Alex me ha dirigido solo en las Brujas de Zugarramurdi pero como productor he colaborado con él en Musarañas, Pieles y En las estrellas. He hecho bastantes cosas con él podría decirse. Tras ver la serie completa, uno de los actores italianos me dijo que mi personaje era el más “Álex de la Iglesia” de todos. Sé que decir esto puede sonar pedante, pero es cierto que quizás ha visto algo en mí, seguramente relacionado con la mirada, con lo histriónica y visceral que puedo ser, que le ha hecho creer que es ideal para su universo cinematográfico. Cuando me veo en sus películas, sí que pienso que he entendido su mundo y que encajo bien en la historia. Siempre que veo uno de sus trabajos y no estoy en él, me da rabia y digo, ¡mecachis en la mar! Creo que por el tipo de actriz que soy, con mi mirada, puedo saltar del terror al drama o la comedia con mucha facilidad, y sus películas se mueven por esos géneros. Creo que mi mirada tiene algo que ver también. Álex es una persona muy, muy, muy exigente. Hay una cosa que la tienen la mayoría de directores, que también ejercen como guionistas que les diferencia de los que no lo son: que se saben al pie de la letra todo. Ellos han creado a los personajes y los conocen como nadie. Álex te deja bastante libertad; se ensaya poco, aparte de que yo no soy una actriz muy de ensayar, prefiero absolver la energía del entorno. Te da unas pautas muy claras y se trabaja muy rápido; rueda muchos planos y exige al actor tener los cinco sentidos puestos en lo que hace.Todo es muy inmediato. Creo que no le gustan mucho las tonterías típicas de los actores.