8 años han pasado ya desde el primer disco que sirvió como carta de presentación de La Villana, y ahora nos sorprenden con Valkenburg, su nuevo álbum. La banda –formada por Natalia Quintanal, Pablo Quintanal y Pedro Vigil– estrena nueve temas que combinan el folk y el dreamy pop con tintes de neo psicodelia, y el resultado no es otro que un sonido muy suyo y, que ahora, también es nuestro. “La industria nos hizo correr hasta que dijimos basta y tomamos las riendas de lo que realmente queríamos hacer, y así ha sido hasta hoy”, nos dice la vocalista del grupo; y así es justo como lo hemos percibido nosotros, como un proyecto hecho con muchísima cura y sensibilidad. Hablamos con Natalia sobre el comienzo, la evolución y el porvenir de La Villana.
Para aquellos lectores que oigan vuestro nombre por primera vez, ¿cómo presentarías La Villana?
La Villana es el nombre que le hemos dado a las ganas de componer, grabar y tocar nuestras canciones.
Y tengo que preguntarte, ¿por qué La Villana? Me llama la atención porque contrasta con las melodías tranquilas y voces tan dulces.
Así se llama la casa de mi familia, pero si hay que temer a un villano o villana es al que habla suave y se mueve sigiloso. A esos les temo aún más.
Después de 8 años, ahora lanzáis Valkenburg, vuestro segundo álbum. ¿A qué se debe esta larga espera?
No tengo una explicación convincente… El tiempo nunca ha sido determinante en ninguno de los proyectos de los que he formado parte. Las cosas suceden cuando tienen que suceder e incluso cuando quieren suceder.
Este largo tiempo sin lanzamientos también implica una evolución del grupo. ¿Qué dirías que habéis mantenido desde el inicio del proyecto?
Seguimos manteniendo el lugar principal que le damos a las voces porque la lírica importa. Además, las guitarras siguen creando las estructuras entrelazadas que lo sostienen todo.
¿Y qué cambios esperas que la gente perciba?
Más que cambios, creo que se percibe una consolidación del sonido que ya buscábamos en el primer disco. Ahora nosotros mismos decimos “esto suena muy villano”, y espero que sea eso lo que se perciba.
Echemos la vista aún más atrás. Empezaste como una de las integrantes de la banda de indie pop Nosoträsh a mediados de los años 90, y supongo que la experiencia en este sector te ha permitido descubrir cómo verdaderamente quieres enfocar tu carrera. ¿Cómo recuerdas tus inicios en la industria?
En los inicios no éramos conscientes del concepto 'industria'. Queríamos hacer canciones y tocar, y así fue hasta que nos sentaron ante una enorme mesa de reuniones y a nuestro alrededor empezaron a utilizar un lenguaje para nosotras desconocido hasta el momento. Las promociones nos llevaban a sitios que no habríamos imaginado (televisión, prensa, radio…), y tocábamos en escenarios que iban desde la tarima de un bar en cualquier capital de provincia hasta un festival con muchísimo público. En los inicios en la industria nos pidieron que creáramos una empresa; se llamó Emporio Nosoträsh. La industria nos hizo correr hasta que dijimos basta y tomamos las riendas de lo que realmente queríamos hacer, y así ha sido hasta hoy.
Hablando de inicios, ¿qué artistas marcaron tu adolescencia? Creo que es una etapa clave de descubrimiento.
En mi carpeta de clase había pegado varías postales, dos eran de los Smiths, una de los Housemartins, otra de Depeche Mode y creo recordar que llevaba algo de The Cure, pero seguro que eso me duró un curso y luego me empezaron a gustar otros grupos o artistas. No me he declarado nunca fan de ningún grupo en concreto porque lo que más me interesaba en ese momento era descubrir bandas e ir a conciertos. Como bien dices, la adolescencia es una etapa clave de descubrimiento, pero tampoco quiero renunciar a ello en esta etapa vital. Me gusta escuchar música que se hace ahora, quiero seguir descubriendo.
En otra entrevista decíais que la canción que más os une de Valkenburg es la homónima al disco. ¿Qué significa para vosotros este sencillo? ¿Tiene algo que ver con los Países Bajos?
Valkenburg nos une porque musicalmente la hemos llevado a un lugar común para los tres implicados. Eso sí, si quieres que te cuente la historia detrás del nombre tendría que contarte que nuestra familia es del occidente de Asturias y que en la playa que hay al lado de nuestra casa, hubo un tiempo en que un carguero con bandera holandesa transportaba mineral de hierro desde Asturias hasta Rotterdam. Ese carguero se llamaba Valkenburg y un día de 1928 saliendo de la bahía de Porcía, al soltar amarras, la hélice se enganchó a una de las boyas de control de calado y se paró y eso hizo que el barco virase y quedase varado. Cuentan que su rescate fue casi imposible.
Siempre tengo curiosidad por saber cómo surge un tema. ¿Cómo suele ser vuestro proceso de creación? ¿Viene primero la letra y después el sonido?
En mi caso siempre es primero la letra y luego el sonido, pero en las composiciones de mi hermano suele darse al revés o incluso a la vez.
En un primer momento, no suelo trabajarlo como un ejercicio metódico, me dejo llevar por lo que voy construyendo y, en ocasiones, el resultado puede alejarse mucho de la idea original.
Y ya que hablamos del proceso artístico, cuéntanos un poco acerca de La peregrina, canción que formará parte de la serie western La cabeza de Joaquín Murrieta de Prime Video. ¿Cómo difiere la composición y el enfoque cuando se trata de crear para una banda sonora?
En esta ocasión la canción no fue compuesta para formar parte de la serie, crecieron por separado y se encontraron. Creo que trabajar una banda sonora no sigue el camino que hemos seguido para componer un disco, me parece muchísimo más complejo.
Este álbum viene acompañado de una cuidada estética como la que mostráis en el videoclip de Las olas contra todos, dirigido por Vanessa Pla. ¿Qué importancia tiene para vosotros plasmar vuestra idea también en el campo visual?
La creación artística es completa. Nuestras canciones crecen cuando otros les ponen imágenes, tanto en los diseños de las portadas como en las fotografías y vídeos. ¿Y qué importancia tiene? Muchísima, y por eso creo que somos muy afortunados al poder contar con artistas como Vanessa Pla o Valentin Pavageau.
Y aquí la pregunta que, seguro que se estarán haciendo muchos, ¿os podremos ver en directo? ¿Qué podemos esperar de vosotros para estos próximos meses?
Nos gustaría poder hacer directos, pero nuestro formato de directo para este disco es muy acústico y eso reduce las posibilidades porque el formato debe ir acorde con el espacio. No sabemos qué va a pasar, en este momento se están publicando muchos discos y no sabemos cómo van a recibir el nuestro. Esto determinará si hacemos directos o no. Estamos a la expectativa, pero con la intención puesta en disfrutar lo que venga.
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