Pero Catalina no solo es conocida por sus dibujos crudos, divertidos y algo abstractos, también hace política y feminismo: “Me gusta pensar que mi trabajo rompe las expectativas de las personas, específicamente de los hombres”, nos cuenta. Y es que en un entorno tan duro para las disciplinas creativas, especialmente para las mujeres, la ilustradora se ha posicionado con un prolífico portafolio y como una inspiración para quienes buscan seguir sus pasos, los de producir por amor al arte y sin temer el peso de las expectativas de quienes la rodean.