Sentada en una mesa en la pastelería de autor madrileña, Cardo & Olivo, todo un must para los amantes de los rincones con encanto donde mantener conversaciones que hagan aflorar los sentimientos, me recibe nuestra protagonista del día, Lapili. Sonriente, relajada y dispuesta a compartir un sinfín de reflexiones y experiencias, la polifacética artista nos invita a recorrer su corta pero intensa trayectoria en la escena musical después de haber lanzado su última canción, La manada. Pero no solo hablamos de música en este encuentro. De la danza al arte textil, pasando por los 4 años que vivió en Granada, la influencia de su tío David en el desarrollo de su universo artístico o sus revitalizantes viajes a Ghana. ¿Quieres saber más? ¡Sigue leyendo!
Lapili no tiene problema en hablar de su paso por Factor X, su primera aparición en televisión al ritmo de Cómeme el dónut. Sin embargo, sí reconoce estar cansada de ese público que parece haberse quedado anclado en esta etapa sin haber prestado demasiada atención a su crecimiento profesional. “Es una pincelada, cuando comienzo y no tengo ni idea de hacer música, pero luego he sacado un montón de cosas potentes”, reivindica con determinación. Razón no le falta. La artista originaria de Ciudad Real acaba de actuar frente a un abarrotado Wizink Center en Madrid y se ha coronado en el mismísimo Palau Sant Jordi en Barcelona como telonera de Bomba Estéreo. Ni más ni menos.

A 2 meses de lanzar su primer álbum, Piligrossa, nos encontramos con Lapili para recorrer su trayectoria. Una trayectoria en la que el autoconocimiento, la superación de obstáculos y la firme creencia en sí misma no pueden pasarse por alto. Esta Piscis con una personalidad arrolladora deja huella por donde pasa. De Accra a Santiago de Chile, sus singles se reproducen en lugares insospechados y promete seguir dando que hablar por muchos años más.
“Todavía sigo en estado de euforia de lo que hemos vivido estos últimos días”, compartías hace unas semanas en tu perfil de Instagram con tus más de ochenta mil seguidores. Cuéntanos, ¿qué ha pasado? ¿Dónde has estado y cómo te sientes?
Vengo de hacer dos de los arenas más grandes de España, el Wizink Center y el Sant Jordi. ¡Ha sido un sueño! Hemos abierto el show de Bomba Estéreo, he llevado el show que quiero llevar de ahora en adelante, acompañada en todo momento de mis tres músicas, mi banda. Llevo una percusionista, una teclista y una DJ que nos ayuda con toda la parte de dirección musical. También llevo cuatro bailarinas. Somos ocho en el escenario, más todo el equipo que hay detrás, ¡este es el show que yo quiero! Estoy a gustísimo trabajando con mujeres, es una energía increíble, poderosa e inspiradora. En todo el sistema de trabajo hay una energía de empatía y de cuidados, todas lo estamos valorando un montón y dándonos cuenta de que es algo súper importante.
¿Estabas nerviosa antes de salir al escenario? ¿Cómo te sentías?
En el primero sí. Yo estoy comenzando, estoy empezando en la música ahora. Entonces, claro, no tengo una infraestructura de equipo tan grande como para delegar un montón de funciones. Casi todo depende de mí, y, como tengo que estar gestionando tantísimas cosas, eso me crea aún más nervios. Pero eso, una vez hicimos el del Wizink ya estaba todo muy controlado para hacer el del Palau. ¡Y estuve mucho más disfrutona!
Este reconocimiento llega pocos días después de haber lanzado tu single y videoclip La manada, tercer lanzamiento de tu próximo álbum y uno de los más importantes, ¿no es así?
Así es. A mí me pasa a veces que escribo canciones en un estado de conexión conmigo misma muy fuerte. Cuando estoy en ese estado todo fluye muy fácilmente, y esa canción es producto precisamente de uno de esos momentos. La hicimos en Londres y representa todo eso, es la canción de amor más bonita que he escrito en mi vida. Está dedicada a mis hermanas, a mis amigas, y es una de las más importantes para mí del álbum; por todo lo que significa y por toda la facilidad que tuve al escribirla. Si ves la letra y la composición de la canción, te das cuenta de que no es un tema sencillo a la hora de escribir ni de componer.
