Nació al otro lado del Atlántico, creció en Málaga y ya ha cruzado innumerables veces Europa.
Florencia Rojas es una de esas artistas que rebosan creatividad, y con la simple condición de cuestionar y amar lo imperfecto, lo hace bello y construye su propio futuro. Para ella el problema se convierte al mismo tiempo en la solución, la fotografía en su consagración máxima. Es humilde cuando elogiamos sus imágenes, nos dice que no le gustan las etiquetas. Pero, ¿para qué las necesita? Lo que hace se explica por sí mismo, trasluciendo ese presentimiento de que Florencia no podría ser nada más que artista.