Mientras recibe multitud de halagos y reconocimiento por el trabajo hecho –como el de la Academia del Cine, que le ha valido la nominación a los Premios Goya–, Carlos Violadé nos cuenta algunos de los detalles de su último cortometraje, que siempre tuvo un objetivo claro: “Mostrar una mirada limpia de juicios, desde la absoluta dignidad del inmigrante y desde la humanidad que nos conecta a todas las personas, independientemente de la nacionalidad, etnia o creencia”.