La letra de este nuevo tema es una oda en mayúsculas a la sororidad. Y no debemos pasar por alto la fantástica pieza visual que lo acompaña dirigida por Jorge Rico. ¿Cómo fue la grabación del vídeo? ¿Alguna anécdota que quieras compartir con nosotros?
Fue súper guay. Jorge encontró la localización en Guadalajara, en un laguito, una especie de estanque. Todas las que salen en el vídeo son mis amigas de verdad. Tuvimos un día de cuidados, maquillándonos y peinándonos. Nos fuimos para allá en dos furgonetas y estuvimos todo el día de arriba para abajo, con el vestido que realicé en colaboración con Textilfy que me cedieron el tejido. Lo estuve cosiendo unos días antes en Ciudad Real, me estaba volviendo loca. ¡Treinta y cuatro metros de tela! Además, mi perro, Carolo, pasaba alrededor todo el rato (risas).
¡Carolo, me encanta el nombre!
¡Sí! (Risas). Lo adoptamos de una proyectora hace mucho. Estaba flipando con tanta tela, llenando todo de pelos. Yo solo rezaba para que ninguna de mis amigas le tuviese alergia al perro (risas).
Si seguimos profundizando en este último post de Instagram, nos topamos con una reflexión que va más allá de tus últimas experiencias. “El entorno que he tenido y la sociedad siempre se ha encargado de decirme que no soy buena para esto, que no me lo merezco y que no era posible conseguir lo que esa niña quería y sabía que era para ella tan ciegamente”, añades. ¿Qué era lo que quería Lapili niña, con qué soñabas cuando eras pequeña?
A mí me preguntaban de pequeña qué quería hacer, con 2 o 3 años, y yo les decía que quería estar encima de un escenario, bailando, cantando y haciéndome mi propia ropa. Siempre he respondido eso, lo tenía muy claro. La gente me preguntaba qué quería ser de verdad, como si fuese una cosa que decía porque era pequeña. Es súper fuerte que todos tenemos esa voz interna que muchas veces es difícil de escuchar cuando eres adulto. Y esa voz interna es exactamente lo que ha ocurrido. Además, mi forma de entrar en la música fue muy fortuita, yo no lo estaba buscando justamente por ese trauma que tenía después de que me dijesen tantas veces que no podía estar en esto.
¿Alguien confió desde el principio en ti, en tu faceta como artista, tal vez en tu familia o en tu círculo de amigos más cercanos?
Dentro de mi familia, no.
Lapili Metalmagazine 4.jpg
¿Sientes que estás callando muchas bocas a medida que avanzas en tu carrera profesional?
Sí, sobre todo tuve esta sensación cuando actuamos en Ciudad Real, que es donde comenzamos los shows con la banda en septiembre. Al final, Ciudad Real ha sido una ciudad que me ha traumado mucho. Un lugar en el que siempre he tenido que estar a la guerra. Allí he vivido bullying y un montón de cosas, entonces sí que fue bastante emotivo, que el primer show fuese allí. Y sí, más que cerrar bocas pienso en trascender la energía. Pensaba mucho más en eso, en llegar yo ahora sanada con todo el trabajo que he hecho en terapia y demás después de haber vivido todas esas situaciones allí, y como puedo ser una herramienta o un apoyo para adolescentes que hayan vivido o estén viviendo la misma situación que yo experimenté.
¿Te encontraste en este show a aquellos que te hicieron bullying en su momento?
No, la verdad es que no me los he vuelto a encontrar. Me encontré a una profesora, porque yo sufría bulliyng de profesores también, que siempre ser reía de mí porque bailaba y demás. Me acuerdo que me preguntó que si de esto se ganaba bien, o algo así. Pensé que era una maleducada, estaba harta de ella. A mí a veces me da la vena drag y le dije: “mira, cariño, no te voy a decir cuanto gano o dejo de ganar. Pero sí te digo que es más que un sueldo de maestro”. (Risas). Se quedó muerta.
Desde que te conocemos como personaje público, siempre has mostrado una enorme seguridad en ti misma. Un envidiable temple acompañado de un fortísimo empoderamiento que ha cautivado cada vez a más personas. ¿Siempre te has sentido así, o es el resultado de un proceso de introspección y trabajo personal?
