La moda está cambiando, los grandes nombres están pasando a segundo plano y son los diseñadores emergentes quienes se están llevando todas las miradas con propuestas innovadoras, frescas y adaptadas a la nueva era. Javier Guijarro de emerger emergió hace poco, solo seis meses desde su salida de la universidad, pero no lo ha hecho de la nada, han sido años de trabajo, evolución y aprendizaje que han sentado las bases para construir la historia que ahora empieza, una que hasta ahora escribe su prólogo, pero de la que ya han hecho parte Bad Gyal, Rauw Alejandro y Karol G.
El diseño de moda no es para cualquiera, esto dicho no desde una perspectiva en la que sea un don innato que si no traes de cuna nunca conseguirás, al contrario, es una disciplina en la que el nivel de trabajo, constancia, práctica y curiosidad que estés dispuesto a tener determinan no solo si realmente estás hecho para esto, sino las probabilidades de sobrevivir en la industria. Javier Guijarro es un ejemplo ideal para justificar esta premisa, y yo, tras haber compartido 4 años tan caóticos como fructíferos estudiando moda en ESDi con él, puedo constatar de primero mano que nada de lo conseguido en este corto tiempo desde nuestra graduación ha sido casualidad.

Desde múltiples editoriales, videos musicales de artistas internacionales a proyectos que aún no pueden desvelarse, su colección final de grado ha traído una gran atención mediática hacia él y hacia su estética, el poder de las redes sociales del que siempre se habla sin saber muy bien si es negativo o positivo ha resultado funcionar a su favor, posicionándolo como una de las nuevas promesas del diseño nacional. En esta entrevista, la cual hace un año nos imaginábamos como un caso hipotético que llegaría a darse en mucho tiempo, nos habla de su proceso, su opinión como debutante acerca de la industria y cuáles son las verdaderas sensaciones detrás de este repentino éxito.
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¡Hola Javi, un placer hablar contigo! Ya nos conocemos y estoy familiarizada con quien eres y con tu trabajo, pero para quien no te conozca, por favor cuéntanos, ¿quién es Javier Guijarro?
Hola Natalia, qué bien que ahora coincidamos en el mundo de la moda como profesionales y no solo como compañeros de universidad, what a surprise.
Javier Guijarro, ahora mismo, es un diseñador emergente de Barcelona que intenta hacerse un huequito. Nací en Barcelona y he vivido toda mi vida en el Vallès Occidental. De padre granaíno y madre catalana, ninguno relacionado con nada cercano a la moda o el arte.
No hace mucho presenté mi primer proyecto, que fue mi colección de graduación, y el buen recibimiento que ha tenido durante estos meses ha permitido que ahora pueda estar trabajando en cosas nuevas que ojalá pueda presentar pronto. Así que de momento, Javier Guijarro es alguien que está trabajando para llevar hacia adelante un proyecto con mucho empeño.
Bad Gyal, Rauw Alejandro y Karol G han llevado tus prendas, ciertamente son nombres que no cualquiera llega a vestir, mucho menos a los pocos meses de terminar la carrera. La atención y reconocimiento de tu trabajo ha crecido exponencialmente en muy poco tiempo, ¿cómo llevas esta exposición mediática tan repentina? ¿Cómo te sienta esta transición de estudiante a nombre en la industria?
Haber podido trabajar y colaborar con estos artistas y sus equipos ha sido muy motivador para alguien que acaba de aterrizar. Cuando tienes la oportunidad de participar en proyectos como estos no solo consigues esa repercusión de la que hablas sino que además te llevas un boost de experiencia y eso es algo que notas a la hora de afrontar nuevos proyectos.
No acabo de ser consciente de si esto ha tenido mucha o poca alcance, supongo que se ve distinto desde fuera que desde dentro. Lo que sí es cierto es que cuando lo necesito, me paro a reflexionar sobre lo que he hecho en pocos meses después de haberme graduado y se transforma en un sentimiento de orgullo y de sentir que todo va por donde siempre me he imaginado que debía ir. Estar trabajando de lo que quiero tan pronto, poniendo tiempo en un proyecto personal y en mi visión, y que además pueda ver ya algunos frutos, es algo muy cool. Aun así tengo muy claro que esto solo sigue si se pone sudor y continúo trabajando.
Es verdad que ahora tus redes captan más la atención, pero hace algunos años ya tuviste tu primer momento viral con unos maxipantalones de denim con los que conseguiste más de 20.000 reacciones en Twitter e incluso alguna entrevista. Imagino que esto supuso un llamado de atención y una prueba de lo que es ser reconocido por tu trabajo, ¿qué despertó en ti este primer contacto con la ‘viralidad’?
