Por supuesto, dentro de mi orden tengo un desorden considerable. Tengo que tener mi estudio bien organizado, lo ordeno una vez a la semana, también es verdad que a los pocos minutos vuelve a estar patas arriba, rápido comienzo a sacar pinturas, materiales, imágenes, y como la mayor parte de las veces trabajo hasta muy tarde, al final me voy sin recoger. Mi proceso creativo es bastante intuitivo, comienzo con una idea general, un impulso que me obliga a dejar todo de lado y empezar a trabajar en eso. La mayor parte de las veces tengo claro lo que busco a pesar de que casi nunca el resultado es como me lo imagino al principio. Eso me encanta, la capacidad que tenemos de sorprendernos a nosotros mismos es lo que le da emoción, fuerza y presencia. Una vez tengo más o menos planteado el proyecto, reflexiono sobre lo que estoy haciendo, escribiendo lo que se me viene a la mente a la hora de trabajar. No me gusta ponerme límites, trato de ser lo más fiel a mi mismo, a mi modo de ver y sentir.