografía es algo muy creativo en lo que no necesitas tener mucha gente para hacerlo. Tú solo con tu cámara puedes. Todo lo contrario a actuar, que por lo menos necesitas un espectador, dependes de alguien. Con el tiempo y por casualidad me eché un novio fotógrafo y todo esto se potenció. Me han surgido trabajos pequeños como un reportaje para una revista o un making of de una campaña de Springfield. Las cosas han ido apareciendo pero sin la presión de ser profesional, todo lo que tiene que ver con esto tiene que ser muy tranquilo, natural y ante todo la fotografía es para mi propio disfrute. No tengo ninguna intención de dedicarme a la fotografía de manera profesional, ser amateur tiene cosas muy buenas.
Tu padre es el creador de la enciclopedia de las aves, la biblia de la ornitología mundial, un trabajo admirado por la comunidad científica internacional. ¿Cómo ha influido en ti?
Mi padre es una figura muy importante en mi vida. Es una persona muy peculiar, no por su trabajo, sino como ser humano y me ha marcado mucho en mi forma de ser. Es médico de formación e hizo un programa en TV3, Curarse en salud. Cuando yo tenía cuatro años empezó con la enciclopedia, no había ninguna sobre aves y decidió hacerla. Iba con él a ver pájaros, entre mis primeros juguetes estuvieron unos prismáticos y tengo libretas con anotaciones de todas las aves que veía. Toda la familia hacíamos un viaje mínimo cada año, a África, a Asia…para observar las distintas especies. Para él era trabajo, lo disfrutaba pero era muy sacrificado. Gracias a él sé más de pájaros que la media, aunque ahora estoy más desinformada pero si tengo alguna duda solo tengo que preguntarle. He tenido su ejemplo, tener a alguien que se dedica a una cosa bastante complicada, remota, y que ha conseguido vivir bien de lo que le gusta.
¿Cómo es un día cualquiera en la vida de Mar del Hoyo?
Mi vida es muy normal: me gusta ir al cine con mi chico, leer, estar con mis amigos, pasear a mi perra…. Lo único es que dependiendo del trabajo, tengo más o menos tiempo. Esta profesión es bastante cambiante así que me voy adaptando en función del momento y por eso no tengo demasiadas rutinas.
Un papel que te hubiera gustado interpretar
Gena Rowlands en Opening Night o en Una mujer bajo la influencia, ambas de John Cassavetes.
Si no fueras actriz serías…
Pienso mucho en eso y me interesan cosas muy diversas… Me imagino muchos tipos de vida diferentes. A veces hasta sueño con ser florista (risas).
Un director con el que sueñes con trabajar.
Hay un montón. En España con Jonás Trueba y en el extranjero con Wes Anderson.
Tu actriz y actor favorito.
Gena Rowlands y Bill Murray están entre una larga lista.
Un fotógrafo.
Adriá Cañameras.
Una canción.
La canción que me ha inspirado para mi último trabajo: I don’t want to change you de Damien Rice.
Una película que te haga llorar.
Amor de Haneke.
Una película que te haga reír.
El guateque de Blake Edwards.
Una película que podrías ver mil veces.
La Sirenita (risas).
¿Cuál es la última película que has visto que merece la pena?
Magical Girl de Carlos Vermut.
Series favoritas.
No veo muchas series. Ahora mismo Fargo.
Un sueño por cumplir.
Hacer más cine.
Un lema.
“No es lo que me pasa, sino lo que hago con ello”. Pueden suceder muchas cosas pero lo que realmente importa es tu actitud hacia ellas, es lo que marca la diferencia. El enfoque es determinante a la hora de ser feliz, que es lo más importante.
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