Louis Vuitton presentó en su flagship store de Barcelona su nueva colección FW2015, y lo hizo de una manera muy especial. La ilustradora Carmen García Huerta fue la encargada de mostrarnos las nuevas propuestas de Nicolas Ghesquière con sus ilustraciones en directo.
Las características principales de la nueva colección son la comodidad y la versatilidad. Ghesquière propone piezas con materiales elásticos, ligeros y confortables, y una silueta que marca un juego de contrastes y materiales. Tejidos nobles y lujosos son reinterpretados de modo ingenioso, confiriendo a la prendas un aire actual, como los vestidos lenceros combinados con piel, los vestidos mini, las blusas de hombros volumétricos o los abrigos de piel. Hablamos con Carmen para que nos haga un balance de la jornada.
Antes que nada, la editorial Taschen te ha seleccionado como una de los cien mejores ilustradores internacionales, ¿qué se siente?
Alegría, incredulidad y un orgullo enorme, claro. Le debo mucho a Taschen y al editor Julius Wiedemann, que ha contado conmigo en varias series de Illustration Now en los últimos años, y estoy especialmente agradecida de haber sido incluida en esta última selección de los 100 mejores.
Has trabajado con grandes marcas y publicaciones de moda, está claro que la moda es el eje de tu obra pero, ¿qué significa para ti?
Es un universo complejo que cuadra en muchas categorías. La moda es sociología, industria, arte, estética, mutación constante, juego, una herramienta de autoafirmación… Cualquiera de esas dimensiones me fascina, pero para mi trabajo me interesa el aspecto de la creación artística, tanto de los diseñadores como de los editoriales de moda. La producción de la belleza.
Por otro lado, me fastidia el lado frívolo de la moda, y el potencial peligro por su exceso de influencia en la gente joven o insegura, y por supuesto por su controvertida responsabilidad en la construcción del imaginario femenino. Es un tema que da mucho de sí, como podéis ver…
¿Sigues las tendencias? ¿Influyen en tu obra o la inspiración viene por otro lado?
Sigo las tendencias porque ese concepto de mutación continua cada seis meses me fascina, como comentaba antes. Pero más como observadora que como consumidora. Influye directamente en mi obra, desde luego, pero hay muchos otros factores de inspiración fuera de la moda y tendencias.
¿Cuál es tu proceso creativo? ¿Qué necesitas para comenzar a dibujar?
Depende mucho de si es un encargo o un proyecto personal. En general siempre necesito un 'clic' inicial que me impulse a dibujar, un stendhal mínimo que me atrape y ponga el proceso en marcha, que a veces surge por sí mismo (cualquier detalle, una foto, una cara, una planta, una prenda), y otras veces surge de una idea interior.
¿Son tus ilustraciones una manera de canalizar todo lo que sientes? ¿Hay algo de ti misma en ellas?
Sí, hay mucho de mí. Tanto en las más personales como en los encargos que me satisfacen. Son mi expresión en el mundo, así que intento cuidarlas y que sean sinceras.
¿Cómo te has preparado para este proyecto junto a Louis Vuitton? ¿Habías hecho algo parecido antes?
He practicado los días previos esbozando la colección a partir de las fotos de pasarela y campaña, ya que mi manera habitual de dibujar es mucho más lenta de lo que requería el proyecto, pues tiendo a ser muy detallista y trabajar mucho los volúmenes. Esta vez era necesario resolver en pocos trazos y además en público, algo a lo que no estoy acostumbrada, salvo alguna ocasión en que sí he dibujado gran formato en calle con transeúntes como espectadores.
¿Cómo ha sido la experiencia?
Estupenda y bastante trepidante. Ha sido un máster en velocidad y concentración. Me ha encantado el contacto con todo tipo de gente, comprobar que las personas son respetuosas y agradables con tu trabajo, y tratar con el personal de Louis Vuitton, que me han hecho sentir muy cómoda.
Supongo que ilustrar en directo requiere una preparación, ¿hay tiempo para el bloqueo y la improvisación?
Yo me hice ilustradora porque es un trabajo ermitaño, sin observadores. Convertir un arte solitario como el dibujo en un arte escénico es algo que me intimida un poco, ya que estoy muy lejos de ser actriz o violinista (por ejemplo), pero a la vez tiene algo de subidón de adrenalina bastante estimulante, y las marcas vienen demandando cada vez más la ilustración como espectáculo. Es imprescindible ir mentalizado y concentrado, y habiendo practicado bastante; pero una vez en harina, las cosas fluyen mejor de lo que pensabas y además ya digo que la gente suele ser generosa, en ningún momento sientes que alguien te esté juzgando, más bien notas el respeto y la admiración de los que se acercan, y todo eso facilita la improvisación.
Por último, ¿qué consejo le darías a una persona que quiere comenzar en el mundo de la ilustración?
Dibujar sin parar, ser muy autocrítico, compartir mucho en las redes sociales (yo he llegado muy tarde) pero siempre después de haber ejercido esa autocrítica en solitario; estar al corriente de las tendencias en ilustración pero no demasiado, buscar más dentro del Museo del Prado que de Instagram, y motivarse con la experiencia de los grandes: “Cuando vas derecho a por algo, solo te tienes a ti mismo. El sol es un millar de rayos en tu vientre. Todo lo demás no es nada.” Picasso dixit.
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