Eso lo recuerdo muy emocionante. Hace ya 3 años, habíamos salido de cuarentena y recuerdo que durante esos meses me había planteado mil veces qué cojones estaba haciendo yo metiéndome en esta industria, supongo que esos momentos nos hicieron dudar a todos. Justo al retomar la universidad planteé esa idea, la publiqué y reventó un poco. Fue el primer momento en el que volví a tener ganas con la moda en la post-cuarentena, me vino de golpe una ola de feedback positivo (y negativo, obvio) y eso motiva mucho, sobre todo a un estudiante. De repente miles de personas estaban viendo mi trabajo, compartiendo y escribiéndome; yo entendía la situación entre cero y nada. Me felicitaban, me postearon en cuentas enormes, llegó a gente que no imaginé y yo en mi cabeza rollo: ¿qué está pasando? Solo son unos pantalones tejanos de un estudiante para un proyecto de universidad, get it right (risas).
Fue la primera vez que me contactaban de revistas, estilistas, editores, etc. para hacer un feature en alguna editorial o evento. Yo no entendía para nada de qué iba el tema y ahora estar en contacto con esta gente es el día a día, lo aprendí pronto supongo. Así que de esa situación me llevé mi primer contacto con el mundo de la prensa y con el poder de las redes sociales en la industria de la moda, pero sobre fue todo una sensación muy guay de que mi trabajo tenía opciones allá fuera.
Este fue tu abrebocas dentro de lo que es el mundo de las redes y la parte más social y de comunicación de la industria, pero el verdadero contacto con lo que es el oficio de diseñador desde dentro lo tuviste gracias a las prácticas que realizaste en Palomo Spain. Su forma de trabajar es muy local y personal, en su estudio en Posadas parece que todo este mundo caótico se hace más cercano y familiar. ¿Así lo viviste? ¿Qué te dejó esta experiencia?
Mi experiencia fue ideal, pero seamos sinceros, generalmente hacer prácticas en firmas influyentes es terrible. Sabemos perfectamente que lo normal es que te exploten descaradamente y aceptes una experiencia de trabajo en una marca importante como sueldo. No se habla mucho y da la sensación que todo el mundo está de acuerdo: la industria es muy agresiva y marcas emergentes acaban recurriendo a malpagar (con suerte) a becarios para sobrevivir y los recién graduados aceptan esos curros precarios para poder tener un buen currículum. Pero chirría aún más cuando te enteras de que esto lo hacen nombres potentes de la industria.
Hace nada me enteré de que una conocida estaba en una fashion powerhouse francesa sufriendo a más no poder con un contrato de prácticas precario, falso, con horas extras sin pagar, cero garantía de quedarse y en París; luego miras y la empresa facturó varios millones el año pasado. Maths ain’t mathing, make it make sense. En fin, eso es otro tema porque yo personalmente tuve mucha suerte y resultó ser una experiencia muy enriquecedora y sin haber terminado la carrera.
Como dices, Palomo es una firma referente en España y afuera, pero su forma de trabajar es muy familiar y personal. Está toda la actividad muy recogidita en su taller de Posadas y eso te permite ver y aprender de todo. En un mismo lugar se toman decisiones de gestión de empresa, de diseño, se patrona, se produce, se hacen desayunos, fiestas, shootings, reuniones… Y su exposición es internacional, es un all-in-one de una firma de lujo, por eso también está donde está. Fue una época para recordar y se lo agradezco mucho a Alejandro, Manoli, Norberto y a todos con los que compartí taller. De eso me llevé mil cosas que me traen feelings, pero profesionalmente absorbí todo lo que necesitaba saber sobre el funcionamiento de la industria desde dentro y la importancia del ambiente de trabajo para tener buenos resultados. Ojalá aplicarlo pronto.
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El proyecto final de carrera es la culminación de muchos años de esfuerzo y trabajo, para muchos es un requisito para finalmente dejar atrás los sufridos años de universidad, pero tú siempre tuviste planes más grandes para esta colección. Recuerdo como me decías que en tu mente ya tenías claro cómo sería el estilismo, el photoshoot, cómo subirías las fotos a tu Instagram etc. ¿Crees que tus experiencias anteriores cambiaron tu forma de acercarte a lo que sería este proyecto o por qué crees que tu visión siempre fue tan clara?
Por supuesto. Cuando tocas mundo laboral, tu visión evoluciona de estudiante a la realidad de la industria y tienes que saber cómo usar eso a favor de tu visión como diseñador. Tuve la suerte de que esas prácticas me llegasen un año antes de graduarme así que me ayudó mucho a la hora de afrontar el proyecto. Tuve muy claro qué tipo de moda me apetecía hacer, así que teniendo eso y junto a la experiencia que había tenido trabajando, lo apliqué en mi proyecto de final de carrera. Al fin y al cabo, el momento en el que te toca hacer la colección de graduación no solo estás diseñando, estás llevando tú solo una dirección creativa, encargándote de tejidos, fornituras, proveedores, presupuestos, estilismo, logística, fotos, maquillaje, comunicación, redes… Todo, pero en pequeña escala; una mini firma.
