“Dime que comes y te diré quien eres”, recurro al refranero popular para escribir sobre Café Kafka, un bistró barcelonés que recoge gastronomía y sabiduría de alrededor del mundo. Dirigido a todos aquellos a los que les importa comer un producto fresco, local y de mercado. Hablamos con Gaby, directora de comunicación de Café Kafka. Ella se encarga de cuidar los detalles, los que marcan la diferencia, y con Fernando Poveda, el chef, quien lleva el timón en la cocina.
¿Qué filosofía o mensaje queréis transmitir a vuestros clientes?
Lo que queremos es un espacio donde la gente se sienta a gusto, que se puedan juntar y sentirse como en el sofá de su casa. No pretendemos ser el restaurante más “cool” ni el de la “mejor cocina” ni el del “mejor servicio” sino aúnar estos tres conceptos clave para un restaurante entendido como bueno y conseguir que la gente nos sienta como una experiencia. Nosotros cuidamos al cliente al máximo para poder brindarle ese espacio confortable que busca.
¿Cuál es vuestra historia con el mundo de la gastronomía?
El propietario es un amante incondicional de la cocina, y cuando se presentó la oportunidad de coger este café ya existente, nos lanzamos a la piscina sin pensarlo. Durante seis meses se hicieron obras y reformas interiores, se cambió todo menos el nombre, era arriesgado, pero ya sabéis hay que hacer caso a las cosas del corazón. Al propietario le encanta la comida y cocinar, como ya he dicho, y tenía muy claro qué tipo de platos quería realizar, qué tipo de productos quería usar... Aparte de carne, pescado y ensaladas, también tenemos una selección de pastas artesanales con cuatro salsas que hacemos nosotros. Últimamente hemos añadido una pincelada oriental a algunos platos que ya teníamos.
¿En qué os basasteis a la hora de hacer la carta?
El concepto de bistro estaba muy claro desde un principio, así que elegimos productos frescos con los que trabajaríamos normalmente y a partir de ahí hicimos la carta. Queríamos platos poco hechos y fáciles de hacer. Cada mes se pueden encontrar platos nuevos en la carta. También vamos cada semana al mercado, y si vemos un producto que nos gusta, lo compramos y lo añadimos a la hoja de sugerencias.
Acláranos el toque oriental que habéis añadido...
No es que hayamos añadido platos orientales, sino mas bien nos hemos inspirado en estos platos para recrear los nuestros. Hemos cogido nuestras carnes, pescados y les hemos añadido salsas orientales. Con la extensión de carta que tenemos, este toque oriental nos viene bien para dar frescura y variedad al menú. No tenemos palillos, ni fideos, es pura inspiración para mejorar nuestra carta.
¿Cuál es el plato estrella de Café Kafka?
Sin duda los tártars. Por su materia prima y elaboración. El que más sale es el de ternera, no tenemos máquina, lo cortamos a cuchillo, y si alguien no se lo cree, lo entro a la cocina para que lo vea. Lo servimos en una bandeja ya hecho a gusto del cliente, más o menos picante, con rúcula, patatas paja y con una salsa especial de la casa que está inspirada en las salsas de varios lugares que nos gustan mucho.
¿Te atreverías con algún maridaje?
Sin ser muy atrevido, me atrevo con el caldoso de bogavante y un vino blanco verdejo que tenemos. Mucha gente que viene los domingos viene solo por eso.
¿En qué crees que os diferenciáis de los otros restaurantes de vuestro estilo?
Creo que la diferencia reside en que siempre servimos una gran variedad de producto fresco, y eso se nota. También escuchamos y tenemos muy en cuenta la opinión de nuestros clientes. Si sugieren añadir algún plato o cambiarlo, se tiene en cuenta. Además, siempre aportamos a la carta ideas obtenidas de diferentes partes del mundo. En el menú también hay la opción de pedir “Los Caprichos”, que pueden ser productos más selectos, como por ejemplo el caviar, del que tenemos tres clases diferentes, o bien de producto de mercado que han encontrado interesante ese día y lo añaden a “Caprichos del día”.
¿Tenéis algún plan futuro para Café Kafka?
De hecho sí. Estamos mirando de coger el local de al lado para poder realizar eventos o tener un bar más privado, incluso hacer cenas pop-up. Aún estamos decidiendo, pero esperamos podérnoslo quedar y hacer algo “by Kafka”.
Para terminar, ¿por qué debería venir la gente a Café Kafka?
Porque venir a Kafka es una experiencia, y no lo decimos solo nosotros. Estamos abiertos hasta las 3 de la mañana, tenemos buena música, geniales cocteles, un ambiente muy acogedor y una muy buena variedad de platos.
Y aquí termino yo. Sinceramente, la atmósfera que se respira es totalmente la que Gaby y Fernando nos dicen. Un sitio cosmopolita y muy agradable. Un placer.
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