Javier Martín forma parte de una nueva generación de artistas españoles. En 1994, con tan sólo 7 años empezó a manifestar su vena artística al ser galardonado con el premio Caja Madrid de artistas jóvenes, lo que le llevó a ser representado en la actualidad por la galería Matthew Liu Fine Arts en Shanghai y Valli Art Gallery en Miami. Su pintura, escultura, estimación digital y la intervención sobre retratos fotográficos de moda evidencian una notable técnica mixta.
Gracias a tus obras y exhibiciones has tenido la oportunidad de recorrer casi todo el mundo, desde Europa, Asia, América Latina hasta Estados Unidos, ¿qué país sientes que es tu verdadero lugar? En relación a tu obra, ¿cuál te ha cautivado e influenciado significativamente?
Actualmente estoy en Miami pero siempre me encuentro en movimiento, viajar es una de las cosas más importantes para mí, comprender y analizar otras culturas y otros lugares del mundo es parte de mi inspiración. Por ejemplo, cuando viví en Asia sentí cómo mi obra evolucionó, y hoy día adapto muchas de las cosas que aprendí allí. Es difícil para mí encontrar un lugar donde quedarme. Me fascina la energía de New York, por ejemplo, pero también me encanta la tranquilidad de otros lugares donde la naturaleza es la protagonista. Al final todo forma parte e influye en la creación de mi obra, cada viaje es un nuevo color. Intento estar conectado a España pero de una manera personal, por la familia. Además, este año estoy preparando mi exposición en el Museo de Lucca en Italia y eso propiciará que pase también más tiempo en Europa y pueda estar más en España.
¿Cómo surge tu habilidad y sensibilidad hacia el arte?
Todo comienza de una forma natural cuando empecé a pintar al óleo a los 7 años, y realicé mi primera muestra con 9 años, aunque nunca continué mi formación ni estudios. El arte siempre ha estado presente, en cada trabajo que llevé a cabo como carpintería, pintura de muebles o incluso instalación de rótulos, trabajos que fui haciendo cuando era adolescente. Todo esto fue parte de mi escuela y aprendizaje. Estar rodeado de artesanos y estar en contacto con materiales y herramientas que hoy forman parte de mi obra. En el aspecto conceptual siempre he tenido mucha curiosidad por todo lo que me rodea y esa fue mi universidad: aprender de las personas y todo lo que tenía a mi alrededor, museos, conversaciones con amigos, libros de arte, noticias, etc. Todo eso se refleja en mi obra. Todo lo que soy está en mi trabajo; todas mis obras, de una manera u otra, son un trocito de mí y de lo que he aprendido.
¿Cómo definirías tu estilo? ¿Qué pretendes transmitir a través de tu obra y dónde encuentras la inspiración? ¿Alguna referencia o artista que haya influenciado en tu obra?
Los críticos dicen que mi recorrido entre la pintura, la escultura, la fotografía y el Performance Art es una inspiración entre el pop art, el post-minimalismo y el arte conceptual. Es interesante ver cómo describen mi obra, ya que es una parte de lo que soy y lo que veo, la interpretación de lo que me rodea y lo que quiero expresar de una forma contemporánea. Me siento identificado con Maurizio Cattelan, Urs Fischer y Mark Jenkins porque trabajan en un lenguaje actual. Existe un movimiento del cual forman parte artistas como los que nombro; siento que me encuentro en ese movimiento porque compartimos la visión y la manera de lanzar mensajes a la sociedad, donde no hay límites en la técnica ni en los materiales que se utilizan, donde lo importante es mover a la sociedad desde dentro y hacer reflexionar sobre lo que ocurre en el mundo.
De entre tus obras, ¿cuál es tu favorita? ¿Es tu trabajo lo que más te apasiona?
Es difícil elegir la favorita porque cada obra es una parte de mí. Es la historia de lo que me rodea y los mensajes que quiero lanzar al mundo. Es como si tuviera que elegir una sola página de un libro, pero tengo una colección personal de obras que no muestro, que son solo mías y quedan para mí, y estas son especiales. Mi estudio es ese lugar donde todo se para y estoy yo sólo con la pintura. Toda la energía que surge en esos momentos y el hecho de ver cómo una idea que estaba en mi mente se hace realidad a través del arte es lo que me apasiona. Después, ver la reacción de las personas frente a mis obras es otra de las cosas que no cambiaría por nada.
¿Qué materiales sueles utilizar? ¿Por qué?
Me gusta experimentar mucho con los materiales porque lo más importante para mí es el mensaje que quiero lanzar, y muchas veces los materiales se adaptan al concepto. Es la combinación de diferentes materiales lo que lo hace único. Por ejemplo, el collage con óleo o el papel sobre madera con luces de neón. Cada idea y cada mensaje conecta con materiales diferentes y siempre me gusta probar nuevas técnicas, para que las posibilidades sean infinitas.