Es fruto de mucho trabajo personal, la verdad es que sí, y de trabajo con la psicóloga. Pero también, y esto siempre lo digo, la mayor parte de mi empoderamiento y de seguridad con mi cuerpo viene de que, por suerte, desde muy pequeña he tenido acceso a consumir música y, por lo tanto, videoclips de música africana y jamaicana. Ver a las bailarinas hacía que me dijese a mí misma: “cuando sea mayor, mi cuerpo se va a parecer a eso”. En la tele de España solo estaban Christina Aguilera, Shakira y cosas así. Incluso me acuerdo de un momento, cuando era pequeña, de titulares que hablaban de cómo Shakira había adelgazado para que la industria la aceptase. Shakira antes era más gorda y la hicieron perder muchos kilos, y a mí la información que me llegaba era esa. Pero a la vez lo que yo consumía era Missy Elliott, con este tipo de cosas que me hacían decirme, “no voy a ser negra de mayor, pero me gusta esto y me siento más cómoda”.
Y esta conexión con artistas que iban más allá de lo que llegaba o se popularizó en España, ¿la vivías en soledad o la compartías con amigxs?
Esto sobre todo fue por mi tío. Tengo un tío con el que me llevo pocos años que siempre ha estado metido en el hip hop americano. Él siempre me ponía su música y a mí me encantaba. Creo que un día saltó un tema que era una colaboración con Sizzla o alguien más del reggae. Me quedé fascinada con esto, me encantó.
Sí podemos decir entonces que dentro de tu familia ha habido una figura importante en el desarrolló de tu pasión por la música y tu descubrimiento de la misma.
Efectivamente, sí. Él me ha enseñado todo eso, mi tío David.
¿Cuáles crees que son tus puntos fuertes como artista? ¿Qué es lo que te hace conectar tan bien con tu público?
Yo creo que tiene que ver con toda la parte de la seguridad en mí misma. Y también con lo diferente, aunque para mí no es diferente. La cosa es que estamos acostumbradas a que la industria nos dé sota, caballo y rey, es todo el rato lo mismo. Creo que eso es lo que hace conectar, y que soy yo todo el rato. No hay un personaje creado, soy yo tal cual.
He querido rescatar una entrevista que concediste en 2018, pocos meses después de haber estrenado uno de tus singles más virales, Muslona. Por aquel entonces, decías entender la vida como un hilo en el cual pasan distintas cosas. ¿Cómo es ese hilo ahora?
Ahora mismo ese hilo está muy bien hilado, muy fuerte y consolidado. Es elástico también, está abierto a nuevas cosas. Pero está sólido y consistente.
¿De qué color lo visualizas?
Siempre lo he visto negro.
Como no podía ser de otra forma, el hilo al que te refieres también se ha enredado y ha tenido nudos. ¿Cuáles han sido los momentos más difíciles que has afrontado en los últimos años y cómo los has superado?
Sobre todo el no sentirme apoyada, tanto por parte de la industria como por mis compañeras en la música aquí. Recibo mucho apoyo por parte de colegas de la música de fuera, pero aquí me encuentro muchas veces que existe un concepto de sororidad que luego, yo en mi día a día, no lo vivo. A veces me he sentido así, pero ahora que estoy mucho más relajada pienso que todos tenemos nuestro mundo interno y nuestros problemas. Muchas veces el ser más cerrada o menos accesible para según qué cosas también tiene que ver con otros motivos, no hay que juzgar. Cada persona está viviendo su propio drama y está en su propia lucha.
¿Dirías que tienes amigos en la escena musical española a día de hoy?
¡Sí!
¿Hay diferencias entre hombres y mujeres en la industria? ¿Cómo lo percibes?
¡Por supuesto! Es mucho más normal que los hombres, entre ellos, se abran muchas más puertas y hagan más hermandad. Me fastidia tener que hablar de esto porque no sé hasta qué punto aporta. Considero que tendríamos que hacer más piña entre las mujeres para sumar porque si no esto va a ocurrir continuamente, que al final los que suben en números son los hombres y las mujeres para conseguirlo tenemos que hacerse feats con hombres.
Y si hablamos de la escena artística liderada por mujeres, ¿sientes que hay algún país que lleve la delantera?
Más que en un lugar concreto, pienso en las mujeres que están luchando por ello continuamente.
Si tuvieses que quedarte con un hito en tu carrera artística hasta el momento, ¿cuál sería y por qué?
¡Estos dos últimos shows!
