Fotógrafa y realizadora, Camila Falquez, es una de esas profesionales que no pasan nunca desapercibidas. Experta en street style y mano derecha del fotógrafo Scott Schuman, nos confiesa que trabajar con él es un máster impagable. Define su estilo como femenino, íntimo, delicado y algo surrealista y, afirma, que lo que más le interesa a la hora de hacer una foto es la verdad de la persona, no su envoltorio. Ha trabajado para marcas como H&M y Nice Things, así como en proyectos para revistas como Harper’s Bazaar y Esquire. Para Camila Falquez, con la fotografía y el vídeo todo es posible.
¿Quién es Camila Falquez? Cuéntanos un poco.
Nací en México DF hace 25 años, mis padres son colombianos, pero pisamos España hace casi 23 años. Me gusta dármelas de latina y exótica, pero la realidad es que soy casi igual de española que la siesta y la paella. Hago fotos y vídeos, y creo que por eso me estás entrevistando, ¿no? (risas).
¿Cómo y cuándo empezaste a disparar? ¿Y a grabar?
Si te soy sincera, no recuerdo la primera vez que cogí una cámara. Lo que sí recuerdo perfectamente es la primera vez que recogí un carrete que había disparado con una Canon comprada en los Encantes. Me quedé en Fotoprix parada mirando al ordenador. ¡Me parecía imposible que esas fotos las hubiese hecho yo! También sé que primero fueron las fotos y después llegó el vídeo.
En tu opinión, ¿qué requisito básico se necesita para ser un buen fotógrafo?
No se en qué momento uno se convierte en fotógrafo como tal, es algo que pienso mucho. Hoy en día todos hacemos fotos. Todos tenemos un teléfono o una cámara digital y nos pasamos el día haciendo fotos y compartiéndolas. Así que, ¿qué diferencia hay entre un fotógrafo profesional del resto de miles de fotógrafos amateurs del mundo? ¿Cuál es la línea que los separa? En mi opinión, la diferencia entre el fotógrafo de oficio y el fotógrafo de iPhone (por ponerle un nombre), es la capacidad de enseñarse a sí mismo en su fotografía. En otras palabras, la capacidad de plasmar su punto de vista, su mensaje, su personalidad, en una fotografía. El fotógrafo de iPhone y el fotógrafo profesional tienen la misma realidad delante, pero habrá una de las dos fotografías que te hará entender algo más sobre el mundo que no aparece necesariamente en los objetos que componen la imagen.
¿Cómo definirías tu estilo? ¿Qué es aquello que caracteriza a tu trabajo?
Definir el estilo de uno mismo es un ejercicio de introspección que cuesta muchísimo hacer. A veces, cuando estoy haciendo una foto pienso: “¿Por qué quieres hacer esta foto?”, y en ese momento, no tengo respuesta. Sabes que ése es el momento, que ésa es la foto que quieres, pero no sabes darle palabras al por qué. Cuando pasan los meses y dejo de ver una determinada foto un tiempo, me convierto en una espectadora más y, es entonces, cuando esa foto me impacta como te impactaría a ti. En ese momento, como espectadora (no desde la introspección) soy capaz de ponerle algunos adjetivos a mi estilo. Femenino, íntimo, delicado y algo surrealista. Pero vaya, todo puede cambiar.
¿Crees que el arte fotográfico y audiovisual puede madurar? Es decir, ¿crees ver más ahora que cuando cogiste una cámara por primera vez? ¿Se educa al ojo con el tiempo?
Absolutamente. Creo que no solo yo estoy madurando como fotógrafa y realizadora, si no que el mundo de la comunicación también lo esta haciendo paralelamente. Desde que cogí la cámara por primera vez hasta hoy, mi ojo ha cambiado de la misma forma que lo ha hecho el lenguaje audiovisual. Hoy en día veo muchas más cosas que quiero fotografiar y, a la vez, existen nuevas y más plataformas para enseñar mis fotografías. Creo, sinceramente, que estamos en un momento de cambio histórico fascinante.
