¡Qué difícil! El inicio de cada temporada es lo que más nervios y disfrute me genera, es decir, conceptualizar la colección, diseñar los nuevos modelos y ver los primeros prototipos es uno de mis momentos favoritos, ya que veo como se materializa la idea que tengo sobre el papel. Muchas veces entro en taller y me miran con cara de ‘a ver que trae Gabriela esta vez’, ya que muchas veces pongo materiales a prueba o patrones algo complicados, y puede que de cada tres, solo uno funcione –pero el que funciona suele ser un éxito.
Por lo tanto, no podría decirte un momento concreto del proceso. Disfruto mucho también en la selección de pieles y tejidos. Puedo pasarme días buscando la piel o la fornitura adecuada para el bolso; si no la encuentro, puede que no tire adelante ese modelo. Podría decirte que disfruto de todo el proceso hasta que llega el punto de la comercialización o comunicación. Eso prefiero dejarlo en mano de otros profesionales. Así que siempre me encuentro en el taller, aprendiendo, probando, controlando, etc. No podría imaginarme como se produce a distancia y como se puede mantener el mismo control de calidad y presencia en el diseño.