Yo me planteé el proyecto de esa manera, no solo tenía que diseñar una colección que me representara para poder sacarme el título de graduado, sino que también me apetecía darle vueltas a todo lo demás y hacerlo como si ya estuviera cocinando una marca. Así que desde un principio sabía que tenía que pensar una forma de comunicarme, la identidad visual, cómo quería presentarla, con quién quería hacer feature en prensa, discurso, target, etc. De ahí salió la colección y meses después me sigue trayendo cosas emocionantes, así que ha funcionado.
Esto me hace pensar en una conversación que se tiene mucho en la industria, la importancia de la educación de moda. Es frecuente ver cómo muchos de los directores creativos de las más grandes firmas provienen de industrias creativas, pero no necesariamente de la moda, lo que puede llegar a sugerir que la educación no es necesaria para ejercer en esta industria. Después de haber cursado una carrera de 4 años de diseño de moda, ¿crees que estudiar es necesario?
Pensamientos encontrados. No creo que estudiar sea estrictamente necesario para ejercer, pero tampoco quiero decir que el intrusismo laboral sea genial. Cuando estudias moda lo haces porque quieres aprender o seguir desarrollando tus habilidades para investigar, diseñar, patronar y confeccionar, entre otras mil cosas. La cuestión es que te formas para poder trabajar en la moda con todos los conocimientos necesarios que podrían cubrir puestos de confeccionista, patronista, diseñador de calzado, accesorios, hombre, mujer, punto, etc. Son 4 años de estudio para poder cubrir todo eso y reforzar tu visión creativa aplicada en moda. Eso no quita que un músico, por ejemplo, pueda tener una visión creativa que pueda ayudar a una firma a renacer. Yo creo que los roles de director creativo pueden llegar a ser cubiertos por gente que no necesariamente se haya criado en esa industria, pero que tiene algo interesante que aportar. Aun así, desde luego que formarte en diseño desde cero y durante años es algo que contribuye a ser un buen director creativo y algo más que necesario para tener un mejor conocimiento de cómo funciona todo esto.
Ahora bien, luego está lo que muchas veces parece que ocurre: se le niega la oportunidad de dirigir una firma a un profesional del sector para dársela a un artista y no por su visión, sino por la influencia que tiene y la repercusión mediática y expectación que conlleva firmarlo. Eso es un no.
Siguiendo con esta línea temporal de hechos, han pasado solo 6 meses desde que te graduaste, pocos, pero extremadamente productivos teniendo en cuenta las expectativas que tiene un estudiante recién egresado. Supongo que así como han llegado tantos proyectos tan rápidamente habrás tenido que aprender a adaptarte a ellos con la misma agilidad, los tiempos de la industria, las exigencias, la organización. Cuéntanos como ha sido todo este proceso.
Es cierto. Al meterte de lleno en esto justo después de salir de la carrera te encuentras con mil situaciones con las que tienes que lidiar que te hacen aprender rápido. De repente ya no es solo tu visión, sino que empiezas a trabajar con distintos equipos creativos de otros artistas, a hacer mil gestiones, cajas, envíos, redes, revistas, radio, mails, números, problemas con aduanas, estilistas profesionales y otros con mucha cara … Un poco de todo. Al final te llevas mucha experiencia al encargarte de todo, empiezas a saber cuál es tu forma de trabajar y por dónde quieres tirar. Creo que este último año he aprendido a saber cuando decir que sí y cuando decir que no, a pesar de ser un diseñador muy pequeño. A veces parece que tienes que ceder siempre para crecer y te comes movidas que no apetecen.
Uno de los obstáculos más grandes que tienen los creadores emergentes es recibir el reconocimiento que merecen por su trabajo. Es frecuente ver como casi la mayoría de veces los créditos hacia el diseñador son prácticamente inexistentes, mucho más cuando los clientes son celebridades o personas de renombre que podrían suponer una gran plataforma para dar a conocer al creador. ¿Creo que tú no has sido la excepción verdad? ¿Cómo te sienta que se usen tus prendas sin tu nombre al lado de ellas?
Justo lo que decía antes. Al ser emergente parece que tienes que comerte el no ser reconocido por tu trabajo. Obviamente mis amigos y yo no hemos sido la excepción. Muchas veces he colaborado en proyectos y luego he tenido que suplicar un simple tag. Todos estamos creciendo en la moda, trabajando en proyectos que nos hacen ilusión y a menudo colaborando los unos con los otros en proyectos que no generan ingresos. Así que, reconocernos el trabajo entre unos y otros es lo que nos sirve para crecer. El problema gordo es cuando ya empiezas a trabajar en proyectos que mueven mucho dinero, se aprovechan de tu trabajo de forma gratuita y encima no te acreditan. De esto, mil situaciones. Por eso he aprendido rápido a qué se le dice que no y a qué se le dice que sí. No es tan complicado, si no hay posibilidad de paycheck, da créditos.
