Hay vida más allá del pabellón 14.1 de Ifema, enclave predilecto de la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid desde hace años en el que los desfiles se agolpan uno tras uno a un ritmo vertiginoso, restringiendo en ocasiones la libertad creativa de los diseñadores participantes. Las propuestas de Buj Studio, uno de los proyectos más interesantes del panorama actual definido por la aproximación de la arquitectura y la moda mediante la investigación material, están concebidas para sentirse, en una experiencia con vida propia resultado de la búsqueda incesante de nuevas soluciones y una hipnotizante perspectiva artística. Y su última colección, Nidos, presentada entrada la noche en los bajos del Edificio España, convierten al proyecto artístico en un imprescindible de la escena off de la capital.
“El ADN lo construimos juntas, y aunque Elena ya no me acompaña físicamente, lo hace de otras muchas maneras”, comenta la fundadora de Buj Studio, Raquel Buj, quien hace 5 años se lanzó a emprender de la mano de Elena Zapico un proyecto en el que aunaban su pasión por la moda y la arquitectura, Zap&Buj. Juntas se alzaron con el premio Samsung Ego Innovation Project y abrieron la puerta a una visión del textil hasta entonces inexplorada en nuestro país, construida sobre la sostenibilidad, la aniquilación de fronteras entre disciplinas artísticas y la creatividad más absoluta. Ahora, Buj Studio mira hacia delante manteniendo el espíritu innovador y rebelde con el que el tándem artístico revolucionó el paradigma en su momento.
Raquel no duda en reconocer la labor y profesionalidad de todos los miembros de su equipo, agentes responsables de aterrizar las ideas en diseños que no dejan a nadie indiferente. Un gesto que evidencia su humanidad y compromiso con la profesión que, lamentablemente, brilla por su ausencia en la industria. “Destacaría muchas cosas, una muy importante sin duda es la experiencia de toda la gente que he ido encontrando en el proceso y han ido formando parte del equipo en distintos momentos”, responde cuando le preguntamos por su última propuesta, Nidos, desvelada en una de las presentaciones más emotivas que se recuerdan en la pasarela madrileña. Pero, ¿cómo se mantiene una firma cuyas colecciones se desprenden de la perspectiva comercial? Lo descubrimos.
Raquel no duda en reconocer la labor y profesionalidad de todos los miembros de su equipo, agentes responsables de aterrizar las ideas en diseños que no dejan a nadie indiferente. Un gesto que evidencia su humanidad y compromiso con la profesión que, lamentablemente, brilla por su ausencia en la industria. “Destacaría muchas cosas, una muy importante sin duda es la experiencia de toda la gente que he ido encontrando en el proceso y han ido formando parte del equipo en distintos momentos”, responde cuando le preguntamos por su última propuesta, Nidos, desvelada en una de las presentaciones más emotivas que se recuerdan en la pasarela madrileña. Pero, ¿cómo se mantiene una firma cuyas colecciones se desprenden de la perspectiva comercial? Lo descubrimos.
Arte, arquitectura y moda confluyen en Buj Studio, un proyecto surgido de tu interés por distintas disciplinas creativas en el que materializas tus ideas a través de la experimentación y la innovación. ¿Cómo y cuándo nace el estudio? ¿Siempre tuviste claro que acabarías emprendiendo?
Desde siempre, aún trabajando como arquitecta, me ha interesado mucho el trabajo con las manos y las disciplinas artísticas. Realizando la tesis de fin de máster trabajé sobre la relación entre arquitectura y moda a nivel conceptual, y más adelante hice un curso de posgrado donde aprendí distintas técnicas para poder materializar estos conceptos. Sentí la necesidad de volver a trabajar más con las manos y menos con planos, experimentar con materiales y, a su vez, hilar mi historia de tal manera que tanto la arquitectura como la moda me acompañasen. Siempre he pensado en emprender, nunca he hecho otra cosa; primero como arquitecta codirigiendo mis propios estudios, y ahora desde un lugar más interdisciplinar.
El arte de la construcción y el diseño de moda guardan ciertas similitudes que, de saber aprovecharse, derivan en resultados tan sorprendentes como los realizados por ti y tu equipo. ¿De qué forma se complementan la arquitectura y el universo textil en tu imaginario?
Entiendo tanto la moda como la arquitectura como pieles o envolventes que rodean a nuestro cuerpo. Tenemos nuestra propia piel, pero también podemos pensar que la moda es la piel diseñada más cercana al cuerpo. En este sentido, tanto la moda como la arquitectura se aproximan conceptualmente. Podemos pensar la moda no solo a nivel estético, sino como una envolvente que, como la arquitectura, nos protege del entorno o establece distintas relaciones con el mismo.
