Josefina Andrés es una de las fotógrafas más inspiradoras del momento. Su ojo afinado y curtido en las calles de las capitales internacionales de la moda capta con agudeza la energía del street style más auténtico, descartando de forma intuitiva todo estilo que no transmita algo especial: “un gran look no sirve de nada sin una buena actitud.” A pesar de su juventud, Josefina ya figura junto a otros grandes nombres de la fotografía como Outumuro, Eugenio Recuenco, o Adler & Fresneda, en la exposición Distinción. Un siglo de fotografía de moda, que podemos ver en el Museo del Disseny de Barcelona hasta el 27 de marzo.
Nacida en Valencia en 1987, adora los gatos, el mar, el impresionismo, el post-rock, la astronomía y la fisíca cuántica. Sobre su pasión por la moda, los viajes y esas cosas maravillosas de la vida que llegan sin querer, charlamos para Daily Metal.
Josefina, tu primer encargo profesional fue para la revista Rolling Stone, a los 18 años. ¿Cómo surgió esa oportunidad y cómo viviste aquella experiencia?
El grupo al que tenía que fotografiar me contactó a través de Myspace hace ya unos cuantos años. Aún recuerdo los saltos que di en la silla cuando leí el mensaje. La verdad es que antes de hacer la foto estaba muy nerviosa, pero también sentía un extraño aplomo, ese que notas antes de hacer algo que tienes miedo de hacer, pero que quieres hacer por encima de cualquier otra cosa en el mundo.
Además de tus trabajos como fotógrafa y directora de arte en revistas como Vice, has ido creando una identidad muy reconocida en fotografía de street style. ¿Siempre te ha interesado?
Algunas de las cosas maravillosas de la vida vienen sin quererlo. Nunca había visto imágenes de street style, ni me había interesado. Sinceramente, ni siquiera entendía muy bien lo que significaba. Lo primero que hice fue la semana de la moda masculina, justo hace tres años. Vivía en Londres, me apetecía aprovechar las oportunidades que me ofrecía la ciudad y pensé, “¿por qué no cojo un bus y me planto allí?” La energía que sentí fue muy poderosa. Me enganché desde ese momento y es algo que no quiero dejar de hacer.
Cada temporada cubres las semanas de la moda internacionales para Vogue. ¿Qué país es más atractivo? ¿Dónde encuentras más potencial?
Mi ciudad favorita va cambiando. La energía de Nueva York es muy especial, y también su luz. Es una luz muy gráfica. Es la que me resulta la más desconocida y exótica. Los lugares suelen ser complicados a nivel de tráfico y es donde más fotógrafos hay, pero aun así supone un reto. Me gustan las grandes ciudades, la gente, su luz. Me gusta estar sola en esas ciudades. Y me gustan los ratos que comparto con mis compañeros en ellas. Me hace sentir libre.
A la hora de fotografiar un look, ¿qué es lo que más te llama la atención? ¿En qué te fijas?
Normalmente en la actitud de la persona. Es difícil de definir. A veces pienso en el lector, pero intento siempre mantener una especie de filtro personal. Me gusta la gente que tiene cierta visión avant garde vistiendo. Las personas carismáticas que caminan fuerte. Un gran look no sirve de nada sin una buena actitud.
¿Qué elementos crees que marcan la diferencia en una editorial o en una producción de moda?
Creo que una producción de moda es el resultado de prestar mucha atención a los pequeños detalles. Al final todos los implicados deben controlar al máximo su parte del trabajo. Creo que antes de disparar debes tener muy claro qué es lo que quieres ver y eso debe ser así con todo el equipo. La inspiración no debería venir directamente de otras imágenes, sino de algo que sea tangencial a la fotografía o la moda. Si no es así, estás reproduciendo pero no creando.
Las producciones de moda son un campo en el que me gustaría seguir creciendo y desarrollándome. Es complicado, porque necesitas el apoyo de una revista para llevarlas a cabo y eso no siempre ocurre.
Sobre la exposición de la que formas parte, antes hablábamos de grandes fotógrafos españoles de moda, ¿hay algún nombre por el que sientas especial admiración?
César Segarra, Alfonso Ohnur, Quentin de Briey o Isabel Muñoz son fotógrafos que me gustan mucho, pese a que todos son muy diferentes entre ellos.
¿Qué planes tienes para tu carrera? ¿Te has marcado algún objetivo profesional?
Mi objetivo es seguir aprendiendo mucho y creciendo. Intentar alcanzar un reto mayor cada día. Quiero ser la mejor profesional que pueda, aunque eso requiera mucho esfuerzo. Y sobre todo, quiero seguir disfrutando cada día de lo que hago, porque creo que soy muy, muy afortunada de poder hacerlo. Me siento muy agradecida por todo lo que he hecho y por toda la gente que me ha dado una oportunidad en este camino. Son cosas que nunca olvidaré.
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