El proyecto Dark Star comenzó en Barcelona en 1997, antes de mudarme a Londres. En aquella época, los 90, había un espíritu un poco nostálgico e intentábamos recuperar cosas del pasado, allá por los 70. Así que, por supuesto, conecté con ello inmediatamente: la estética, el amor renovado por el punk, hacer collages y fanzines, etc. Aunque no se asumía ningún riesgo político, era muy interesante y tenía bastante potencial.
Por ello, la idea de volver atrás a este tiempo surgió. Se trataba de volver a experimentar con el baile, la música, la escritura, y yo ya había experimentado con la fotocopia. De alguna manera, esta combinación me hizo pensar: “¿Por qué no empiezo un fanzine?” Y entonces, el fanzine se hizo cada vez más grueso. Era como una investigación genial sobre la fotocopia y el collage, ¡fue una gran experiencia! Tuve varios colaboradores, todos gente con la que solía salir por ahí, y simplemente me daban sus cosas y materiales para que yo hiciera collages y lo combinara todo.
El resultado eran conjuntos de cosas que tenían relación y relevancia en mi vida y en la época. En Five Years hice una obra llamada Dark Pop, que fue como la publicación expandida. En 2000, presenté una obra en la Metronom de Barcelona, ya cerrada. Allí monté una instalación que era como un Dark Star tridimensional, con un gran cojín para tirarse a ver mis películas y publicaciones. En Londres solo lo llevé por dos sitios: la Serpentine Gallery y una tienda de ropa de Soho.
Un día, Alexandre Thumerelle de OFR Distribution en París (encargado de la distribución de Purple, Self service, TOKION, etc.) me preguntó sobre Dark Star y comenzamos a trabajar juntos. Normalmente pagaba por la producción de 75 ejemplares, y luego los vendía en sitios como Colette o tiendas en Tokio o Nueva York. Dark Star siempre se agotaba. Ahora están en el archivo del MACBA, por si los queréis estudiar.