Por otro lado, diluyendo el límite entre la arquitectura y la moda, podemos expandir la materialidad de ambos. Me interesa pensar la moda más allá de lo textil trabajando, por ejemplo, con materiales traídos de otras disciplinas y/o con herramientas de diseño y fabricación digital, acercando el límite entre lo duro de la arquitectura y lo blando de la moda.
Por otro lado, diluyendo el límite entre la arquitectura y la moda, podemos expandir la materialidad de ambos. Me interesa pensar la moda más allá de lo textil trabajando, por ejemplo, con materiales traídos de otras disciplinas y/o con herramientas de diseño y fabricación digital, acercando el límite entre lo duro de la arquitectura y lo blando de la moda.
La última vez que hablamos contigo, en septiembre de 2017 tras la presentación de Wall Dress –con la que te alzaste con el premio Samsung Ego Innovation Project 2017– en la semana de la moda madrileña, reconocías “querer pasar de un plano arquitectónico a un plano textil”. Por lo que entiendo que el particular imaginario que defiendes es el resultado de un profundo proceso de reflexión y prueba-error. ¿Sientes que has encontrado tu estilo? ¿Cómo lo definirías?
El proyecto Wall Dress sentaba una de las bases conceptuales de nuestro trabajo, queríamos hacerlo con rotundidad, que se entendiera ese paso de la arquitectura al cuerpo de manera literal. Esa relación arquitectura-moda se mantiene hoy en día como un pilar fuerte del estudio sobre el que ir creciendo y profundizando cada vez más en los conceptos, en la investigación con los materiales y en la relación con la naturaleza y el entorno. Considero que ha habido una progresión y una construcción con cada proyecto, así como una búsqueda de un modo de expresión propio.
El estilo de mi trabajo lo definiría como una continua búsqueda material y conceptual de nuevas relaciones entre arquitectura, moda y naturaleza. La base de mi trabajo es, sin duda, la investigación material.
El estilo de mi trabajo lo definiría como una continua búsqueda material y conceptual de nuevas relaciones entre arquitectura, moda y naturaleza. La base de mi trabajo es, sin duda, la investigación material.
Por aquel entonces y hasta 2019, eras cofundadora de Zap&Buj, firma en la que, junto a Elena Zapico, ya os atrevíais a presentar sobre la pasarela una propuesta radicalmente opuesta a la norma, y así os desvinculáis de la concepción comercial de la moda. ¿Cómo fue la primera respuesta a vuestro trabajo por parte del público y la crítica?
La respuesta a nuestro trabajo fue muy positiva. Sentimos buena acogida y mucho interés por parte del público y la crítica, pese a ser una propuesta como bien comentas muy fuera de la norma y del circuito. De alguna manera, la moda es una industria rápida pero, a su vez, abierta a recibir nuevas voces. Considero que el futuro de la moda ha de pasar por la búsqueda de nuevas soluciones que vayan de la mano de la tecnología, de la sostenibilidad y de nuevas propuestas materiales y conceptuales que apuesten por diferentes maneras de hacer moda.
Cómo ya has comentado en anteriores ocasiones, pese a no estar físicamente presente, Elena te acompaña energéticamente en los proyectos que ahora lideras en solitario. Y es que el ADN del proyecto, ahora bautizado como Buj Studio, lo construisteis conjuntamente. ¿Es Buj Studio una continuación de Zap&Buj, o un nuevo capítulo con una visión renovada de su esencia?
Sí, sin duda. Como bien dices, el ADN lo construimos juntas, y aunque Elena ya no me acompaña físicamente, lo hace de otras muchas maneras. Yo diría que Buj Studio mantiene la esencia de Zap&Buj, ya que ésta fue pensada por dos cabezas muy unidas, y esta esencia sigue muy cercana a mí y presente en mi día a día. Pero a su vez, hay un proceso de evolución y adaptación. Se trata de una mirada hacia adelante, una búsqueda profunda de respuestas y aprendizaje en la belleza de lo que a veces no vemos y nos rodea que he intentado materializar en mi nuevo trabajo junto a mi equipo.
Adentrémonos en tu última colección, Nidos, presentada en el marco de Mercedes-Benz Fashion Week Madrid. Una conmovedora presentación no dejó a nadie indiferente. ¿Estás satisfecha con el resultado? ¿Qué destacarías de la experiencia?