El tema al que nos referíamos hace un momento, Muslona, fue parodiado por Silvia Abril y José Corbacho en Tu Cara Me Suena hace unos cuantos años. Todo un logro, ¿no crees? ¿Fue este uno de los momentos más divertidos que has vivido hasta la fecha?
Fue increíble, ¡soy súper fan de Silvia Abril! Tengo muchos amigos que trabajan en tele y me llegó a los oídos que esto iba a ocurrir antes de que se emitiese. Silvia me mandó un audio diciéndome que iba a salir, que lo habían hecho con todo el amor. Le dije que estaba encantada y deseando verlo (risas). Hicimos una quedada con amigos para verlo, fue muy divertido.
¿Qué queda de Lapili que se presentó a las audiciones de Factor X? ¿Y qué ha cambiado desde entonces?
Quedan muchas cosas: el espíritu creativo e irónico, el humor, etc. Ahora sé lo que quiero hacer en la música, he aprendido muchísimo. Y ahora estoy haciendo música, porque para mí, por aquel entonces, yo no hacía música. Tenía más que ver con la performance, con el happening, con el teatro contemporáneo. Tenía más relevancia el concepto, el hacer la percusión con mis muslos y lo que simbolizaba, que el hecho de hacer música. Yo estaba traumada, a mí me decían que no valía para hacer música. Fue a través de eso que me dije a mí misma que sí podía hacerlo, que había llegado el momento de aprender y formarme.
No puedo evitar preguntarte cómo reaccionaron aquellos que te conocía en Ciudad Real cuando te vieron en la tele.
Hubo de todo, desde la gente que me decía “olé tú” hasta un montón de gente que estaba en el hate y que luego me veían por la calle y también me decían “olé tú”. Siéndote honesta, fue con lo que empecé y forma parte de mí, pero al final creo que el público más masivo es más vago o solo tiene interés si algo se hace muy viral. A mí el público que solo conoce de mí esa parte… no considero que sea mi público real.
¿Te cansa que te pregunten por esto?
La verdad es que sí. Han pasado 4 años… Me cansa cuando es solamente eso lo que conocen, si no me da igual. Es una pincelada, cuando comienzo y no tengo ni idea de hacer música, pero luego he sacado un montón de cosas potentes.
Muchos te conocen por tu faceta musical o por la fuerza de tus directos, en los que la danza juega un papel fundamental. Pero lo cierto es que tú vienes del arte textil, ¿no es así?
Eso es. Estudié en Granada, una ciudad que siento súper mía. Desde muy pequeña hemos ido todos los veranos a Baza, hemos creado una especie de familia. Estuve viviendo allí cuatro años mientras estudiaba arte textil. También estudié un poquito de moda, pero finalmente me salí porque estaba de camarera, trabajando en una peluquería. También estaba trabajando en ese momento para Vinila von Bismark, le llevaba su marca allí en Granada. Acababa de empezar la carrera de moda, no estaba bien formada, había un poco de desajuste y los profesores no habían estudiado esa materia. La acababan de formar, pública. Para mí no tenia sentido matarme a trabajar para pagarme una carrera que no sabía qué iba a ocurrir con ella cuando acabase. Me formé mucho de forma autodidacta y me vine a Madrid a currar más de estilista y demás.
Estudiar arte textil fue súper potente, conecté un montón conmigo misma y me di cuenta de que mi imaginario abstracto tenía forma de hilo. Fue una conexión súper profunda, tenía un talento innato para esto. Acabé mis estudios con un proyecto final, Cuerpo teje cuerpo, con el que inventé un telar. Sacamos un modelo de utilidad, la patente y todo, y me llevé el Premio de la Junta de Andalucía de Artes Plásticas.
He leído que, durante unos años, montaste un taller en la antigua Tabacalera de Madrid. ¿Es esto cierto?
Cuando llegué a Madrid, en Tabacalera, ya de por sí, había distintos espacios. Uno de ellos era de costura y serigrafía. Había conocido al chico que llevaba esa parte y me propusieron tener mi taller de costura allí. Yo no tenía taller en Madrid y empecé a llevar ese. Daba una clase gratuita semanalmente a quien quisiese apuntarse, y a cambio yo tenía el taller para mí. Fue una experiencia muy guay, lo tuve que dejar cuando aumentó en volumen de trabajo.
¿Qué es la moda para ti y cómo la proyectas desde tu visión creativa?
