Desde sus inicios, supieron que la belleza por la belleza no era para ellas. Pretendían decir algo con su trabajo. Y no iban a conformarse con menos. Con motivo de Recién pintado, una muestra que inaugura el 3 de marzo en el Centre Cultural El Carme de Badalona en la que diez artistas han intervenido la Sala Josep Uclés del recinto, las artistas y activistas Jessica Ruiz y Carla Redón, mejor conocidas como Crajes, exponen sus convicciones y cuentan cómo, a través de la creatividad, han logrado plasmarlas en su trabajo. Desde la producción artística hasta el activismo en redes sociales. Pero siempre fieles a sus principios.
El ejemplo de este compromiso está en la obra que van a presentar. Eligen como centro de su obra a una mujer olvidada por la historia, juzgada y desterrada de su país por su ideología política. Pero, además de reivindicar la figura de la mujer, son firmes defensoras de la liberación animal. “Actuar sin tener en cuenta la ética y dañar a otros animales, sin haber necesidad de ello, nos hace peores como sociedad. Y tenemos la capacidad de hacerlo mucho mejor. Solo falta que lo creamos”, nos dicen. Con la lucha y la reivindicación como bandera, Jessica y Carla se han servido del arte para afianzar su compromiso con las causas que consideran justas.
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Además de compartir alter ego (Crajes), también compartís inicios en lo que al arte se refiere: ambas abandonasteis vuestros estudios universitarios (Psicología y Filosofía) para aventuraros a perseguir vuestro sueño. ¿Cómo fue tomar una decisión así?
En realidad, muy fácil. Nos tiramos directamente a la piscina y comenzamos a trabajar en guiones que escribíamos en nuestros ratos libres. Aprendimos After Effects y estuvimos el primer año haciendo un corto de animación experimental, Amok. Con él, recorrimos muchos festivales y llegamos a competir en la misma sección que grandes animadores (como Bill Plympton). Como nos pasábamos el día dibujando para los storyboards, por el corto y demás, le cogimos el gusto y nos decidimos a plasmar ideas en imagen estática –cosa que al principio nos parecía todo un reto, ya que pretendíamos decir cosas en nuestro trabajo y no solo buscar la belleza por la belleza. No podíamos permitirnos, por recursos, hacer cortos de animación más complejos, y comenzamos a hacer dibujos y pinturas, cosa que nos llevó a comenzar a exponer y a confiar en nuestro trabajo cada vez más. En definitiva, somos autodidactas.
Antes de tomar esta decisión, ¿habíais mostrado algún interés artístico? 
Sí, nos encantan el arte y el cine desde siempre. La animación, los cómics… Todo lo que a una niña pequeña le puede llamar la atención porque es colorido, bonito o simplemente llamativo. Hemos crecido muy expuestas a la cultura pop y es algo que nos ha marcado. Somos personas muy inquietas y siempre nos estamos metiendo en todos los fregaos. Disfrutamos creando y aprendiendo. Nos ponemos a prueba constantemente.
¿Cuándo encontrasteis las características que, a día de hoy, son esenciales en vuestras obras? ¿O es un proceso de búsqueda constante?
Quizás, una de las cosas más difíciles en el mundo de la creación es encontrar tu propia voz. Buscar un lugar donde te sientas cómoda y, desde ese lugar, intentar trasladar tu mensaje. Para nosotras, la búsqueda es constante. Nos costaba mucho ‘acabar’ una obra, siempre había cosillas. Con el tiempo, hemos aprendido a ser más pragmáticas en algunas cosas –supongo que fruto de la edad. Creemos firmemente en el arte valiente, dispuesto a hacer pensar a la gente sin dar respuestas definitivas. Los cambios duraderos son resultado de horas de reflexión, y a eso debe invitar el arte.
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Aseguráis que la figura femenina es el centro de vuestro arte. Sin embargo, la figura de la mujer ha sido protagonista de multitud de pinturas, fotografías, esculturas, murales… ¿Qué pensáis de la representación que se ha hecho a lo largo de la historia? Personalmente, ¿qué es lo que queréis aportar con vuestra forma particular de representarla?
