BOI nace de una ambición personal: encontrar lo extraordinario en lo ordinario. Observar los pequeños sucesos y gestos de la vida y seleccionarlos con la mirada para componer la realidad sin transformarla.” Así es como define el director y guionista Jorge M. Fontana su ópera prima. Una producción de Aqui y Allí Films junto a Versus Entertainment que verá la luz el 29 de marzo. 
Boi es un joven que se inicia como conductor privado. Mientras espera con nervios la decisión que ha tomado su novia sobre un asunto que puede cambiarles la vida, deberá acompañar a sus primeros clientes, Michael y Gordon, dos empresarios de origen asiático que han venido a Barcelona con el objetivo de cerrar un acuerdo de vital importancia en menos de 48 horas.
Debutas en el mundo del cine con BOI, tu primer largometraje. ¿Cómo surgió el interés por contar esta historia?
Pues el origen fue inesperado. Escribí un texto corto en colaboración con Apartamento Magazine, entonces con el título de Reasonable Blood, y poco a poco lo fui expandiendo hasta convertirse en BOI. Hay ideas que se adelantan a uno mismo, y parece que tu principal labor es la de perseguirlas hasta darles sentido. Con algunas lo consigues mientras que otras se quedan atrás. En el caso de BOI, siento que ha evolucionado de una forma muy natural, que yo he crecido con ella, y que nos hemos ido haciendo sombra estos años. Que es a su vez parte de la esencia de la propia historia: la maduración. 
Tal y como tu dices, Boi es un joven de 27 años, perdido como cualquier chico de su edad que está buscando su lugar en el mundo, que tiene ganas de correr mientras su trabajo le obliga a sentarse. Alguien que tiene la energía de un exhibicionista pero también la serenidad de un observador. ¿Alguna vez te has sentido como Boi? ¿Tiene algo de biográfico esta historia?
Boi tiene algo de adolescente crónico; siente que el salto a la adultez puede desmoronar un mundo provisional al que tiene apego. O quizás, en su caso, a un mundo que ha construido deliberadamente para proteger su pasión: escribir. Me he sentido como Boi tratando de encajar eso. Por ejemplo, al lidiar con diferentes oficios, aunque siempre vistos y vividos desde, en mi caso, una perspectiva cinematográfica. Creo que a Boi le sucede eso mismo con la literatura, a la que entromete en su vida hasta el punto de fundirla con la realidad. Creo que en eso se pueden reconocer todas aquellas personas que hacen de su pasión un ejercicio vital para prosperar.
BOI está protagonizada por dos jóvenes talentos del territorio catalán: Bernat Quintana y Miranda Gas, ambos con un largo recorrido en teatros y series de televisión. ¿Qué o quién te inspira a la hora de crear a los personajes?
Es un misterio. Esta inspiración la reconozco inmediatamente porque en mi caso me despierta un entusiasmo infantil que no puedo reprimir ni olvidar durante un tiempo. Y eso puede suceder con un espectáculo como , del Baró d’Evel, o una película como Ohayo, de Yasujiro Ozu.
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BOI está rodada en localizaciones de Barcelona y de su área metropolitana. La ciudad tiene un papel muy importante dentro de la película. ¿Con qué complicaciones te encontraste al rodar?
Es mi primera película, así que no puedo valorar si tuvimos muchas o pocas complicaciones. Pero algunas incidencias fuera del plan que me vienen a la cabeza son: lluvia, nieve, un accidente con el coche de rodaje, un boicot por parte de una empresa de conducción, una manifestación en contra del hotel en donde estábamos rodando, etc. La solución siempre fue aceptarlas lo antes posible y adaptarse. E incluso a veces, sino siempre, el resultado fue mejor del planeado inicialmente. De ello te percatas después, con perspectiva. Lo que te hace pensar en el poder del instinto. 
¿Se puede decir que en España es muy difícil hacer cine?
Nos imponen esa idea. Yo no me atrevería a generalizar ni a localizar la dificultad de llevar a cabo una película. Me temo que lo que siempre va a ser muy difícil es hacer una buena película.
Empezaste a realizar cortometrajes mientras trabajabas en diferentes departamentos del sector cinematográfico y escribiste una prosa poética en Ciertas vidas perras, libro fotográfico de Adrià Cañameras. Ahora, él ha sido el encargado de realizar la foto fija de BOI y sacará un libro con sus mejores instantáneas. ¿De qué manera os compenetráis cuando trabajáis juntos? ¿Qué os aportáis el uno al otro?
Pues Adrià se parece bastante a un perro que vagabundea libre. Olfatea y se mueve con gracilidad por lo que dicta su tripa. Es instintivo y muy rápido. En cambio, yo paseo adueñado por una idea que no me deja en paz. La examino prudente y necesito varias pruebas para confiar en ella. Creo que al final nos parecemos bastante a nuestros oficios. Y el uno siempre enriquece al otro. Una buena prueba de ello es el libro que citas y que se publicará bajo el título de Reasonable Blood (Terranova Editorial).
El prolífico cantautor y productor El Guincho compone la música de BOI, convirtiéndose en la primera banda sonora de su carrera. ¿Cómo habéis afrontado este reto?
Para mí, El Guincho siempre fue un artista invitado en BOI. Si bien tenía que someterse a la película y a lo que esta requiriese, de mi parte he intentado brindarle toda mi confianza y libertad. Él es alguien con una visión artística muy especial y exigente, así que el reto se lo cargó él de principio a fin. Le propuse la composición de la BSO dos años antes de comenzar la producción, por lo que a nivel colaborativo hemos tenido tiempo para ir desgranando gustos y preocupaciones.
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A lo largo de la película se repite la canción Be My Baby, y de algún modo, es una canción que funciona como un mantra para Boi. ¿Por qué decidiste usar la versión de Les Surfs para la película?
Las palabras son las herramientas de Boi como creador. En la primera escena de la película, un radioyente expresa la idea de que decir las cosas con tu lengua materna no es lo mismo que hacerlo con otra ajena. Así que era más natural tratar con la versión de Les Surfs como instrumento para que Boi evocara e invocara a Anna, su pareja. Esta elección de Boi es un modo de ver la vida.
Es difícil catalogar BOI en un solo género. Se trata de una historia entre romántica, cómica y dramática. ¿Contemplabas ya desde un inicio esta mezcla de géneros o se fue dando a lo largo del rodaje? ¿Qué aportan a la película? 
Esta mezcla estaba escrita desde la primera versión del guion. Boi es la perspectiva de la película. Y él es un creador, un manipulador. Por lo que si quería ser honesto y acercarme a este lugar imaginativo al que Boi recurre para afrontar la realidad, era natural forzar los géneros para evocar su universo. Creo que ello aporta a la película una mirada única, llena de misterios, contradicciones y expectativas. En esencia, la de Boi.
La película se estrena el próximo 29 de marzo. ¿Cómo vives los días previos al estreno, en qué estás trabajando para ultimar detalles?
Gracias al esfuerzo de Aquí y Allí Films por mantener la autoría del proyecto, ya no solo teniendo yo el final cut de la película sino controlando todas las piezas que estamos produciendo (cartel, tráiler, clips, extras promocionales, etc.) es lo que me mantiene trabajando hasta ahora. Se note o no ese esmero por mantener cada detalle en su sitio para conseguir una propuesta coherente es lo que hace tan especial trabajar con gente como Pedro Hernández (Aquí y Allí Films) y parte del equipo.
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