Me gusta hacer patchwork porque es como pintar, jugando con colores, tejidos y texturas, que es lo mismo que me gusta de la moda pero sin la exigencia de las tendencias, las tallas y los patrones. Las mantas, además, me ofrecen un formato funcional. Saber que la gente, aparte de ver mantas bonitas, puede usarlas en su día a día, es una satisfacción.