La historia del arte no es más que una representación de la historia y, por lo tanto, el reflejo de la mujer en ella toma la misma relevancia. Es más, diría que en el mundo artístico la mujer no ha logrado aún ganar muchas luchas que, a nivel social, sí que se ha ganado mediante el activismo. El arte marcaba cánones de belleza, distinguía entre clases y le decía a la mujer cómo debía ser y qué se esperaba de ella. Una imagen de la mujer rígida, encorsetada, unidimensional… cosa que solo representa como quiere la sociedad que sea la mujer. Las mujeres somos mucho más que eso.
Durante mucho tiempo, nos hemos sentido cómodas en las figuras femeninas. Fuertes, luchadoras, bellas, pero a la vez con un aire oscuro. En muchas ocasiones, nos basamos en mujeres que han existido y que han sido borradas de la historia. Por eso de los referentes. Si no hay referentes, se disminuyen las posibilidades de que las siguientes generaciones exijan libertades y derechos. Esa ha sido una línea que se ha repetido a lo largo de la historia. Nos parece importante devolver a la cultura lo que es de la cultura. Devolverles referentes a las nuevas generaciones, que estén dispuestas a abrazarlos y cuidarlos.
Vuestra representación de la mujer se podrá ver en la exposición Recién pintado, en Badalona (Barcelona). Homenajeáis a una mujer olvidada por la historia, juzgada y desterrada de su país por su ideología política. ¿Hay algún hecho concreto que haya inspirado la obra?
Sí, en este caso nos hemos centrado en Teresa Claramunt, conocida como la virgen roja barcelonesa. Una mujer anarco-sindicalista que pasó gran parte de su vida en la cárcel y que acabó muriendo fruto de todas las enfermedades que había acumulado a lo largo de esos periodos de cautiverio y tortura. A pesar de ser una de las principales representantes del anarco-sindicalismo y la lucha obrera, y una de las pensadoras más prolíficas de la época (que cuidaba el discurso feminista y se dirigía a sus compañeras de manera clara y directa), ha desaparecido de la memoria colectiva. Escribió en muchas revistas de la época, pero nosotras nos hemos quedado con un trocito de sus palabras dedicadas a sus compañeras para esta intervención.
¿Creéis que el arte es una buena vía de denuncia y reivindicación?
Sí, por supuesto que el arte es una buena vía de denuncia. Todas las vías son buenas para lanzar un mensaje que pretenda una sociedad mejor. Más transversal y dispuesta a revisar sus privilegios. Cosa que, por otra parte, es muy difícil de conseguir. Figuras como Teresa Claramunt lo consiguieron en su momento, y no les salió gratis, por lo que deben ser recordadas. Debemos ver el arte de manera mucho más amplia de lo que, actualmente, el arte ‘formal’ está viendo. ¿Qué es arte?
“Creemos firmemente en el arte valiente, dispuesto a hacer pensar a la gente sin dar respuestas definitivas.”
Además de artistas, tenéis la vertiente de activistas, a la que dais rienda suelta a través de Reinas y Repollos. Mediante vuestra web y cuenta de Instagram, compartís multitud de recetas veganas y mensajes con los que concienciáis sobre la necesidad de un cambio de mentalidad. Sin embargo, desde que empezasteis hasta ahora, ¿creéis que ha habido avances?
Es una pregunta muy difícil. Ha habido avances, pero no tantos como nos gustaría. Eso nos genera, en muchas ocasiones, mucha frustración. Nos llegan constantemente noticias demoledoras que la gente que no está dentro de la lucha animal no llega a conocer nunca. Es una opresión muy enquistada en la sociedad y diría que la más difícil de conseguir derrocar. Los animales no pueden organizarse para hacer desobediencia civil. No pueden hacer lo que la historia nos ha demostrado que es necesario para conseguir ganar derechos. Necesitan la voz de otras para ganar sus derechos. Y cuando la voz del opresor debe ser, a la vez, la del oprimido, ya se sabe… Como decía Martin Luther King: “La injusticia en cualquier lugar es una amenaza para la justicia en todas partes.”
En 2014, decidisteis cambiar vuestra vida radicalmente, haciéndoos veganas de un día para otro. A partir de vuestra experiencia, ¿qué recomendáis a alguien que quiera iniciarse en el veganismo?
Por un lado, tener claro que el veganismo no es una dieta. Y, por otro lado, hoy en día no es nada difícil de hacer. Solo hay que ser consciente que deberás leer muchas etiquetas. Para nosotras, es la mejor decisión que hemos tomado nunca. Recomendamos que se informen de cómo funciona la ganadería, de dónde viene lo que consideramos comida, calzado, chaquetas, etc., sobre qué han tenido que pasar esos animales para que una especie disfrute de su carne, su piel, su pelo. Creemos que muchas personas no se han hecho veganas por desinformación. Pero hoy en día, eso tiene fácil solución. La liberación animal es nuestra meta como activistas y, para ello, es necesario un cambio de sistema.
