Cuando les entrevisté en Barcelona aun no sabían que serían galardonados con el premio a mejor película en el Festival Karlovy Vary, así que sirva esto también para felicitarles el merecido reconocimiento. Hablaba con Jonás sobre cómo nació de manera genuina el proyecto de la película, conversación a la que poco después se añadió Itsaso. Presentaban en los Cines Boliche su nueva película, La Virgen de Agosto, un film que le tiende la mano a las ciudades imposibles en verano, calurosas y bulliciosas, pero que son, a su vez, eternas cajas de sorpresas que tan solo se abrirán ante los ojos de aquellos dispuestos a dejarse maravillar.
La Virgen de Agosto, que justo se gravó en las mismas fechas que se celebran las fiestas madrileñas de San Lorenzo, San Cayetano y la Virgen de la Paloma el verano pasado, ofrece una mirada delicada, íntima, que habla de la reconciliación con la gran metrópolis en época estival. Un relato reflexivo sobre el misticismo que envuelve las fiestas populares y las verbenas; historias sobre la dualidad del barullo y la soledad propias del verano y que tanto invitan a la introspección, capaces de despertar una nostalgia por aquello que aún nunca ha sucedido. Y así es como lo siente Eva, la protagonista, de actitud expectante, tan atenta como relajada y paciente. Siempre abierta y curioseada por los escenarios madrileños, las criaturas que los habitan y por todos los mundos mágicos que éstos tienen por ofrecerle.