“A mí la memoria familiar es algo que me preocupa mucho porque, al final, mis padres murieron cuando yo era muy pequeña, y hay toda una parte de mi historia que yo no voy a saber nunca (…) Es algo que reivindico mucho y que quiero que a mi hijo no le pase, en la medida que sea posible. De ahí esa necesidad que tengo de hacer películas y de dejar esa especie de legado familiar para él”, nos cuenta Carla Simón. Sin duda, la pérdida es un tema clave en su obra, y en el caso de su último film, el título viene de un municipio de Cataluña, situado en Lleida. Ahí, sus tíos cultivan melocotones tras heredar las tierras de su abuelo. A pesar de que la película narre una historia ficticia, está muy conectada con la historia de su familia, de hecho, nace de juntar los recuerdos de su infancia y también los de
Arnau Vilaró, el coguionista de la película.
Simón la define como “un drama sobre las perpetuas tensiones generacionales, la superación de antiguas tradiciones y la importancia de la unidad familiar en tiempos de crisis”. Charlamos con Carla Simón sobre el proceso de creación de
Alcarràs, dirigir con actores no profesionales, su cortometraje
Carta a mi madre para mi hijo con Miu Miu, y la falta de educación sobre referentes femeninas en el cine.