Lucía nos habla de cómo los desastres que sufrimos irremediablemente en nuestras vidas nos hacen construirnos como podemos, y no como queremos. Y de la suerte de seguir en pie haciendo lo que le apasiona, la escultura. Tal y como ella nos cuenta, su escultura es muy de piel, muy frágil, pero también puede ser muy sexual, muy de chorro. Son todo sugerencias.