El material es, para Olga Dubovik, lo más importante a la hora de hacer sus bolsos. Sin embargo, las técnicas tradicionales, el coser a mano, y el estar en contacto directo en cada proceso de creación de una pieza también es vital, claro. Nació en Siberia pero a los trece llegó a Barcelona, y ahora vive con su pareja y tres hijos en una masía cerca de Igualada. “La vida en el campo es pausada pero en un constante proceso de transformación. Solo tienes que aprender a observar”, nos dice. Y esta pasión por lo natural y por el cambio constante se ve en los bolsos de
Lubochka, modelos que combinan lo práctico, lo bello y lo simple a la perfección.