El nombre de Jokkoo, colectivo formado por artistas destacadas como MBODJ, Ikram Bouloum, Babasy, Mooquie, B4mba y Opoku, resuena con fuerza desde hace tiempo en el underground barcelonés. Nos encontramos con ellos, en F.O.C, un espacio situado en una de las naves de la Zona Franca, con motivo del lanzamiento de su primera tape. Hablamos del significado de Jokkoo, de la diáspora y de su misión como colectivo.
Antes que nada, ¿qué es Jokkoo?
Babasy: Jokkoo es una palabra del wolof, significa tener una conexión con alguien, entenderse. En mi país, por ejemplo, aunque te lleves mal con alguien, si hay una cosa en la que te entiendes, que compartes, se dice que tenéis un jokkoo. Jokkoo es eso, una conexión con algo que es mayor que tú, en este caso para nosotros, la música.
Todos los integrantes del colectivo tenéis estilos e influencias heterogéneas, pero cuando escuchas la tape puedes apreciar un hilo conductor, como si os hubieseis puesto de acuerdo de alguna forma con los materiales a la hora de construirlo. ¿Cómo llegásteis a este nivel de entendimiento?
Mooquie: Teníamos muchas ganas de hacer algo así y había una especie de energía o wave común. Nos juntamos todos en mi casa, donde tengo un estudio pequeñito, y nos pusimos a producir sin parar. Hubo mucha colaboración y una energía muy fuerte que nos impulsó durante todo el proceso. Fue algo super intuitivo y orgánico, casi sin pensar, intentamos aprovecharnos de la energía que nos imbuíamos los unos a los otros. No fue algo que tuviéramos planeado, la verdad, lo de juntarnos para hacer esto, salió así.
El feel del trabajo en general es denso y contundente.
Babasy: Destilábamos una energía muy loca…
MBODJ: Piensa que todo esto pasó mientras nos estábamos conociendo entre nosotros también. B4mba por ejemplo llegó en febrero y le invitamos al colectivo porque compartíamos una misma visión, y toda esa energía compartida junto a las ganas de hacer y probar cosas nos ayudó a crear una sensación de tribu, de saber que estás con gente que respira y vibra de la misma forma, y eso creo que es un motor muy fuerte.
Si lo analizas en conjunto el trabajo tiene un fuerte sabor a pólvora y metal. Hay algo oscuro, agresivo y enérgico que empapa los distintos tracks que la conforman y que de cierta forma aportan un discurso coherente desde distintos primas. Suena bélico de alguna forma.
Babasy: (Risas) Sí, bueno, supongo que te refieres sobre todo a temas como Ancient Combattant o Jambaar, que sale de una idea que siempre tuve: plasmar más esa parte mía más senegalesa y africana. Fue un tema que hice con Isma, que también es de allí, y la intención era trabajar con ritmos e influencias de un estilo muy popular en Senegal que se llama Mbalakh. Habla de leones y de la forma de jugar que tenemos cuando somos niños. Nuestro símbolo es un león, y existen también unos leones humanos que se supone que asustan a los niños. Hablo de eso, de retar al león, por eso suena agresivo.
Ancient Combattant sí que tiene un cariz inexorablemente bélico. Este nos representaba un poco a todos los que salimos en el track, estábamos todos menos Magette e Ikram. Ese tema dice todo el rato, “Si no fuera por los negros, negros como el carbón, duros como el hierro, bombardearía Francia 24/7”. ¡Es una frase de Hitler!
MBODJ: Hay mucha testosterona… (Risas). A mí me gusta mucho la música agresiva, pero cuando me pongo a producir tampoco me sale algo que se ciña demasiado a algo tan energético. Creo que la oscuridad que hay en mis temas es mucho más melódica, más apocalíptica que bélica. También eso va mucho en la personalidad de cada uno, cuando ellos se juntan para producir se retroalimentan y sale algo muy energético que te hace vibrar. Los temas que hicimos Ikram y yo, por ejemplo, son otro mood.
