Es diseñador, periodista, asesor y fotógrafo. Después de más de cuatro décadas inmortalizando recuerdos, el polifacético Carlos Puig Padilla nos muestra su trabajo más experimental en una situación poco convencional: el hotel Majestic de Barcelona. En pleno paseo de Gracia, y durante los meses de julio y agosto, el artista nos transporta de forma caleidoscópica a cinco ciudades que han marcado un antes y un después en su vida con la exposición Being Psicodelic. Sin embargo, Barcelona, su ciudad natal, es la musa predilecta del fotógrafo y la describe como insólita y canalla.
¿Cómo surgió la idea de hacer una exposición sobre tus ciudades favoritas?
De hecho, más que una exposición sobre mis ciudades favoritas, es un viaje visual alrededor de una idea. Intento proyectar una nueva visión de las ciudades y de los momentos que más he disfrutado en ellas. Imaginar que el placer del momento con mis fotografías duplicadas sea más duradero. Es un nuevo espejismo, y un proyecto que quiero que dé la vuelta al mundo.
La exposición Beingpsicodelic incluye fotografías de cinco ciudades: Barcelona, París, Madrid, Lisboa y Salvador de Bahía. ¿Por qué estas cinco y no otras?
Podían haber sido otras. Concretamente, estas son ciudades que forman parte de mi vida y, por una razón u otra, últimamente me encuentro en sus calles paseando, trabajando, disfrutando o, simplemente, fotografiándolas. Existen muchas más, pero en los dos últimos años estos han sido mis destinos preferidos. De hecho, me gustaría hacer una exposición en cada una de ellas.
¿Podrías describir cada ciudad con tres adjetivos?
Barcelona: insólita, secreta y canalla.
París: inolvidable, sexual y mágica.
Lisboa: nocturna, histórica y secreta.
Salvador de Bahía: antigua, espontánea y atlántica.
Madrid: incombustible, pecaminosa y adorada.
Cuatro de las cinco ciudades son del viejo continente. ¿A qué se debe?
A una simple coincidencia. Ni pensé en los descubridores, ni en el nuevo continente, ni en nada más... Pensé en mis viajes y dónde había repartido felicidad.
Salvador de Bahía es la única ciudad no europea. ¿Qué tiene de especial?
Su olor a pasado, la sonrisa de sus habitantes y la capacidad de sus calles para que uno se pierda.
Podemos ver que te encantan estas ciudades, pero, ¿hay alguna a la que desees viajar y que todavía no hayas visto? ¿Cuál y por qué?
Hay muchas ciudades en las que estuve y su luz, durante mi estancia, no me dejó capturar lo que imaginaba. Ganas de volver al Cairo, de caminar de nuevo en Hong Kong y de descubrir Sydney y Buenos Aires. Tengo muchas ganas de Argentina, pero me retengo hace años. Tengo miedo de no volver nunca más. Atracción fatal... (Risas).
¿Por qué expones en el Majestic y no en una galería de arte o centro cultural? ¿Qué diferencias hay?
Tenía ganas de exponer mi trabajo en un lugar diferente. Mostrar mi obra a los habitantes de la Ciudad Condal. Los ventanales del Hotel Majestic son para mí una zona de paso inmejorable de la ciudad. Hace tiempo imaginé mis fotografías al alcance de todos, tal y como están hasta el 31 de agosto en el hotel. Todo un sueño como emplazamiento.
Además de fotógrafo, tienes una formación pluridisciplinar en el mundo de la moda (diseñador, periodista, fashion consultant). ¿Por qué te gusta tanto? ¿Qué te aporta?
Mi formación durante más de 30 años ha transcurrido en el mundo de la moda, pero la cámara fotográfica me ha acompañado a lo largo de toda de mi vida. Llevo congelando el tiempo y los instantes con mi cámara desde hace más de cuatro décadas. La moda me encanta, de hecho sigo dando clases en una escuela de moda, pero mi pasión, desde siempre, ha sido la fotografía. Me gusta estar solo, y con la fotografía me siento tremendamente acompañado.
Has trabajado en distintos roles dentro del mundo de la moda. ¿Cuál ha sido el que más te ha gustado y por qué?
No me gusta escoger. Me conformo con todo. He sido feliz en cada una de las profesiones que he podido ejercer. No sabría deciros…
Robert Mapplethorpe tenía a Patti Smith, David Lachapelle tiene a Amanda Lepore y Mario Testino a Kate Moss. ¿Tienes tú alguna musa?
Desde siempre, por lejos que estuviera, siempre la tengo presente: Barcelona. Su pasado en mi piel, el despertar de mis ojos y tantas otras emociones siempre me remiten a mi ciudad natal. París me mata, pero Barcelona me sigue enamorando siempre. Soy un incondicional.
Si tuvieras que elegir entre una de tus profesiones, ¿cuál sería y por qué?
Creo que, antes de cumplir 50 años, ya he escogido la fotografía. Tengo ganas de ver más, de cambiar y de evolucionar, y con ella sé que poco a poco lo conseguiré.
Como vemos, eres una persona que no para quieta. ¿Tienes ya en mente la siguiente exposición o proyecto?
Tengo muchas ganas de Lisboapsicodelic, Madridpsicodelic, Hongkongpsicodelic, Abudabipsicodelic… Ganas de repetir, con mis imágenes, la luz de esas ciudades. Espero que sean las primeras de una lista interminable. Muchas ganas de luces diferentes y de nuevos viajes llenos de sorpresas.
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