“Me apellido Pan y pinto platos” es una presentación sin artificios que define muy bien la esencia y carácter sencillo y natural de Bárbara Pan de Soraluce. Una frase que -como casi todo lo que tiene que ver con la imagen de
Los Platos de Pan- se le ocurrió a su hija, y se ajusta a la identidad de un negocio muy personal que empezó sin ninguna pretensión. Licenciada en Bellas Artes y Restauración, Bárbara viene de una familia en la que se fomentaba muchísimo la creatividad: sus hermanos pintan y esculpen, tocan instrumentos y cantan; una cualidad artística que formó parte de su vida desde que era una niña.