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Se percibe también un común denominador en las influencias.
Babasy: Supongo que independientemente de donde vengamos cada uno, todos compartimos un background común.
MBODJ: enemos los mismos ídolos musicales, los mismos referentes. Creo que si hiciésemos mañana un line-up para un cartel, todos estaríamos de acuerdo. Cualquiera de los aquí presentes podría ir mañana a pinchar o actuar en un sitio y estaría de alguna forma representándonos a todos. Tenemos ese sentir común que sí, se refleja también en unos gustos y una estética común para todos. Eso es bastante difícil de encontrar siendo tantos, sobre todo en España.
Ikram: Yo fui la última integrante en unirme a la familia, pero de alguna forma ellos ya estaban presentes en mi vida en mi día a día. Nos conocimos en la música compartiendo espacios, noches, fiestas. Todo ha sido muy espontáneo y genuino, estar con personas que comparten una forma de entender la cultura y la música de una manera más arriesgada, más abierta, y que están planteando otros imaginarios, que igual internacionalmente sí que existen, pero que aquí en Barcelona no estaban. Es esta visión lo que nos aporta ese nivel de cohesión desde mi punto de vista.
Hablando de Barcelona, ¿creéis que es complicado encontrar espacios para expresaros o programar en una ciudad que presume de ser tan cosmopolita e intercultural como Barcelona? Recuerdo un bolo de Nazar que programasteis en el Razzmatazz, en la que a gran parte del público le costaba entrar en cuanto se salía un poco de la norma.
MBODJ: Ese set fue muy intenso. Recuerdo que nos dijeron que tenía que pinchar dos horas, y él no estaba acostumbrado y fue bastante denso. Para entrar en una sala así a programar, al final tienes que echarle un poco de cara, tienes que decirle al promotor que haremos algo más tranquilo y nos adaptaremos un poco al ambiente, y al final, bueno, consigues sacarlo adelante. PPero si no tienes un mínimo de diplomacia a la hora de gestionarlo es casi imposible entrar en estos circuitos con propuestas como estas, y al final es donde está el público mayoritario.
Babasy: Bueno, en esta ciudad hay mucho postureo.
Opoku: Es muy curioso que en esta ciudad te acabas acostumbrando a lo que te piden cuando estás pinchando o actuando en espacios que no son tuyos. Tienes el condicionante de que tienes que adaptarte a sus espacios, y es difícil tener cabida cuando la gran mayoría están orientados al gran público y con una vocación expresamente comercial enfocada al turismo y a vender copas. Es por eso en parte que estamos ahora volcados en gestionar nuestro propio espacio. Nadie te puede decir que no vuelvas si el espacio es tuyo (risas). Ahí puedes ser todo lo agresivo y transgresor que tú quieras y tener la sensación de que realmente eres libre para expresarte. No hay muchos sitios así en la ciudad.
Babasy: Pasa también que cuando eres negro y pinchas duro no tienes cabida. Cuando pinchas house, afro-house o algo suave, no tienes problema, puedes venir a pinchar y luego volver. Pero cuando eres duro como DJ Lag, que a pesar de ser uno de los mejores en su momento nunca vino a Barcelona… Nazar también. Los que son duros, los que están locos de verdad, suelen tardar mucho en llegar. A nosotros nos pasa un poco igual, es como si no pudiéramos ser duros y ya nos etiquetaron como eso. Da la sensación de que si eres negro no estás legitimado para hacer algo duro, agresivo. Si eres japonés igual no tienes el mismo problema.
Mooquie: Aquí en Barcelona no hay nada que tenga un estilo característico dentro de estos géneros, no hay una escena. Por ejemplo, en UK tienes el grime, el garage, etc. Aquí solo se traen cosas que también funcionan fuera, se dedican a copiar o mimetizar lo que pasa en otros lados. Nosotros estamos ready para que nazca algo.
