Un poco los dos. Por un lado, siempre tuve inquietud por hacer cosas con las manos más allá de dibujar. Por otro lado, unos años después, en la escuela de artes, aprendí de verdad como hacer esculturas y, a partir de ahí, el camino se fue haciendo paso a paso, no he planeado nada, sólo seguí mi impulso por crear.