Para mí es una forma de expresión artística. Es un arte, pero lo que tiene que ver con la moda de verdad, no lo sujeto a temporadas ni tendnecias. Justo ayer vi un TikTok de Carla Paucar en el que hablaba de eso, y me sentía súper identificada. Por ejemplo, esta moda que estamos viendo mucho ahora y que lo hace Emilia, la de pegarse dos pegatinas debajo de los ojos. Yo he estado haciendo eso durante mucho tiempo, ya en 2018 era mi identidad, y recuerdo que la gente se reía y me preguntaba. Ahora lo lleva todo el mundo. Entonces, lo que yo considero moda es que utilices estas cosas como forma de expresión personal. Lo que macan las grandes firmas me parece dictadura.
¿Siempre has sido una apasionada del upcycling y la segunda mano, o es algo que descubriste con el paso del tiempo?
Yo he hecho upcycling sin saberlo desde que era muy pequeña. Vengo de un barrio, barrio barrio, y mi familia es súper humilde. Como siempre he querido hacerme mi ropa, que por una parte era porque no había nada en las tiendas que me gustase y por otro lado porque no me cabía o no me quedaba bien, mi madre siempre me ha llevado al mercadillo los sábados en Ciudad Real a por la verdura. Ella me daba uno o dos euros para que fuese al puesto de todo a cincuenta céntimos, o a un euro, a coger prendas para luego hacerles lo que yo quisiese. Así me hacía mis conjuntos, me montaba una coreografía y luego, por la tarde, salía con mi conjunto a la calle o al salón de mi casa a hacer mi show. Para mi familia, para mis vecinos o para quien lo viese. Nadie me hacía ni puñetero caso, pero yo seguía con lo mío (risas).
Luego, cuando estudié Arte Textil, tenía exámenes muy duros de composición. Nos daban un trocito de tejido y teníamos que decir de qué fibras estaba hecho. Cuando empecé a estudiar todo esto me di cuenta del problema que había en la industria textil. Siempre he sido una persona muy consciente de esto porque me encanta la naturaleza. No soy una persona religiosa, pero sí una persona con fe o espiritual; y la forma en la que yo creo tiene que ver con la naturaleza. Entonces, todo lo que sea dañar esa parte que considero mi fe es muy doloroso. Cuando tenía el conocimiento y me di cuenta de que llevaba mucho tiempo haciéndolo sin saberlo, empecé a hacerlo de forma profesional. Me iba a los mercadillos, cogía determinadas prendas de seda de tal calidad o lo que fuese, las restauraba y las hacía mías. Cuando empecé con mi marca, Lapilipili, era lo que hacía.
¿Dónde compra Lapili? ¿Alguna tienda o mercadillo que nos recomiendes?
Segunda mano aquí en Madrid, hago muchas cosas con El Diván de Cocó, que está en La Latina. Mis mercadillos favoritos, el número uno el Mercadillo del Zaidín, en Granada, y el Mercadillo de Almanjáyar. Son dos barrios de Granada, imprescindibles.
¿Tienes un/a estilista de confianza, o asumes tú esta función al completo?
Me lo suelo hacer todo yo, conozco mucho mi cuerpo. Por ejemplo, cuando he estado trabajando en Estados Unidos o en México, es mucho más fácil. Es más normal que haya gente con cuerpos más parecidos al mío a los que ya hayan vestido, pero en España no suelen comprender que una cosa que necesito muy grande para culo y caderas luego para cintura no puede ser tan grande. Me suele costar, pero estoy deseando encontrar esa persona con la que hacer el match para poder delegar más cosas. Hago demasiado y no doy abasto.
¿Te sientes saturada?
A veces sí. Me paro, respiro y vamos con lo que haya que hacer. Me gustaría poder delegar diferentes cosas. Como tengo tanto control sobre mi proyecto, me cuesta delegar. Me gusta mucho hacer muchas cosas, pero estoy aprendiendo que es más sano aprender a delegar y no tener que abarcar todo.
¿Qué diseñadores o marcas te inspiran, hay alguna que debamos tener sí o sí en el radar?
Jean Paul Gaultier y Thierry Mugler siempre me han encantado. Me gusta mucho, si entramos en el terreno de las más emergentes, Di Petsa. Hace técnica de paños mojados, muy escultórico todo.
