Después de casi una década, Pedro ha dejado su emblemático y recóndito local en el Gòtic para trasladarse a un pasaje en Passeig de Gràcia, una calle donde puedes comprar exactamente lo mismo que en cualquier otra gran ciudad del mundo y donde triunfa gracias al factor sorpresa. Es de espíritu emprendedor, arriesgado, excéntrico, único; y La Basílica Galería no deja de ser un reflejo de su personalidad. Rebosante de energía hablamos con él sobre por qué vino a Barcelona, cómo ha evolucionado el proyecto desde sus inicios, y qué planes tiene para el futuro.