¿Qué es para ti una buena fotografía?
Una foto que me haga quedarme quieta delante de ella durante un lapso de tiempo indefinido. No importa el tipo de fotografía que sea mientras me impacte de alguna forma.
Experta en street style y mano derecha de Scott Schuman de The Sartorialist, ¿qué es lo que más te llama la atención a la hora de fotografiar a alguien? ¿Qué es lo que más valoras?
La verdad es que escoger a una persona por la calle para hacerle una foto es un acto casi inconsciente. No sabes por qué pero esa persona destaca por encima de todas las demás. Puede ser su ropa, pero muchas veces, puede ser su cara, sus gestos, su mirada, el color de su piel, su pelo o la forma en que se ata la bufanda. Todo vale.
¿Cómo empezaste a trabajar con Scott Schuman? ¿Cómo es trabajar con uno de los grandes?
Esta respuesta puede alargarse un poco. ¿Tienes tiempo? (risas). Hace ya como cinco años, Scott vino a Barcelona a firmar su libro. Yo no sabía bien quien era, pero ya se sabe que en este país solo hace falta que te den un pica-pica y una copa de vino gratis para que decidas sacar a pasear tus mejores galas y te pases la tarde jugando a los “cocktails”. Así que fui a la firma de libros y me acerqué a saludarle, su primera y casi única frase fue: “I love this jacket –era una chupa tejana de mi padre. Can I take a picture of you?” Y así fue, salimos a la calle y me hizo una foto preciosa. (¡Tan preciosa que no parezco ni yo!). A partir de entonces, me empezó a llamar cada vez que venía a España para hacer fotos y fue así como llegué a conocerle más y a hacerme amiga suya. Cuando acabé la carrera decidí irme a Nueva York a hacer un curso de cine de unos meses y le escribí un mensaje diciéndole que estaba ahí, que era fotógrafa (bueno, que quería serlo) y le pregunté si necesitaba ayuda. Para mi sorpresa su respuesta fue “Sure! Come by the studio, I have some things you can help me with”. De eso hace ya casi tres años. Ha sido un proceso muy largo. He pasado de recogerle las camisas en la tintorería a ser la principal fotógrafa de la web. Así que, ¿cómo es trabajar para él? Un máster impagable.
Sobre fotografía street style, ¿hasta que punto es realmente espontánea una imagen? ¿Crees que la esencia de este tipo de fotografía se está perdiendo un poco?
Hoy en día el mundo del street style es un verdadero circo. Me gustaría hacer una división entre lo que hacemos en The Sartorialist y lo que hacen el resto de “street style blogs”. La diferencia es muy clara: la razón. Te cuento, lo que Scott y yo hacemos es muy diferente de lo que hacen los demás blogs por lo que te he dicho antes, porque para nosotros todo vale. Cualquier persona puede tener un encanto que nos haga querer hacerle una foto. El “enamoramiento” puede ser por cualquier motivo, seas quien seas y seas de donde seas. Interesa la verdad de esa persona, no su envoltorio. El problema ha aparecido cuando después del boom que supuso The Sartorialist, aparecieron más y más blogs de street style que malinterpretaron la razón por la que Scott lo hacía, y prostituyeron el género. Para entenderlo mejor, te recomiendo que, con una bolsa de palomitas, te sientes una mañana en la puerta de algún desfile importante. El espectáculo es realmente surrealista.
Hemos visto que muchos describen tus obras como “representaciones de la realidad vividas como un sueño”, ¿es ese el objetivo al que quieres llegar cuando disparas o grabas algo? ¿Qué intentas transmitir normalmente?
La verdad es que nunca me lo había planteado así, pero me encanta esa definición. Siempre he sido una persona con tendencia al surrealismo. Cuando era pequeña, pintaba todas las paredes de mi habitación de colores y me disfrazaba a la primera de cambio. Mi madre es artista y desde que tengo uso de razón, lo que mas se valoraba en mi casa era la imaginación. Me encanta pensar que ahora mis fotos son la forma que mi cuerpo ha encontrado de seguir siendo esa niña despeinada y con las manos siempre llenas de pintura y purpurina que fui.