Lapili Metalmagazine 5.jpg
¡Me acuerdo cuando desfiló en el EGO de Mercedes-Benz Fashion Week Madrid! Mucho antes de que se empezase a hablar tanto de ella, ya era una maravilla de proyecto entonces.
¡No lo sabía! Yo la descubrí porque me daba mucho feedback al Instagram de la marca, Lapilipili.
¿Has vestido alguna prenda de la marca?
No, ¡y me encantaría!
¡Dicho queda! Sigamos hablando de música. Concretamente, del que será tu primer álbum, Piligrossa. ¿En qué fase se encuentra y qué podemos esperar de este nuevo trabajo?
Saldrá hacia finales de febrero, está ya en su noventa por ciento. Además de ser un álbum musical es un cuento. Entonces, tiene una serie de interludios que van dispuestos entre las canciones y que se han grabado con un montón de músicos con la intención de orquesta de foso de teatro. Si escuchas el álbum de principio a fin, es como una historia completa. También vendrá el cuento en físico, que acaba de terminar de ser ilustrado por un muy amigo mío de Ghana, muy potente. Ya estamos en la parte de edición del cuento y a punto de mandarlo a imprimir. En este álbum hay canciones que están hechas desde 2020, ¡estoy muy ilusionada! Hay varios featurings, pero hay uno que me hace especial ilusión.
¿Nos puedes decir si esta colaboración es con un artista nacional o internacional?
Todos los featurings que hay son con artistas internacionales.
¿Hombres y mujeres, o solo mujeres?
Solo mujeres.
Has creado incluso un Patreon donde la gente puede ayudarte a financiar el proyecto para conseguir que se haga realidad. ¿Qué tal ha respondido tu audiencia a esta iniciativa?
Ha ido bien, pero no he tenido tiempo para meterle mucha chicha. Podría ir mejor por mi parte, pero el tiempo ha sido súper escaso.
Hablemos de tu público, ¿en qué países se te escucha más?
En mis estadísticas, a nivel de ciudades, primero va Madrid. Después va Accra, capital de Ghana. Luego Santiago de Chile, y después Barcelona.
Lapili Metalmagazine 3.jpg
¿Has estado en todos estos lugares?
En Chile no, pero creo que voy a ir en marzo. Ghana es un país que siempre me ha inspirado muchísimo. Meses antes de empezar a hacer música hubo una fiesta aquí en Madrid de afro house. Yo cuando vivía en Granada había empezado a bailar un estilo que viene de Ghana y que se llama azonto, viendo vídeos porque aquí no había nadie que lo hiciese. Tuve mucha conexión con este género y cuando fui a esta fiesta clandestina en 2017 trajeron a dos raperos de Ghana. Uno de los raperos cantaba en bases de azonto y me puse a bailar. El tío se quedó flipando, a mi aún nadie me conocía. Ese chico, cuando me conoció, vio en mí que me iba a dedicar a la música. Yo estaba flipando porque por aquel entonces yo era estilista y trabajaba para otra gente que sí hacia música, pero él me decía que lo veía. Pasaron los meses y ocurrió todo esto. Fue la primera vez que me vi con un poco de dinero y le llamé flipando para preguntarle si iba a estar en Ghana. Me fui para allá para hacer música juntos, hice una canción con él y se hizo súper viral. A través de esa canción conocí a una artista de la que yo era muy fan desde mi época en Granada, nos hicimos muy amigas en Accra y me dijo que cuando volviese me quedase en su casa.
Volví al año siguiente, me quedé allí y le organizamos un show en Málaga. Ella es mitad rumana. Cuando rodamos para la peli de Paco León, Rainbow, había una escena que la que íbamos en un coche y me preguntó si quería traerme a mis amigas o hacerme un casting. Esta amiga mía, Sister Deborah, https://www.instagram.com/sisterdeborah/?hl=es es como el icono gay de Ghana, en un país en el que está prohibido por ley pertenecer al colectivo. Ella es un icono y le dije que tenía una amiga que era perfecta. Se la trajo y sale conmigo en la escena de la película.
¿Qué grupos o artistas podemos encontrar en la playlist de Lapili? ¡Ha llegado el momento de que nos compartas tu Spotify Wrapped!
