Indra es la clase de mujer de la que no puedes olvidarte nunca cuando la has conocido. Su naturalidad a la hora de expresarse conecta con la identidad de sus proyectos. Posee una mente y creatividad aún incorruptas. Rodeada siempre de un entorno muy creativo, las ideas y conceptos surgen en ella de manera espontánea. Consigue transmitir a través de varios medios todo su imaginario. Es una futura promesa creativa todavía sin descubrir, y de la que oiremos hablar en los circuitos del arte y del diseño.
Hola Indra, ¿puedes presentarte y contarnos de dónde viene tu nombre?
Soy Indra Zabala, tengo 23 años y me considero una persona creativa y multidisciplinar. No puedo encasillarme solo en una disciplina artística porque siento que me limito, así que intento experimentar a través de diferentes medios: fotografía, performance, vídeo, moda, dibujo… Cuando mi madre estaba embaraza de mí, estaba leyendo el libro El culto de lo femenino de Andre Van Lysebeth y en este libro es donde encontró mi nombre.
Indra, se considera el dios del cielo, de la tormenta y del rayo en la mitología hinduísta.
¿Cómo y por qué comienza tu historia artística?
Desde pequeñita he estado rodeada de personas creativas. Mi abuela era pintora, escultora, escritora y locutora. Mi padre periodista, escritor y fotógrafo. Mi madre, una amante de la moda y el estilo. He vivido en un ambiente bohemio y creativo. Recuerdo las tardes de mi infancia en la cocina de mi abuela pintando, haciendo barro, leyendo y representando El Principito en obra de teatro. Disfrazándonos con ropa de mi abuela y bailando coreografías que nos inventábamos mi hermana y yo. Era muy divertido. A todo esto, en la adolescencia, uno olvida lo que le gusta y lo que quiere hacer con su vida, todas esas cosas pasan a un segundo o tercer plano. Pero llegó un día en el que conocí a Victor Baladoch, mi mejor amigo, artista y fotógrafo y desde un primer momento, conectamos en el campo artístico de una manera extraordinaria. Empezamos a hacer proyectos de fotografía conceptuales junto con Joan Palau (mi pareja y amor incondicional) y Anna Zamora (mi mejor amiga y diseñadora de moda), cada uno aportando su visión y poniéndolas en común; y salieron proyectos muy interesantes. En ese momento volví a reencontrarme con mi parte creativa, volví a sentir la necesidad de expresarme a través de cualquier medio. Como me dice Victor: “No importa el medio, sino el contenido”
Has sido imagen de campaña de varias firmas, ¿cómo llevas lo de trabajar frente a las cámaras y hacer de maniquí? ¿Qué características ha de tener el proyecto para que te interese colaborar?
La verdad es que siempre me ha gustado posar delante de la cámara, no se me hace difícil, es algo que he hecho desde pequeña. A los 14 años hice mi primera sesión de fotos y a partir de ahí todo fue surgiendo. Cuando vas haciendo colaboraciones, te van contactando y vas cogiendo experiencia. Te das cuenta de que solo te quieren porque eres o tienes algo bonito. Darme cuenta de eso, me hizo pensar que yo no quería ser modelo y que solo me valoraran por mis característicos rasgos. Me considero mucho más que eso y en el mundo de la moda muchas veces te hacen sentir como un objeto. Creo que si quieres ser modelo hay que estar por encima de la superficialidad y la banalidad.
Colaboro en los proyectos que me producen interés, que veo que van más allá, los que me dejan ser creativa y aportar mi visión. Colaboro con personas que me producen buen rollo y que aportan algo nuevo en mi vida.
Estás muy vinculada al movimiento pro mujer. ¿Crees que el el mundo del diseño/arte las mujeres estamos en un segundo plano?
He nacido en una familia de muchas mujeres, me han educado mujeres y he vivido rodeada de ellas, entonces es imposible no estar vinculada al movimiento pro mujer. Todas las mujeres deberíamos ser feministas y defender nuestra lucha por la igualdad. Además, siempre he sentido una gran atracción por lo femenino, me parece lo más bello y poderoso del universo. Creo que en todos los mundos la mujer esta en un segundo plano. Algunos hombres nos temen, tienen miedo del poder que poseemos y por eso a lo largo de la Historia, nos han intentado anular. Gracias a nuestras bisabuelas, abuelas y madres vivimos en una época en la que han mejorado muchas cosas, pero el trabajo no se ha acabado. Tenemos que seguir batallando por lo que queremos y por lo que nos merecemos. Faltan mujeres gobernando países, faltan mujeres médicos, empresarias, faltan mujeres escritoras, pintoras, arquitectas, fotógrafas, diseñadoras, artistas… Falta que nos enseñen en las escuelas el lado femenino de la Historia, que nos nombren mujeres que han llegado lejos. Falta sensibilidad, humildad, empatía, humanidad, y son cosas que una mujer puede aportar muy fácilmente a este mundo.