Dicen que, como sucede con los libros, inventamos las ficciones para poder vivir (de alguna manera) las muchas vidas que quisiéramos tener. ¿Te permite la fotografía y el vídeo crear esas ficciones? ¿Cuáles crees que son los límites? (si los hay)
Sin duda, y creo que por eso este medio me encaja tan bien. Cuando descubrí que la fotografía puede ayudarte a representar lo que quieras, decidí que era esto lo que quería hacer. Me crucé hace no mucho con un libro de Tim Walker, y aunque no es mi estilo, me inspiró hasta el infinito porque en él vi claro que en la fotografía (y el vídeo), todo es posible.
Has trabajado para revistas como Harper’s Bazaar, Esquire… y marcas como Nice Things, H&M y Fred Perry, entre otras. ¿Qué es lo que mas destacarías como aportación profesional o aprendizaje a la hora de trabajar en estos grandes proyectos?
Yo no estudié fotografía (esa es otra historia), así que, no hay una sola cosa que destacaría como aprendizaje de todos estos proyectos, ¡hay muchísimas!. He ido aprendiendo a medida que se me han presentado las oportunidades. En este sentido, hacer vídeos me ha ayudado mucho. Hacer el making of de sesiones de fotógrafos a los que admiro es una de las cosas que más me ha enseñado en mi vida. Pero también he aprendido sobre la industria, que es fundamental: tratar a clientes, tratar mis ideas, trabajar con un tiempo límite, y un larguísimo etcétera. Hay un abismo entre hacer fotos bonitas para ti y hacer fotos bonitas para alguien (y que te paguen por ello). Y sigo intentando entenderlo.
Si tuvieras que escoger, ¿fotografía o vídeo?
Últimamente fotografía, pero me va a días (risas).
De todos los proyectos que has realizado, ¿con cuál te has divertido más?
Mi proyecto favorito, sin duda, es mi serie de retratos La Personne. Llevo haciéndolo desde hace dos o tres años y es un proyecto que espero seguir haciendo. Es un proyecto que no me propongo hacer, que pasa a medida que voy caminando por las diferente ciudades por las que viajo y cada vez que revelo un carrete que tiene retratos, soy la persona más feliz del mundo. Pronto haré una exposición de mis retratos favoritos, ¡estáis todos invitados!
¿Cuáles son tus máximos referentes artísticos?
Cada vez que me lo preguntan sufro un poco porque nunca sé qué contestar. Hoy en día estamos expuestos a tanta información artística y tenemos un acceso tan directo al mundo entero que hacer una lista me parece injusto. Pero sí tengo que decirte cuatro nombres (por poner un numero) te diría: Sophie Calle, por su capacidad multidisciplinar y su capacidad de transmitir ideas; Frida Khalo, por su amor a su tierra (la misma que la mía), por su fuerza como mujer y por saber trasmitirlo todo en la forma de un surrealismo muy personal; Woody Allen, porque un día escribió Annie Hall, y finalmente, mi madre, porque a través de ella he descubierto mi propia capacidad creativa.
¿Algo que te encantaría hacer y aún no has hecho a nivel artístico?
Una película.
¿Hacía dónde crees que va encaminada la fotografía de moda actualmente?
Creo que la fotografía de moda está en el mayor auge de su historia. No soy una fanática de la moda, pero sí he encontrado en ella una salida profesional que me permite expresarme. Y como yo, muchísimo fotógrafos más. A medida que crece la industria (que es a pasos de gigante), aparecen más y más fotógrafos, estilos, revistas y lenguajes. Es verdad que hoy en día va todo muy por modas, que parece que toda la fotografía de moda vaya en una misma dirección, pero si te fijas bien, si prestas atención, en el espacio que hay entre editorial y editorial, hay verdaderos artistas.
Y por último, ¿hacía dónde evoluciona la obra de Camila Falquez?
Si lo supiese, perdería la gracia, ¿no? (risas).
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