Ha sido todo un proceso. Yo sabía que quería crear, porque desde siempre he hecho trabajos creativos – fotografía, vídeo, dibujo –, hace cuatro años empecé a dedicarme al dibujo un poco más en serio y vi que había un camino. La ventaja del dibujo frente a otras artes u oficios creativos es que no necesitas trabajar con un equipo de gente, ni tampoco con grandes medios. El poder desarrollarlo tú solo en tu propia habitación creo que ha sido definitivo para que sea ese el camino elegido. Luego todo es un proceso, asumir puntos fuertes y limitaciones, ser fiel a lo que quieres hacer, lidiar con las opiniones externas y con las internas, entender que el trabajo es cambiante, que la evolución es positiva, en definitiva, creer en uno mismo. Son muchas cosas las que tienes que aprender y que tener en cuenta, no sólo sobre el dibujo, también sobre la vida, la gente, los trabajos… Es un camino duro y bonito.