Una de las series pictóricas que define tu obra es Blindness, donde la belleza estética adquiere un valor narrativo para cuestionar la capacidad de una sociedad que suele juzgar sin mirar más allá ¿Cómo y dónde nace esta obra? ¿Las modelos que se encuentran detrás del trazo que oculta sus miradas, tienen algo en especial para ti? ¿El uso de neón crees que viene de tus viajes por Asia?
El concepto de Blindness comenzó hace diez años, observando la sociedad y analizando todo alrededor. Utilizando la moda para lanzar un mensaje, la sociedad se fija en el exterior olvidando así lo que realmente eres, lo que sientes y los verdaderos valores de las personas. Así, a modo de reivindicación, tapo los ojos de las modelos, la ventana hacia nuestro interior. Consigo que la gente se pregunte el por qué y de ahí, creo una reflexión alrededor de nuestra sociedad, que parece cegada por muchas cosas, que cada día se aleja más del sentir y de la importancia más fundamental de las personas. Todas las modelos con las que trabajo comprenden el concepto y entienden que lo importante de la colaboración es el mensaje que quiero mandar. Vivimos en una sociedad que sólo sigue las cosas bellas, yo utilizo la belleza como un juego para esconder mensajes fuertes y mover a la sociedad por dentro. En cuanto al uso de neón, nace analizando el mundo de la publicidad y de cómo ese fue el primer elemento donde la tecnología, en este caso la luz, es utilizada para enviar mensajes de consumo a la sociedad. De ahí nace parte del concepto de Blindness: a partir de la luz.
Louis Vuitton Rifles es otra de tus colecciones destacadas ¿qué palabra única utilizarías para definir esta colección? ¿De dónde surge el concepto?
Mi palabra para definir esta colección sería ‘sociedad’. Esta idea nació observando la adoración que tiene la sociedad hacia los elementos del lujo. Recuerdo en mis viajes a París ver cómo la gente hacía cola en la tienda de Louis Vuitton para comprar bolsos y, no mucho tiempo después, vi unas imágenes de niños haciendo cola para que les dieran un arma para luchar en la guerra. De ahí, lo que hago es mezclar cosas que ocurren en el mundo donde vivimos y juntarlas, mezclarlas en una obra para que el espectador saque sus propias conclusiones.
De entre tus exposiciones en Estampa Madrid, Arte Lisboa, Art Lima en Perú, Art Basel en Miami Beach, Context New York y Art Show Busan en Corea, ¿cuál destacarías como la más relevante y especial para ti?
La verdad es que todas tienen algo especial porque forman parte de mi recorrido y evolución. Poder disfrutar y estar presente en la semana de Art Basel en Miami ya cinco años seguidos es un orgullo y un sueño para mí. Tener un hueco en el mercado asiático también es importante, pero al final lo importante para mí es exportar mi obra a todo el mundo y ver cómo diferentes culturas y sociedades interpretan mi trabajo.
Nos encanta el Performance Art Lies and Light, podrías hablarnos un poco de ella. ¿Por qué escogiste Hong Kong?
En este caso fue Hong Kong quien me eligió a mí. Tenía mi primer solo show en la semana de Art Basel Hong Kong y hacía tiempo que estaba investigando, quería dar el paso de utilizar mi persona como expresión para lanzar un mensaje donde yo era parte visual y física de la obra, así que comencé con el Performance Art. En realidad es una evolución de Blindness, pero de una manera mucho más conceptual y minimalista, donde las luces en el suelo representan todas esas barreras que acaban formando muros, coartando la libertad del individuo. El Performance muestra cómo rompo todas esas barreras y poco a poco voy hacia la oscuridad pero, en este caso, la oscuridad representa la parte más profunda de uno mismo y la total libertad.
¿Compartirías con nosotros un miedo o una debilidad artística?
Miedo a no tener tiempo suficiente para expresar y compartir todo lo que tengo dentro de mí. Por eso vivo cada día como si fuera el último. Mi debilidad es coleccionar arte y objetos que me inspiran.
¿Crees entonces que el arte es un lenguaje? ¿Qué intentas expresar con él?
El arte es el lenguaje más antiguo y más puro para expresar lo que pensamos y sentimos. Para mí, es un compromiso que tengo, una misión como artista. Siempre he pensado que tengo una misión y una herramienta con la que puedo comunicar y llegar a muchos lugares con un mensaje que invite a la autoevaluación. Por eso hablo de lo que me rodea y de lo que está en mi día a día. Muchos artistas trabajaron esto en el pasado, cada uno con su visión y tocando los temas más punzantes de la época en que vivían. Yo muestro lo que hay en el mundo en el momento que estoy viviendo.