Personalmente, ¿creéis que la sociedad está suficientemente concienciada sobre lo que hay detrás de su comida? ¿O resulta más cómodo mirar hacia otro lado?
No, no lo está, pero eso no es excusa. Cuando eres la parte beneficiada del trato, lo fácil es mirar hacia otro lado. Es lo aceptado por la sociedad, te beneficia, te –qué más se puede pedir. No eres tú al que matan. Pero eso tiene sus consecuencias. Actuar sin tener en cuenta la ética y dañar a otros animales, sin haber necesidad de ello, nos hace peores como sociedad. Y tenemos la capacidad de hacerlo mucho mejor, solo falta que lo creamos.
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Antes de apostar por el veganismo, ¿intentasteis eludir, en alguna ocasión, la realidad de la industria cárnica?
Sí claro, nuestras excusas han sido las mismas que las de amigas nuestras cuando nosotras les exponemos la realidad de los animales. Es difícil cuestionar lo que has dado por hecho durante toda tu vida. Es un proceso mental difícil, y si a eso se le añade la presión social, puede ser el motivo perfecto para dejarlo pasar y seguir sin actuar.
Teniendo en cuenta que sois dos –cada una tendrá sus tiempos, su visión, sus preferencias…–, ¿cómo os organizáis a la hora de crear? ¿Os resultó difícil al principio, o desde los inicios trabajabais bien juntas? ¿Qué es lo mejor de la otra a la hora de trabajar?
Son tantos años trabajando juntas que ya no nos cuesta nada el proceso de creación. Es muy natural. Nos conocemos, sabemos qué domina cada una y respetamos nuestro espacio. El momento crítico es el planteamiento. Sentarnos y decidir lo que queremos hacer. Buscar referencias, información, etc. Una vez tomadas esas decisiones –y teniendo montones de libros y artículos por leer por delante–, empieza lo bueno. Una de las cosas más interesantes del proceso es todo lo que aprendemos, no solo a nivel técnico sino también teórico, durante el proceso.
Hemos trabajado muy bien juntas desde siempre. Tenemos el carácter muy diferente, pero son muy compatibles a la hora de trabajar y compartir tiempo. Lo mejor de Jessica es que es una persona muy talentosa y exigente, siempre quiere aprender y mejorar; Carla tiene mucha fuerza, es decisiva y tiene una pasión infinita por las cosas.
Además de compañeras en Crajes y en Reinas y Repollos, sois también pareja. ¿Cómo se compagina todo? ¿Es difícil dejar de hablar de trabajo?
Creo que nunca dejamos de hablar de trabajo (risas). Siempre estamos maquinando cosas, debatiendo, pensando movidas… Forma parte de lo que somos. Pero también disfrutamos mucho de videojuegos, pasear por la playa, pelis, libros, etc. Nuestra vida es a la vez nuestro trabajo. Tenemos la suerte de trabajar de algo que nos gusta mucho y nos permite ser creativas. Cuando nos ponemos a trabajar y nos concentramos, es como estar solas porque nos metemos en otro universo, uno propio. La música ayuda mucho también.
El mural en Recién pintado, el activismo a través de redes sociales, seguir con la producción artística… Tenéis muchos frentes abiertos, pero, ¿cuáles son vuestros objetivos más inmediatos? ¿Algún mensaje que queráis lanzar para terminar?
Estamos muy centradas en el activismo, en la lucha por la liberación animal y en otras luchas sociales. Y esa lucha la enfocamos en lo que mejor se nos da, que es crear. A finales del año pasado, sacamos nuestro primer libro, No matarás. Y, este año, tenemos proyectos planteados muy interesantes. Acabamos de lanzar un nuevo canal de divulgación dentro de Reinas y Repollos que hemos llamado Chicas tristes e irá acompañado de un podcast mensual. Tenemos en mente cosillas para Crajes (estamos explorando cosillas de arte digital y más colaborativo) y seguir dándole caña a nuestra tienda online, RebellumStore, muy enfocada al artivismo y a la lucha contra el cambio climático. En fin, un montón de cosas.
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© Clara Antón