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¿En este trayecto te has encontrado con alguna otra práctica o elemento de la industria que te haya sorprendido de cualquier manera, ya sea positiva o negativamente?
Aparte de los internships precarios, la gente poco colaboradora y los insiders que te miran por encima del hombro y no te dan credibilidad hasta que no ‘logras algo’ a nivel profesional en la moda, también hay mil cosas positivas. Conocer a gente y sus proyectos, poder participar en cosas superenriquecedoras, aprender poquito a poco todo esto, está bien, me quedo con eso.
Hace poco, hará unos 3 meses, que hablábamos sobre el futuro. Estaba casi decidido que te trasladarías a París este año, quizás a estudiar más, a hacer algún internship o a tomar cualquier oportunidad que se presentara. Todo esto fue pre BadGyal, Rauw, Karol G era, ¿ahora que piensas hacer? ¿Dónde está tu futuro?
Ya, Natalia. Cómo cambian las cosas, es para reflexionar. Justo salí de la carrera y me llamaba mucho marcharme fuera. Por supuesto París era lo que tenía en la cabeza, ya tenía ideas de dónde podía entrar a hacer unas prácticas y además me apetecía mucho marcharme un tiempo al extranjero yo solito. Llevo toda mi vida aquí y me apetecía un cambio de aires por un tiempo, ahora ya las cosas son distintas.
La colección se movió mucho, me llegaron proyectos en los que me ha encantado participar y los equipos que me invitaron a hacerlo son los que verdaderamente han hecho que se cambien los planes. Superagradecido con ellos siempre, sobre todo a Joel y Melendo, que me han dado mis peaks estos últimos meses. Ahora París se queda un poco en plan B, el plan A es Javier Guijarro porque parece que hay gente que está igual de interesada que yo en llevar hacia adelante un proyecto personal y me apoyan con eso. Tal vez piso París pero de otra manera y en otro momento.
¿Cómo ves el panorama de la moda aquí, hay lugar y oportunidades para nuevos talentos como tú?
Eso espero, sino, no sé ni qué hago dando esta entrevista a las 3 de la mañana de un miércoles. Kidding. Sí hay lugar. Ya sabemos que hay países y ciudades que son potencias de la moda y ahí se concentran la mayoría de oportunidades. Aun así, no sé si será por sentido de pertenencia o qué, pero me da la sensación de que aquí hay gente buenísima. Vanguardia en cine, música, arte, moda, y mucho sol; todito. Lo tenemos todo diría, falta canalizarlo de alguna manera, pero poco a poco parece que se hace bien y que cada vez hay más espacio e interés para nuevas propuestas de creativos emergentes. Total, lo de siempre no se va a ir a ningún lado y lo apetecible siempre la traen los nuevos.
Para cerrar esta entrevista, me gustaría saber qué piensas sobre lo que te está pasando. Eres consciente de tus logros o ha pasado todo tan rápido que no te ha dado tiempo a procesarlo. Suele suceder que los demás se dan cuenta de nuestros éxitos más de la que nos damos nosotros mismos, ¿es tu caso?
Bueno, es un poco tricky. Diría que no soy lo suficientemente consciente. Acabo de aterrizar y van pasando cosas que tampoco sé si considerar triunfos, consecuencias o simplemente un paso más hacia lo siguiente que venga. Creo que lo normalizo todo muy rápido, y lo mismo me pasa con esto, sobre todo en la brevedad con la que ha surgido todo. Desde fuera me da la sensación de que se ve distinto, más grande de lo que lo veo yo. Y no digo que no lo sea, pero yo voy haciendo sin pensar una cosa detrás de la otra y los resultados positivos que tienen ni los asimilo. Así nunca acabas de ser consciente de sí eso es un logro o qué. A veces te tienes que parar a relativizar, poner las cosas en su sitio y felicitarte a ti mismo porque sino en ningún momento lo saboreas. Está claro que soy un embrión en el mundo de la moda y que falta muchísimo para poder decir que estoy logrando cosas de peso, pero también sé reconocer que lo que llevo hecho en estos meses es para tomarme una copa con mis amigos. So cheers.
¿Qué sigue para Javier Guijarro? ¿Qué podemos esperar de ti en los próximos meses?
Supongo que lo veréis en los próximos meses. Gracias, Natalia. Qué ideal poder decir que me entrevistan mis amigos. Una abraçada.
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