MBODJ: También pasa que lo que supuestamente aquí es transgresor viene de gente no racializada cogiendo lo de gente racializada y llevándolo a su terreno, pero no hay una representación de gente racializada propiamente.
¿Cómo veis que acepta el público de Barcelona este tipo de propuestas?
Mag: Yo creo que bien, cuando hablas con la gente que asiste a este tipo de eventos, generalmente dice que les gusta ver algo freso o nuevo. También es cierto si no sacas a la gente de su zona de confort, cómo van a saber lo que les gusta o no. Muchas veces son los promotores o las salas las que subestiman al público musicalmente, creen que el público no va a responder bien a cosas que no sean sencillas o que no reconozcan tan fácilmente.
El club pierde en el momento que se suceden este tipo de actitudes, ese acopio de libertad del que hace gala. ¿No creéis que este tipo de postura a la hora de programar demuestra un poco la decadencia de la cultura de club en esta ciudad?
Ikram: ¿En Barcelona…?
B4mba: Es que en Barcelona yo ya no he conocido esta libertad de la que se habla. Todo es muy comercial, los clubs van a lo fácil, no toman ningún tipo de riesgo ni siquiera con artistas locales, y creo que eso es lo primero que tenemos que cambiar.
Ikram: No me cabe duda de que Barcelona ha sido una ciudad de electrónica, pero me entran mis dudas sobre si realmente es una ciudad transgresora. Lo ha sido en algunos momentos, pero por ejemplo, en el primer boom de la electrónica de esa España que se abre, gente que traía discos del extranjero, Sideral aprendiendo de esos DJs de fuera que venían por primera vez… No dejaba de ser un ambiente hipermasculinizado y con una apertura mental bastante adaptada a la norma.
MBODJ: De cómo empezó Sónar a cómo es ahora puedes ver también esa evolución. De ser algo más íntimo donde podías ver performances super freaks sin ningún tipo de pretensión, a algo más masivo y con un cariz más comercial. Yo no he conocido esa Barcelona tan alternativa de la que se habla, mi generación creo que no la ha conocido. Es cierto que no viví esa primera época de la electrónica, lo más alternativo que he conocido era irte a una rave donde ponían hard-tech toda la noche, todo el mundo iba de keta y ya está. Desde el punto de vista creativo no lo veo interesante. Sí, eran espacios autogestionados y todo lo que quieras, pero no creo que me aportaran nada a nivel creativo.
¿Es por eso que llegasteis a este espacio donde estáis ahora? Entiendo que tener un lugar físico propio como esta nave supone un punto de inflexión para el colectivo.
MBODJ: Bueno, esto más bien surgió y nos cuadraba, pero sí.
Mooquie: Es un espacio donde al menos podemos respirar libertad. No me tengo que preocupar por estar pinchando noise o lo que me apetezca y que me digan que mañana no vuelva (risas).
Babasy: No quiere decir que no nos podamos adaptar a los clubs. De hecho, hemos empezado muy suave como colectivo. Tuvimos que hacer una tarea pedagógica heavy para poder llegar a pinchar lo que ahora queremos que suene, fuimos desde el afro-house más normativo y ‘familiar’ a cosas más duras que de primeras no le entrarían a la gente y fue todo bien. Hasta que llegó el qqom.
Entonces nos dijeron, eh chicos, parad, esto es muy duro. ¡¿Pero cómo que es muy duro!? Esto es África, ¡esto es lo que bailan los niños en África! Pero es lo que decía antes, la música africana parece que tiene un límite de dureza en Europa. En este espacio tenemos la oportunidad de invitar a toda esta gente que en otros no se les programaría por estas mismas circunstancias. Queremos traer a músicos de todo África y Europa que estén en nuestra misma línea y establecer conexiones con ellos programándolos aquí. No vamos a darle la oportunidad a lo que aquí ya lo tiene, se la vamos a dar a los colgados! (Risas). Nosotros les traemos aquí, les cubrimos y les protegemos. ¡Y a la batalla!
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