Para algunos, la vida está compuesta a base de detalles. Pequeños fragmentos de cotidianidad que se complementan unos a otros; simples, íntimos, profundos o superficiales. Hablamos con Carla Pérez Vas, joven amante de los detalles y de la fotografía, con motivo de la publicación de su primer fanzine (de la mano de la editorial Terranova), I saw three different moons tonight: pedacitos de vida en forma de instantáneas.
Alguien que duda al andar pero que anda. Como puede, pero anda. Siempre. Hoy soy lo que quiero ser ahora. Hago lo que me gusta e intento hacerlo el máximo de horas y días posibles. Porque es lo único que me salva de mí misma y de todo lo que odio y me enfada.
I saw three different moons tonight es lo primero que le escribí a alguien especial al aterrizar en Barcelona de nuevo esta primavera, después de la gira con Mourn por Estados Unidos. Hace referencia a todo lo que viví esas dos semanas, y sobre todo a Julian, con el que he conversado sobre su luna y la mía durante muchas horas.
Es un gran placer viajar constantemente con el grupo, poder fijarme en mil y un detalles de los lugares que visitamos. Sale de forma natural, grabamos vídeos, hacemos cancioncillas con voces y siempre estoy yo con la cámara para capturar dónde estamos. Sí que es verdad que la idea de hacer un cuaderno/fanzine siempre me la he planteado, pero fue al revelar los primeros carretes en San Diego cuando decidí escribir a Luís Cerveró.
T H E M fue mucho antes del viaje a Estados Unidos: constaba de unos retratos que hice a músicos y artistas que admiro; First jet lag fue una colaboración con Impossible Project de Barcelona que me dio la oportunidad de tirar con mi Polaroid por las dos costas. Es un placer, al fin, poder trabajar en formato papel. Creía que era necesario publicar algo de ese viaje que, al fin y al cabo, fue muy importante para muchas personas.
Solía pensar que sí, que de alguna manera me sentía atraída por épocas anteriores, pero siempre he sido de obsesiones. Me obsesiono con algo, lo exprimo, intento aprender y luego me canso. Me pasa muchísimo con la música, con el arte… Con la fotografía mucho menos, pero sí que es verdad que hay cosas que hace un tiempo no aguantaba y que ahora me gustan. Definitivamente, me encanta haber nacido en esta época, hay mil cosas por hacer que aún no se han hecho. Todo está por empezar.
Creo que debo fotografiar algo que me atraiga, de la manera que sea y por placer propio. La realidad es algo que creo que no podría fotografiar. El ojo a través del visor es un mentiroso. Lo que más me atrae es crear la fotografía. Plantarme delante y observar detenidamente lo que estoy viendo para poder cambiarlo o adaptarlo a mi ojo.
La conexión. Con la persona y el lugar. Son momentos en los que te gustaría quedarte fijada. Supongo que uso el recurso fácil de decir que quiero capturarlo para que no se vaya nunca de mi memoria. Creo que lo que enseño de mí es algo sincero sobre quién y cómo soy. Si fotografías a alguien desnudo o vestido, o fotografías escenas extremas o simples, lo haces sabiendo que eso en algún momento u otro lo vas a querer enseñar. No creo en el crear y no sentir la necesidad de que otros ojos vean eso que has hecho con tanto amor.
Siempre me ha gustado escribir pensamientos, ideas que salen directamente de mi cabeza y pasan por mi mano. Pero nunca me lo he tomado en serio. Tengo un fanzine de textos muy cortos a modo de evasión que llevo escribiendo desde 2011 a punto de imprimir.
Nosotros no somos para nada gente triste. Pero me entristecen muchísimas cosas, desgraciadamente. Soy alguien que se emociona fácilmente y a quien le gusta teatralizar y exagerar tanto lo bueno como lo malo. Supongo que es porque, si no, todo sería demasiado aburrido y fácil, ¿no?
Sin duda, a esta polaroid de Andy Warhol. Caos, elegancia y rojo.