Mi número uno desde hace años es Juls, que es un productor de Ghana y hace de todo, pero sobre todo afropop y fusiones de afro house. Me encantaría trabajar con él, estoy desenado que llegue ese momento. Además, como hace cosas con distintos artistas, para mí es muy fácil poner su nombre en Spotify porque sé que va a haber mucha variedad. Al final, Spotify está un poco perdido con las etiquetas de los géneros. Me salía que había escuchado mucho latin trap, y no lo he escuchado en todo el año (risas). Pero entiendo que a veces es complejo categorizar todo.
¿Y de aquí?
Yo soy más de escuchar canciones que de un artista en concreto, pero no sé. No te voy a mentir, aunque obviamente hay cosas que me han gustado. El álbum de Rosalía me ha gustado mucho. Tendría que darle una vuelta, pero lo que más escucho es música africana. De África del Oeste, Sudáfrica y Angola.
Spotify, al igual que otras muchas plataformas de streaming, han hecho que tu música se expanda por los cinco continentes. Y en agosto de este año, aterrizaste por primera vez en Nueva York por trabajo. Cuéntanos, ¿cómo fue la experiencia y qué te llevó a la ciudad que nunca duerme?
Fui a hacer un concierto y aprovechamos a hacer más cositas, entrevistas, algunas charlas en escuelas de música y algún DJ set. Fue súper bien, el público lo recibió súper bien. A través de eso me salió el hacer la música para la campaña internacional de Cisco, que saldrá dentro de poco.
¿Crees que tu arte se entiende mejor o recibe una respuesta más favorable fuera de España?
Sí, lo he notado desde el principio. Al final tiene sentido, la mayor parte de mis inspiraciones no tienen que ver con España.
¿Y qué hay de los perfiles que te siguen? ¿Has detectado algún patrón común entre todxs ellxs?
Es variado, pero sí hay un perfil potente de mujeres, de todas las edades y de todas las formas. Hay muchísima gente agradeciendo el poder tener otra serie de referentes. En cuanto a las edades, hay de todo.
Son cada vez más los perfiles públicos que deciden hablar abiertamente de salud metal, dándose incluso un descanso de las redes sociales como forma de reconectar consigo mismos y dejar a un lado el hate que a veces empaña las ventajas que estas plataformas ofrecen. ¿Has pensado en dejarlo todo en algún momento?
Sí, claro que lo he pensado, varias veces. Para mí es importante tener claro que lo que estoy haciendo depende de mí, no de una cosa exterior. Tener el control de eso y ser consciente de que es lo que me hace más feliz en el mundo. Pero es verdad que cuando te encuentras sola tirando del carro o te ponen obstáculos por ser mujer o por tu físico, te dan ganas de pirarte. Mi concepto tiene que ver precisamente con la lucha frente a eso, me estoy creando mi espacio. No hay un espacio que ya exista para mí, lo que hace que sea más duro. Pero tengo que destacar, por supuesto, la ayuda de mi terapeuta. Ella es maravillosa. Su cuenta de Instagram es Jardedi y tiene otro perfil, Emprecarias, donde sube contenido súper guay. Hace poco le hicieron una entrevista a Jedet en la que le preguntaban cuál era su perfil favorito de Instagram y decía que era ella (risas). 
Y si tuvieses que lanzar un mensaje al mundo, ¿cuál sería?
Que nos conozcamos cada vez más, que seamos nosotras en esencia. Creo que me quedo con la siguiente frase de mi tema La manada: “El ego no combate ego, el odio no combate odio. Con vosotras yo combato pleno, nos vamos a ir juntas, no hay un solo podio”.
¿Hay algo que nos puedas adelantar sobre tus próximos proyectos? ¿Te veremos próximamente sobre los escenarios?
Saldrá otro adelanto del álbum antes de su lanzamiento, en enero de 2023, que se llama Tremendo mujerón. Y en principio no tengo más directos hasta la presentación del álbum, a no ser que salga alguna cosa. El directo del álbum va a ser mucho más teatral, es lo que quiero llevar.
Y ya, por último, ¿cómo va a despedir el año Lapili?
No tengo muchos planes todavía, pero seguro que con mi hermana y mis amigas. Con un ritual en la bañera, autocuidados y tranquilita. No soy mucho de salir cuando hay cosas masivas, me agobio. Esa obligación de salir, la gente está muy loca… prefiero estar tranquila.
Lapili Metalmagazine 7.jpg
Lapili Metalmagazine 2.jpg