Creo que hay una confusión de términos. Hacer porno feminista no es lo mismo que hacer porno para mujeres. Yo misma ya no creo que mis películas sean para mujeres. Es cierto que contienen historias en las que el placer de la mujer está reflejado, ¡pero esto también les interesa a los hombres! De hecho, gran parte de mi público es masculina. Al fin y al cabo, creo que lo que todos queremos son historias y escenas más realistas, más inspiradoras, y eróticas para todos los sentidos, y esto es lo que mis películas ofrecen.
En cuanto al lado feminista, sí creo que es importante tener a más mujeres detrás de las cámaras, produciendo, dirigiendo y contando las historias que a nosotras nos gustaría ver. Si la industria del sexo nos representa de forma errónea, sin voz, sin iniciativa, sin ninguna autonomía, nosotras nos tenemos que levantar y hacerlo de manera diferente. Que seamos más mujeres escribiendo, produciendo, dirigiendo y hablando de porno. Salir a la luz y decir que nos gusta el sexo es un avance, ¡pero no es suficiente! El porno es un discurso sobre la sexualidad contemporánea, y si queremos tener voz tenemos que cambiar la forma como la industria del sexo nos representa. Las mujeres somos seres sexuales, nos gusta el erotismo, la seducción y el placer, y me parece demasiado injusto que no podamos vivirlos porque la industria ha estado corrompida durante muchos años. Hay mil maneras de hacer películas eróticas que sean inteligentes, bonitas y excitantes. ¿Por qué no hacerlas?