Muchas de mis fotografías recuerdan a la pintura, no es la primera vez que me lo comentan. Siempre me ha gustado esta sensación fotográfica-pictórica que adoptan mis fotografías. A veces por la temática, como en mi serie Nebula, y otras, como bien dices, por el juego de contrastes. En Nebula las imágenes son atemporales, desdibujadas o apenas dibujadas por la niebla. Una metáfora, tal vez, sobre la esencia fotográfica, el ver y el no ver.
No hay, en este caso, una búsqueda específica de inspiración en la pintura. Es una mirada intuitiva, una manera de mirar que me estimula, me abre y, en cierto modo, me deja más libertad. Me siento cómoda en estas composiciones, es una manera de flotar en la imagen. Quizás ahora que lo comentas, constatar este juego de luz y sombra pueda entenderse como la dificultad de penetrar en el pasado y, por ende, en el presente. El mismo título creo que ya hace referencia a esa dificultad de completa transparencia, concretamente la fotografía del mar con la que se inicia la exposición, hecha justo cuando el día clarea (momento, por cierto, de las ejecuciones). Noche y día se encuentran en sus lindes, como la línea de horizonte que empieza a definirse.