El Mediterráneo, su gente, su tierra, sus raíces, y una pizca de nostalgia son los ingredientes que hacen de Hereu la marca de complementos perfecta. A primera vista los diseños pueden parecer simples, pero es ahí donde radica, precisamente, su genialidad: los cestos y alpargatas nos transportan a la costa mediterránea, a las terrazas donde sopla la brisa marina, al cielo de colores pastel cuando se pone el sol y, en definitiva, a la calidad de vida bien entendida. José Luís Bartolomé y Albert Escribano, sus fundadores, empezaron la marca cuando todavía estaban en Londres, y hoy hablamos con ellos sobre cómo han vuelto a lo primigenio.
¿Qué os empujó a ser diseñadores de moda? ¿Fue algo que venía de lejos o simplemente surgió?
Pues un poco de ambas cosas. Los dos crecimos con la idealización de la moda de la manera en la que se percibía el los tiempos pre-internet, y en un momento determinado decidimos intentar que fuese nuestro trabajo. Las oportunidades que fueron surgiendo lo hicieron posible.
Ambos veníais de lugares como París o Londres y volvisteis a las raíces, estableciéndoos de nuevo en vuestra tierra. ¿Es por eso que llamasteis a la marca Hereu? ¿Qué queréis recibir de esta herencia?
En realidad, empezamos la marca cuando aún vivíamos en Londres pero queríamos ponerle un nombre en catalán porque es la lengua de nuestros orígenes. Queremos recibir la herencia de las tradiciones y artesanías, y tener la oportunidad de reinterpretarlas para que adquieran un valor y una razón de existir de manera contemporánea.
Los diseños de los bolsos son muy curiosos, son como las bolsas o las cestas de mercado. Esta evocación al pasado, ¿era algo que necesitabais tras vivir alejados de vuestro país natal? ¿O simplemente queréis convertir la cesta de la compra en un accesorio de alta calidad?
Sí que hay un punto de nostalgia, pero más de recuerdos y de generaciones pasadas, de objetos creados con una funcionalidad o para una finalidad en concreto. Parte de nuestra aportación es elevarlos en calidad.
Los bolsos y zapatos evocan recuerdos que muchos de nosotros podemos tener, como una bolsa de mercado o unas menorquinas. ¿Cuál es el proceso creativo desde que tenéis la idea hasta que la hacéis realidad?
El punto de partida siempre es la técnica o la tradición de cada producto y el artesano o la fábrica que lo trabaja. De ahí estudiamos las posibilidades y lo reinterpretamos para hacerlo relevante para momento en el que vivimos, a la vez que aplicarle calidad en los componentes y acabados.
¿Era necesario que, si el objeto final fuese totalmente un recuerdo de nuestras raíces, todo estuviese diseñado y producido en España?
Totalmente, es un elemento clave de nuestras piezas. Además de tener más credibilidad y aportar garantía de calidad, es una manera de apoyar a la industria y a los artesanos españoles.
Supongo que los diseños son algo de antaño, pero la manera de crearlo es más moderna, ¿qué aporta esta dualidad entre lo antiguo y lo nuevo?
Intentamos que de esa dualidad de lo antiguo y lo nuevo salga algo atemporal.
Ubrique, Menorca, Mallorca, Alicante, Barcelona. ¿Cada lugar le da un toque distinto a cada pieza, tanto si es un bolso como si es un zapato?
Sin duda, aunque más que el lugar sería la fábrica o artesano que lo manufactura.
A parte de este sentimiento nostálgico o de raíces, ¿qué más aportáis a las prendas? ¿Qué queréis transmitir con cada una?
Además de calidad y nostalgia, intentamos que haya un aire divertido siempre, porque nuestra inspiración viene de los buenos recuerdos que te hacen sonreír.
El legado, el Mediterráneo, la tierra, la gente. ¿Qué es lo que más os inspira para crear estas piezas?
Todo, ese es nuestro ‘moodboard’ constante pero en movimiento.
Por ahora estáis en muchos países diferentes: Inglaterra, Estados Unidos, China, Japón, Taiwán y Corea, ¿dónde más pretendéis llevar la tienda?
Comenzamos más fuerte en Asia porque allí apuestan por marcas jóvenes sin nombre, pero ahora estamos expandiendo de manera orgánica en Europa y Estados Unidos.
Finalmente, ¿qué planes aguardan a Hereu? ¿Qué podremos ver pronto?
No hay ningún plan más que seguir con lo que hacemos ahora, mejorando lo que se pueda mejorar y disfrutar cada vez más el proceso.
