No tengo ni idea… Hay una mezcla de referentes muy diversos que no vienen todos de la poesía. Difícil de encasillar, aunque defiendo una idea clasicista de la poesía, no clásica, pero sí clasicista. La idea del texto como construcción, la idea del paisaje y la ciudad como texto, y temas que marcan la voz relacionados con la arquitectura, el urbanismo, la política, la ciudad, pero también tienen importancia el amor y el sexo. Me planteo la poesía desde el cuerpo y la voz en contacto directo con el público y a la vez está fuera del tiempo en este sentido clasicista y fuera del yo. No me interesa hacer literatura del yo, ni me interesa hacer autobiografía, tampoco retratar el momento actual sino formar parte de él. Defiendo que la poesía tiene que permitirte establecer un diálogo con el otro sin tener que explicarle lo que te ha pasado. Y convivo bien con la contradicción y los formatos casi opuestos. Defiendo la oralidad y la experimentación, pero mi libro El terra i el cel (Suelo y cielo) lo planteo como libro cerrado para ser leído en la intimidad. Es muy claro y fácil de entender, como un edificio clasicista, y esto puede descolocar a más de uno. También puedo ser muy barroco o muy minimalista en otros momentos, pero eso tiene que ver con las influencias de autores como Brossa y Espriu, que no tienen nada en común entre sí.