El joven fotógrafo y publicista Javier Castán nos ofrece una mirada íntima a su entorno que nos hace cómplices de su vida, y nos abre el camino de imaginarnos su historia. Con tan solo 25 años tiene a su espalda una corta pero intensa trayectoria, donde Mø o Yelle forman parte de sus negativos. Enamorado de la fotografía analógica y del arte, nos cuenta un poco más sobre sus proyectos, sus fotógrafos admirados o su proximo viaje a Japón.
Hola Javier, ¿para quién no te conoce, cómo te presentarías brevemente?
Un chico con una cámara.
Eres licenciado en Publicidad y Relaciones Públicas, pero enseguida encontraste un hueco en el mundo de la fotografía, cuéntanos, ¿qué es para ti la fotografía hoy por hoy, un hobby, un trabajo, una pasión? ¿Qué buscas en tus fotos? ¿Intentas captar o mostrar?
Siempre he ido combinando el tema de la publicidad y la fotografía. Actualmente me encuentro trabajando en Vice como creativo publicitario, y el tiempo que tengo libre, lo dedico exclusivamente a la fotografía. Empezó siendo una especie de método terapéutico, pasó a ser un hobby y, finalmente, empezó a ser un trabajo. Pero tampoco me gusta llamarlo trabajo, un trabajo implica cierto tono peyorativo. Como muchos, llevo siempre una cámara encima, ya me ha pasado demasiadas veces que sucede algo delante, y no poder captar el momento. La verdad, es que me paso más tiempo observando y pensando en cómo fotografiar el mundo que me rodea, que en “estar” físicamente ahí. Si te digo la verdad, no sé bien qué intento captar, sé que es algo, las distintas formas de representar un aspecto de algo, o pequeñas cosas que pueden pasar desapercibidas por su cotidianidad. Lo evidente no es divertido.
Tu trabajo hasta ahora, denota una clara inclinación hacía la fotografía analógica por encima de la digital. ¿Qué te agrada de esta dimensión analógica? ¿Crees que la fotografía digital no muestra tanto el momento real?
Creo que tanto la cámara como el formato que escoges no dejan de ser una forma de trabajar. Cada uno tiene la suya. Un pintor puede trabajar con acuarelas, témperas u oleos, según lo que quiera conseguir. Lo importante es saber qué quieres conseguir.
Tus retratos y fotos ya forman parte de publicaciones como i-D, Fucking Young, Oyster Magazine, Contributor, Nylon, entre otros, y eres el encargado de poner portada al último número de Vanidad. ¿Cuál ha sido para ti el momento más álgido de tu trayectoria?
No sé si álgido, pero uno de mis trabajos favoritos fue un reportaje que hice en Lisboa y en Sintra, una ciudad cercana, llena de castillos. Además de ser de mis fotos favoritas, fueron un pequeño impulso para conseguir embarcarme en otros proyectos.
Has retratado con tu estilo personal a cantantes como Yelle o Mø, ¿cómo te enfrentas a tener delante tuyo a estrellas del indie a las que supongo que admires? ¿Partes desde un concepto o es más bien espontáneo? ¿Cómo crees que viven ese momento en el qué les explicas lo que intentas plasmar acerca de ellas?
Hay absolutamente tan poco margen de tiempo para hacer estos encargos, que la mayoría de veces uno ha de improvisar sobre la marcha. A mí, personalmente, me gusta hablar con la persona que voy a fotografiar, ver qué es lo que le gusta o le atrae, y cómo quiere mostrarse, para llegar a un punto de comunión entre ambos.
Todos tus retratos tienen un aura especial en la que se puede percibir los sentimientos de la persona a la que fotografías, ¿cómo seleccionas a quien hacerle el retrato? ¿Qué ha de tener de especial ese momento? ¿Cuál es tu ideal de belleza?
La luz me influye mucho, el momento que hay detrás, no lo sé, miles de factores influyen y es imposible racionalizarlos. Pero cualquier cosa puede ser susceptible de ser fotografiada.
¿Cómo es tu proceso para disparar una editorial de moda? ¿Cómo han evolucionado las poses de modelo en las editoriales? ¿Quién le dice cómo posar? ¿Qué conexión tiene que tener el fotógrafo con la modelo para llevar a cabo una sesión de fotos?
Cada uno tiene su propia manera de trabajar. Yo trato de buscar una historia o un concepto que me atraiga, y a partir de ahí tratar de trabajarla visualmente acorde con mis propios gustos. La dirección también es algo importante. Antes me gustaba que todo fuera más natural y espontáneo, pero cada vez trato de pensar más en la composición, la pose y el lenguaje corporal. La pintura es un campo que me atrae, a veces trato de pensar en las fotos como en cuadros.
