Carla: La verdad es que al principio no buscábamos transmitir una sensación específica al público. Era un proyecto que nacía de una necesidad muy personal de explorar un camino juntas, de probar a componer y a crear de una forma nueva. Pero a medida que íbamos grabando, nos dimos cuenta de que las canciones estaban claramente en un aura parecida. A día de hoy, nos gustaría que la gente, cuando escuche este álbum, se sienta en casa; en su safe space. Nos gusta imaginar que alguien se pone el disco en casa e inmediatamente se siente mejor, acompañado, arropado.
En cuanto a las letras, creo que simplemente la mayoría de ellas, al ser autobiográficas, hablan desde la sinceridad. Para mí, escribir canciones es algo bastante terapéutico, es mi forma de lidiar con mis inseguridades, mis heridas. Pero también mi forma de tratar de entender o dar sentido al mundo que me rodea. Y claro, la ansiedad o la pérdida forman parte de ese mundo.