Ahora pone rumbo a Nueva York para trabajar junto a Eva Karabudak, aka Eva Krbdk, una de las mejores embajadoras del microrealismo a nivel mundial, a la vez que reconoce que la escena del tatuaje en España ha cambiado radicalmente. “Hoy es un signo de identidad y casi de prestigio”, añade. Y es que, además de haberle permitido conocer a personas maravillosas que han trascendido lo profesional llegando a marcar su vida, el tatuaje la ha obligado a confiar más en sí misma. “Siempre me han dicho que me dedique a lo que me haga feliz”, comenta en relación al apoyo incondicional de sus padres.