Todo tiene su momento y decir que ahora es el de Jimena Amarillo, no es ninguna mentira. Con el estreno de su primer disco, titulado Cómo decirte, mi amor, esta cantante valenciana ha confirmado algo a lo que estaba predestinada: a crear y ofrecer música de verdad, música de la buena; porque esgrimiendo honestidad y dejando al descubierto sentimientos tan puros, que parecen cercanos a lo que cualquier enamorado podría sentir, no se puede si no conseguir el entusiasmo de aquel que escucha su música.
Para Amarillo, todo esto es solo el comienzo de un talento que, desde su más tierna infancia, se lleva gestando dentro, de alguien que simplemente quiere coger su guitarra, disfrutar y hacernos disfrutar a todos. ¿Acaso podemos ser más afortunados?
Jimena, empezaste a tocar el violín con tan solo 5 años. ¿Dirías que un músico nace o se hace?
Siempre he creído que la música es algo que se lleva dentro desde el principio. Nunca he creído en ese tipo de talento que se construye mediante la constancia y paciencia, ya que yo empecé desde muy pequeña y nunca me ha costado. Obviamente, esto es erróneo porque yo soy una vaga y las cosas las he tenido fáciles siempre.
Sí que creo en la diferencia entre el talento ‘natural’ y la constancia y esfuerzo. No todo el mundo puede tener eso que le diferencia de los demás. Lo que no se puede aprender de ninguna forma, pero sí que puede ser, es un músico talentoso.
He oído que a través de la música consigues calmar tus nervios. ¿Es acaso para ti la música como una especie de terapia?
Nunca he pensado en la música como algo serio. De hecho, hasta este año, creo que no valoraba ni sabía lo que significaba para mí. Ahora, después de haber sacado un disco, igual sí que soy consciente de que mi forma de sentir, de vivir, de explicar las situaciones o incluso declararme a alguien es pillando una guitarrica y dándole unos cánticos.
Empezaste a dar tus primeros pasos como cantante desde hace muy poco, justo tras el verano de 2020, cuando la pandemia aún protagonizaba nuestras vidas. ¿Crees que la situación de crisis mundial te influyó a la hora de dar el paso?
No, siempre digo que empecé a hacer la ridícula y la payasa musicalmente por redes hace muchos años, y, ¡menos mal! Pero si para algo ha servido esta crisis, es para identificar de alguna manera, aunque no sea definitivo, porque nunca lo es, mi sonido o el estilo que me mola. He ido aprendiendo a hacer estos cánticos lesbianos, como los llamo yo, y aprendiendo a que no me de vergüenza escucharlos salir de mi boca.
¿Te ha ayudado el iniciar una carrera en la música a conocer facetas y rasgos de ti misma que antes desconocías?
Totalmente. Pero como ya he dicho, empecé muy pronto; literalmente es mi vida. Nunca lo pienso como una ‘carrera musical’; igual ahora sí que pienso que va más en serio, pero lo que me mola es que sigo pensando en hacer música como lo hacía antes. Al meterme ahora un poco más, ¡madre mía si he podido descubrir cosas de mí! Creo que yo no sabía ni quién era.
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Prefieres no grabar en estudios, ¿por qué?
Qué pereza. Mi música, como la de muchos otros, se puede crear literalmente en la cama de tu casa. A la peña le encanta una buena foto de una mesa de mezclas enorme en un estudio para subirla en redes. Chica, literalmente son seis pistas, déjate… (risas). Nunca me han gustado las superproducciones, siento que matan un poco mi esencia.
Tu música es triste, meliflua y de gran sensibilidad. ¿Por qué crees que nos gusta mecernos en torno a las historias tristes, que se cuentan en canciones como las tuyas?
Mira a esta generación nueva de jóvenes cantantes, nos encanta una buena tristeza, una buena vulnerabilidad. Parece ser que ahora todos estamos tristes. Yo ya me he bajado del carro de los que dicen que siempre están high. Ay, si me oyera mi ex decir esto...
Tus canciones hablan de un amor muy sentimental y cotidiano cuando parece que la gente joven somos cada vez más apáticos. ¿Se nos ha olvidado lo que es el romanticismo?
No, al contrario, pienso que somos cada vez más intensos, qué pereza damos. Aunque yo no soy la más indicada para decirlo, porque soy literalmente un ser al que le cuesta expresar sus sentimientos. La mayoría de problemas que tengo en el amor son por eso… Pero incidiendo en tu pregunta, no, no se nos ha olvidado, sino que ahora lo hacemos diferente y mucho más cutre.
En uno de tus temas más populares, Ni se nota, dices: “Nena tú me tienes loca, yo soy una roca, contigo una hoja de papel”. ¿Por qué el amor consigue desarmarnos y que nos sintamos vulnerables?
Una vez hablando con mi ex novia, a la que le encantaba hablar (yo nunca lo hacía), me di cuenta de que, para mí, la definición de amor, esa que tanto cuesta, es sentirse de alguna forma muy específica, y ser vulnerable ante la otra persona. Mostrar todo eso que no puedes hacer si no te sientes así.
En otro tema, ¿Cómo te va?, hablas de reencontrarse con un viejo amor. ¿Crees en las segundas oportunidades?
No lo sé. Por mi experiencia te diría que no, nunca me ha salido bien eso, así que lo iré viendo.
Estas a punto de lanzar tu primer álbum Cómo decirte, mi amor. ¿Qué sientes? ¿hay nervios?
No puedo esperar más, ¡quiero que salga ya! Por una vez quiero que me oigáis, que escuchéis lo que digo. Me siento muy orgullosa de ello, es muy puro y bonito, me apetece que así lo sintáis.
En Cómo decirte, mi amor tienes una canción que habla de las resacas sentimentales, ¿cuándo fue la última?
Ay, ¡cómo nos gusta hablar de estas cosas! Pues hace un par de findes y fue fatal, horrible. Chicos, el amor es muy bonito pero luego las resacas son heavys.
En este disco también tienes un tema, Cuando ya no me quieras, que gira en torno al miedo de perder a alguien. ¿Desaparece ese miedo en algún momento o siempre estamos con un pié fuera en las relaciones?
Sí, claro que desaparece, y tiene que hacerlo. No puedes estar en una relación pensando constantemente en que la otra persona habrá un momento en que te deje de querer, y si lo estás, es cuando tienes que darte cuenta que por mucho que quieras a esa persona, algo falla.
En este álbum no cuentas con ninguna colaboración, tú eres la total protagonista. Pero, dime, ¿con quién te gustaría trabajar en el futuro?
Es que yo siempre voy a mi bola, pero mira, sí, tengo alguna por ahí furulando. Me cuesta unirme a otras personas, siento que no cuadro con casi nadie. Espero que se me pase esa manía, porque sí que me molaría juntar mi voz con alguna chiquita que tengo fichada por ahí, con las Shego, por ejemplo, aunque ellas no lo saben. También veo tanto esa unión con Sofía Gabana, me encantaría, o con María Moreno (Amore), de la cual estoy totalmente enamorada. Yo te las suelto así porque en esta vida siempre con la cabeza bien alta.
¿Cómo se presenta lo que queda de 2021 para Jimena Amarillo?
Yo nunca sé nada, no me hagáis pensar en el futuro que me agobio.
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