Puede decirse que crees mucho en la energías y en la espiritualidad de las personas. ¿Por qué?
Sí. Creo que en las energías y en la espiritualidad de las personas. Me resulta muy difícil pensar que solo existe este mundo tal cual lo vemos y ya. Tiene que haber algo más. Y creo que los seres humanos, antes que nada, somos energía y después cuerpo y mente.
La energía es algo muy importante porque es lo que proyectamos hacia el exterior, es lo que respiran las personas que nos rodean.
Actualmente ¿en qué proyectos estás trabajando?
Tengo varias ideas en la cabeza que quiero llevar a cabo. Ahora mismo estoy en el proceso de conceptualización. Además estoy trabajando en un proyecto fotográfico conceptual con un fotógrafo muy interesante de Barcelona. Y con Oriol y Enya (dos amigos con los que colaboro mucho) estamos grabando un documental sobre sexualidad.
¿Qué te motiva a la hora de comenzar un proyecto de cero?
Me motiva lo claro que lo veo en mi cabeza y las ganas de verlo hecho realidad.
¿Cuál es tu banda sonora de SS17?
Tornado Wallace.
¿Sientes que haces las cosas porque surgen en ti de manera espontánea?
Sí, no podría hacerlas de otra forma. Soy muy impulsiva y cuando siento que tengo que hacer algo lo hago. En esos momentos no puedo pensar en otra cosa, me obsesiono. Todo lo que hago surge de la espontaneidad, de la necesidad de expresar lo que siento.
¿Qué opinas del panorama artístico cultural juvenil de Barcelona? ¿Encuentras muchas diferencias con los jóvenes europeos?
Me encanta Barcelona y la diversidad de oferta cultural que tiene, pero sinceramente es una ciudad bastante cerrada, existen clanes creativos y nunca vas a formar parte de ellos jajaja. En cambio, en Madrid siento que hay un movimiento creativo mucho más fluido. De todos modos intento focalizar mi visión hacia Europa o el resto del mundo. Hace un tiempo que tengo el ojo puesto en Europa del Este.
¿Cuáles son tus referentes visuales estéticos? Esos que te hacen vibrar.
Vanessa Beecroft y Jan Saudek.
Sueles pasar largas temporadas estivales en Berlín. ¿Qué te aporta esa ciudad?
Berlín fue un punto y aparte en mi vida y en la de mis amigos, vivimos una especie de verano del amor hace unos 5 años. Para mí es una ciudad donde puedes encontrar lo que buscas: arte, creatividad, galerías, espacios inspiradores. Hay una gran oferta cultural y además, lo mejor de todo, es que es una ciudad muy barata y llena de gente joven con tus mismas inquietudes.
¿Cuáles son tus objetivos de futuro?
Hacer un viaje largo y vivir en otra ciudad por un tiempo o quien sabe, para siempre.
Tres deseos.
Deseo que el mundo del arte y de la creatividad no sea tan elitista y que se fomente más la colaboración entre personas, creativos, artistas, diseñadores. También deseo que el sistema capitalista quiebre para dar paso a una red más humanista, donde importen las personas y no el dinero. Y que se respeten de verdad los derechos humanos.
¿Crees que cuando un artista crea una obra esta proyectando su vida, sus miedos, sus inquietudes?
Sí, creo que el arte es una gran terapia, es una manera de poder decirle al mundo lo que sientes, lo que piensas, plasmar experiencias personales vitales. Es una disciplina que te permite expresar que hay otras visiones, otras posibilidades y que se puede cambiar el mundo. Por eso, me parece fatídico que en España estén quitando de las escuelas asignaturas como Plástica o Filosofía, o que no se le dé importancia a las carreras humanistas. Al final, el cambio está en nosotros y tenemos que luchar para no perder todo lo que nos hace más humanos.