La banda vasca afincada en Barcelona lleva quince años de carrera, en los que le ha dado tiempo a hacer protagonistas a guitarras o a sintetizadores, sin presión. En su último trabajo, Delorean homenajean al cantautor, poeta, activista –y otras tantas cosas– vasco Mikel Laboa. Tienen claro que el público puede asociar un sonido concreto a la banda, pero esta vez han querido desmarcarse de él y dejarse llevar.
Nos cuentan que tienen ganas de llevar los directos de Mikel Laboa fuera de Euskadi, e invitan a todo el mundo a disfrutar de una escenografía y una iluminación preparada para este show y a descubrir a unos Delorean distintos. Quienes pudimos disfrutar de su directo en el Primavera Sound damos fe de ello; Delorean son otros, con la esencia de Mikel Laboa en sus instrumentos, pero tan geniales como siempre.
Nunca habéis dudado en experimentar, siempre con vuestro sonido característico por delante. Empezasteis con las guitarras más presentes en 2004, con vuestro primer disco homónimo, y habéis ido bajando la frecuencia con la que aparecen, hasta reconocer solo sintetizadores. ¿Qué valoración hacéis de esos cambios hasta ahora?
Con la aparición de las guitarras siempre hemos ido dando bandazos, depende por donde nos dé. Por ejemplo, en Subiza hay pocas guitarras, en Apar hay un montón y en Muzik no hay ninguna. Quizás en el próximo habrá muchísimas;  dependiendo de lo que nos pida la canción las utilizamos o no.
En 2010, con Subiza, pasasteis del post-punk anterior hasta llegar a los sintetizadores, con lo que conseguisteis un éxito exponencial. ¿Esto os ha hecho sentir presionados en los trabajos posteriores?
Aunque antes hubiera más guitarras, los sintetizadores siempre han tenido mucho peso en la banda. Quizás el cambio más significativo en Subiza fue el hacer el disco al cien por cien con el ordenador y de ahí que haya un gran salto en la producción si se compara con obras anteriores. Siempre hemos dicho que la presión se la pone uno mismo, siempre hemos pensado en que nos tiene que gustar a nosotros primero para que luego le guste a la gente. Si tomas decisiones solo pensando en la gente y sin respetar tu criterio lo más probable es que te salga algo muy vacío.
Vuestro último trabajo no es un disco como a los que nos teníais acostumbrados. Es un homenaje a Mikel Laboa: médico, poeta, escritor, activista, un icono de la cultura vasca. ¿Por qué decidisteis trabajar sobre sus canciones?
Todo esto nace de un encargo que nos hicieron para tocar en un homenaje póstumo a Mikel Laboa en 2014. Nosotros conocíamos sus canciones más populares porque en Euskadi es una figura muy importante y conocida y, directa/indirectamente, toda la vida las hemos escuchados. Cuando nos ofrecen tocar en su homenaje nos da vértigo, sobre todo al principio, pero conforme empezamos a ahondar en su obra enseguida descubrimos un montón de cosas que nos fascinan. De ahí surge todo esto que ha derivado en un álbum.
Tengo entendido que habéis contado con la ayuda de Elkar, el sello discográfico que editaba el trabajo de Laboa, y con la de su mano derecha y pareja, Marisol Bastida. ¿Cómo ha sido el proceso de trabajo?
En Elkar nos han apoyado al cien por cien con todo desde el día uno y se han implicado muchísimo en todo el proceso, poniéndonos todo tipo de facilidades. Su pareja, Marisol, siempre que actuamos cerca nos viene a ver y nos felicita, cosa que para nosotros no tiene precio.
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El homenaje a Mikel Laboa no es solo a él como cantautor, sino a todo lo relacionado con él: cultura, simbolismo, reivindicación. También se habla de que es un trabajo introspectivo, un giro momentáneo de vuestro sonido. ¿Qué habéis aprendido en esta introspección?
