Mientras nos dirigimos a la habitación que funciona como biblioteca y despacho, Dani se detiene para reflexionar por qué dentro de su práctica artística, en un momento dado, se interesa el comisariado: “Como artista, las obras que producía en 2012 no se vendían y se iban acumulando en el estudio. Me agobié con tantas cosas que no tenían salida, y pensé: ¿por qué no trabajar con lo que ya existe? Una especie de reciclaje –aunque que conste que el comisariado no es eso–, la idea de trabajar y generar pensamiento con las obras que ya existen y se ponen en conjunto para crear una narración nueva. Además, me gusta trabajar con gente, y es una gran oportunidad para relacionarse con los artistas e instituciones; siempre con la idea de que me sirviera para mi práctica artística personal.” Dani nos adelanta que el proyecto Atelier Solar tiene vocación de convertirse en una obra propia, para plasmar cómo se objetualizan las situaciones que ocurren allí, de manera que la experiencia y los elementos que surgen no sean diluidos y puedan materializarse y tomar forma en una obra plástica.
El currículum artístico y docente de Dani impresiona. Su primer impulso para trabajar en comisariado surgió de un trabajo documental de vídeo y fotografía que realizó becado por el BBVA. El proyecto consistía en abandonar la obra de arte de un artista mejicano en un espacio natural. Recorrió la frontera de EEUU desde San Diego hasta Tejas por las carreteras del sur en las principales zonas de paso de la migración mejicana. Seleccionó a cuatro artistas mejicanos –Sara Minter, Felipe Ehrenberg, Alejandro Almanza y Rafael Lozano-Hemmer– y colocó esas cuatro obras a lo largo de California, Nuevo Mexico, Arizona y Tejas; consiguiendo así vincular la producción artística con el comisariado, el land art, el vídeo documental y la denuncia de una situación de conflicto transfronteriza. Aunque en aquella road-movie ya podemos ver un primer germen de su espíritu de comisariado, no fue hasta el pasado septiembre cuando Atelier Solar comenzó a funcionar. Ahora ha dado un paso más registrándose como asociación sin ánimo de lucro para conseguir patrocinadores que estén dispuestos a ofrecer durante un año 350€ al mes (que es lo que cuesta una de las habitaciones del piso de arriba). Una cantidad accesible para una institución o una fundación que valore su trabajo y quiera asociar su imagen a este proyecto cultural: "La idea es invitar a comisarios internacionales a pasar unos meses para que estén cerca de los artistas de Atelier Solar, de las galerías y artistas de Madrid; para que tengan visibilidad y poder participar en exposiciones fuera. El arte español tiene poca visibilidad en el exterior, aunque no tenemos nada que envidiar a países europeos. Si los propios coleccionistas compraran artistas españoles, esas obras se revalorizarían en el mercado internacional. Los gobiernos hacen esfuerzos, que pueden ser muchos y económicamente bien dotados, pero están mal gestionados y no se centran en los artistas adecuados. La cultura y la educación son el caldo de cultivo para que haya coleccionistas."