Muchos creen que la fotografía de moda es demasiado superficial y que no esconde historia alguna. ¿Qué nos estás contando tú con tus imágenes?
Es muy difícil quitarle el sanbenito de frívolo a la moda, pero hay gente del sector que lo está tumbando, con editoriales e historias increíbles. A mí, personalmente, más que contar, me gusta que la gente imagine. Claro que tengo siempre una historia en mi cabeza, o un concepto base, algo en parte culpa de mi vertiente publicitaria. Pero al final, eso no importa. Quiero decir, que es mucho más divertido montarte tu propia película. Vamos, es lo que hago siempre con las fotografías de los demás.
Hablando de fotografía de moda y comercial, parece que Photoshop siempre entra en acción. ¿Editas y retocas tus propias fotos? ¿O prefieres la naturalidad?
Antes no solía editar casi nada, pero a medida que he ido recibiendo encargos de más envergadura, hay cosas que debes ir perfilando, y perfeccionando. Photoshop simplemente es una herramienta más para traducir visualmente lo que tienes en mente. Sólo debes saber cómo usarlo.
Como fotógrafo freelance, ¿cuáles han sido tus mayores retos? ¿Cómo sientes que esta ahora mismo el panorama en España en este campo?
Cuando estás empezando, todos los proyectos pueden llegar a parecerte atractivos. Es importante pensar qué quieres hacer, y cómo quieres enfocar tu trabajo, decir no a ciertas cosas, en definitiva, no dejarte llevar tanto y adquirir una visión comercial. Si con panorama te refieres a la gente del sector, hay gente muy buena, y muy talentosa. Y sobre todo con ganas de hacer cosas.
¿Un fotógrafo que admires?
Jamie Hawkesworth, Alasdair McLellan, Mark Peckmezian, Angelo Pennetta, Bruna Kazinoti, Philippe Jarrigeon, Cass Bird, Wolfgang Tillmans, Rineke Dijkstra, Michael Mayren, Wai Lin Tse, Harley Weir… La lista es bastante larga. Y tampoco hace falta irse muy lejos; hay gente de mi generación cuya obra me encanta, como Alba Yruela, Ivan Fucich, Coco Capitán, Lluís Tudela, Igor Termenón… 
De tu portafolio, ¿cuales son tus fotos favoritas y por qué? ¿Has conseguido ya tu foto perfecta?
No existe la foto perfecta, vamos, eso lo tengo clarísimo. Supongo que se atañe todo a un criterio puramente subjetivo. Creo que mis fotos favoritas son algunas que no publico. Lo que sí, le tengo especial cariño a una foto que le saqué a mi amiga Débora. Ese día estábamos en casa, nos pasamos la tarde charlando, fumando y bebiendo sin parar. 
En unos meses partirás de viaje a Japón, ¿será tu primera vez allí? ¿Qué esperas del país? ¿Tienes ya algún plan de que lugares o cómo captar la cultura nipona? ¿Crees que volverás siendo la misma persona y con la misma mirada?
Es un viaje que siempre había tenido en mente hacer, voy con la mente muy abierta, no espero nada. Voy con mi pareja, y haremos una ruta por todo el país, intentando exprimir cada día al máximo. Lo que me gustaría de verdad sería conocer y hablar con fotógrafos de allí. Es lo que más me gusta de viajar.
¿Como ves a Javier Castán en un futuro? ¿Algún proyecto en mente o preparado del que nos puedas adelantar algo?
Como ahora, un poco loco, sin parar, combinando la publicidad y la fotografía. Voy a trabajar con algunas marcas, y he realizado un proyecto colaborativo con el fotógrafo Pau Roig para la siguiente edición de artistas de Atelier des Jeunes, un proyecto liderado por Patricio Binaghi, para jóvenes artistas del panorama nacional.
Q5xdkhygjjq1kdvhehsz.jpg
Ntpkvubx16vzobovwv3g.jpg
Sgem6yj9ihdkfkpzgvfu.jpg
Xgdwapnplarcujntfosu.jpg
Jdgsewuy9cdr9zzr0uws.jpg
Bgxpgk4oym00gptwkmsz.jpg
Ucwvbuxosqvly65ktjyh.jpg
Gae2vndufv82hkubgthh.jpg
Evkvpoyt8j2kna3es2wp.jpg