Esta coincidencia conecta al espacio, a la persona y al motivo por el cual se realizó esta entrevista. Lo iréis viendo, pero las conexiones y momentos circulares son una de las constantes de este texto. Tanto por la vigencia del mensaje que lanza Chevi Muraday, y otro tanto, por el relato sobre experimentar en carnes lo que pudo ser un sueño de juventud. Un retorno a la isla Pandataria, pero también a un virginal miedo escénico perdido. Un reencuentro con las primeras veces.
Pandataria es un refugio de quienes creen en la belleza de lo marginal. Así como el teatro que llegaba a las ciudades para repartir cultura entre quienes no podían acceder de otros modos, como la barraca de Lorca o las tragedias de Sófocles. Y si queréis saber qué es para mí Pandataria, pues… Pandataria es un sí. Un diez de diez. No os la perdáis.