Sobre todo hemos aprendido a ser libres. Un grupo como el nuestro, que tiene más de quince años de carrera, de cara al público está encasillado en cierto sonido. Quiero decir, cuando la gente piensa en Delorean, piensa en un sonido en concreto y eso como músico te puede llegar a pesar mucho, ya que eres preso de una creatividad que tiene limites. En este disco, sin embargo, nos hemos dejado llevar muchísimo sin respetar ni estructuras ni moods concretos de Delorean; hemos hecho lo que nos ha dado la gana y creemos que se nota.
Mikel Laboa se ha convertido en vuestro noveno trabajo de estudio, pero ya lo habíais tocado antes en directo. De momento, contáis con dos fechas especiales: en el Primavera Sound, en el que ya os vi, y el 13 de junio en el Teatro Lara, dentro del Son Estrella Galicia. ¿Qué podremos ver en estos directos? ¿Cómo articularéis los conciertos? ¿Dejáis sitio para temas de vuestros anteriores trabajos?
Cuando hacemos el show de Laboa solo nos centramos en temas del disco. Aparte de los de este álbum, por eso, tenemos unos cuantos temas extra que solo tocamos en directo y que esperamos que algún día vean la luz. La verdad es que estamos muy motivados de poder hacer estos conciertos fuera de Euskadi, que es donde los solemos hacer habitualmente. Para el show nos hemos currado mucho la escenografía y las luces y por eso invitamos a todo el mundo a que se acerque  a descubrir a ‘otros’ Delorean.
El videoclip de Bentara Noa es obra de la fotógrafa y realizadora catalana Alba Yruela. El resultado –imágenes granuladas que recogen una danza en la playa tras colores pastel– no nos podría haber gustado más. ¿Cómo surgió la colaboración?
A Alba le conocemos desde hace tiempo y aparte ya nos había hecho las fotos de promo del álbum. Somos grandes seguidores de su obra y por eso teníamos muy claro que queríamos que ella hiciera el video. Tiene una gran visión y por eso le dijimos que hiciera lo que quisiera con total libertad.
La voz de vuestras canciones siempre ha sonado en inglés. Ahora, en euskera, habéis ganado el premio MIIN al Mejor Álbum en Euskera, así que no se os resiste nada y además ponéis en valor otra lengua. ¿Creéis que el idioma influye en la acogida de los discos o intervienen otros factores?
Toda la vida hemos cantado en inglés y gracias a eso hemos podido tocar en sitios que ni nos imaginábamos. Pero hoy en día, el español está muy fuerte y quizás es más fácil que antes acceder a  mercados anglosajones cantando en tu propio idioma, parece que se han abierto un poco más. Ya veremos a ver que pasa.
Actualmente estáis entre los grupos estatales con más proyección internacionalmente, y ya lleváis así algún tiempo. ¿En qué momento os encontráis ahora como banda? ¿El recorrido os da libertad?
Ahora mismo estamos sumergidos en nuestro siguiente álbum y en un montón de proyectos personales que tenemos cada uno. En cuanto a la libertad, sí que creo que el disco de Mikel Laboa nos ha hecho libres o ha cambiado algo de nosotros que antes no éramos capaces de ver, y eso siempre es algo positivo.
Esa proyección también ha sido el fruto de trabajar mucho fuera de España: habéis tocado en el Coachella o con la grabación de Apar en Nueva York, por ejemplo. ¿Qué diferencias encontráis entre la industria musical de aquí y de allí?
La principal diferencia es el tamaño del mercado;  Estados unidos es gigante, con miles de festivales, salas, y mucho público potencial. España es súper pequeña y conoces a todo el mundo de la industria y, al final, por muy bien que esté tiene muchas limitaciones.
¿Qué planes tenéis, de cara al futuro? ¿Podremos veros en salas, o será este un verano de festivales?
Este verano descansamos de los festivales para poder trabajar en nuestro álbum y volver muy fuertes en otoño.
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