Estoy muy satisfecha con el resultado. Supuso un momento muy importante por exponer todo el intenso y largo trabajo realizado, y por la carga emocional que implicaba este proyecto en solitario. Destacaría muchas cosas, una muy importante sin duda es la experiencia de toda la gente que he ido encontrando en el proceso y ha ido formando parte del equipo en distintos momentos. En mucho casos y de manera más constante, hemos formado una especie de familia, como con Claudia Varela, Manuel Escurís o Petra Garajová. Todo ello con el apoyo constante de Carmen Granell.
Celebrado a última hora de la tarde en el estudio artístico multifuncional White Lab, en la céntrica Plaza de España, el desfile fue toda una experiencia. Y es da la sensación que gran parte de la moda nacional está anclada, en cierto sentido, en un modelo cíclico donde las prendas son las únicas protagonistas. ¿Qué aspectos tuviste en cuenta a la hora de planear la puesta en escena?
Quería aprovechar la libertad que te da el formato de presentación off para ir más allá y poder generar una atmósfera que comunicara la colección a nivel emocional aprovechando todos los detalles, pensándolo de manera muy cohesionada y apoyándome en grandes personas y profesionales. Los bajos del Edifico España, por ejemplo, con sus grandes pilares como árboles, el hormigón gris desnudo y el polvo de obra, nos trasladaba a ese nido en construcción. A su vez, funcionaba como fondo perfecto para mostrar las piezas de la colección.
El diseño de iluminación, concebido con Maxi Gilbert, generaba un ambiente similar a los claros en el bosque, con puntos de luz apareciendo y desapareciendo de manera orgánica. Una tela con las proyecciones de Pascal Schonlau y 11v151131_M06 nos adentraba en el universo material de la colección, detrás de la cual se encontraba Juan Borgognoni tocando en directo.
El diseño de iluminación, concebido con Maxi Gilbert, generaba un ambiente similar a los claros en el bosque, con puntos de luz apareciendo y desapareciendo de manera orgánica. Una tela con las proyecciones de Pascal Schonlau y 11v151131_M06 nos adentraba en el universo material de la colección, detrás de la cual se encontraba Juan Borgognoni tocando en directo.
¿Qué más nos puedes contar sobre el desfile?
La pieza musical, creada por Juan específicamente para este proyecto, recolectaba sonidos de pájaros y de edificios y nos guiaba con amor a través de las distintas fases de las aves. Las modelos no podían moverse como en un desfile convencional, teníamos que fijarnos en los movimientos de los pájaros. Laura Indigo diseñó para los modelos (además de su interpretación de inicio y cierre) una serie de movimientos que acompañaban cada una de estas fases sonoras y mostraban de una manera muy bella los distintos trajes. Con la peluquería de Yolanda Rodríguez y el maquillaje de María Lorain quisimos también ir un paso más allá generando un nido con el propio pelo y trabajando con los materiales sobre los rostros de las modelos, buscando esa estética entre humanos y no humanos.
La capacidad de adaptación al entorno demostrada por otras especies es la idea sobre la que se construye Nidos. Una colección de marcado carácter experimental definida por las texturas y la implementación tecnológica en la moda. Incluso uno de los looks parece albergar los componentes de una placa base. ¿Cuánto tiempo has dedicado a la propuesta, y cómo has superado los obstáculos que crear en mitad de una pandemia mundial supone?
Es un proyecto que se ha gestado durante más de un año, el concepto empezó meses antes de la crisis sanitaria y la producción durante la pandemia. Nos hemos ido adaptando a la situación según iba viniendo sin dejar de producir en ningún momento, haciendo la estructura más grande o muy pequeña si así se requería, ralentizando tiempos, lo que ha llevado también a una mayor reflexión.
Ha habido momentos de producción más pausada –pero constante– en la que estaba por ejemplo yo sola desmontando ordenadores reciclados en mi habitación, y otros en los que éramos varios en el taller y avanzábamos con distintos materiales a la vez. En ese sentido, ha sido un aprendizaje en cuanto a adaptación a tiempos y recursos. Me ha enseñado, por ejemplo, las posibilidades creativas y sostenibles de los materiales que tenemos en nuestras casas y que muchas veces pasamos por alto.
Ha habido momentos de producción más pausada –pero constante– en la que estaba por ejemplo yo sola desmontando ordenadores reciclados en mi habitación, y otros en los que éramos varios en el taller y avanzábamos con distintos materiales a la vez. En ese sentido, ha sido un aprendizaje en cuanto a adaptación a tiempos y recursos. Me ha enseñado, por ejemplo, las posibilidades creativas y sostenibles de los materiales que tenemos en nuestras casas y que muchas veces pasamos por alto.
¿Qué impresión te merece la moda española actual respecto a la de otros países? ¿Cuál es el principal problema que enfrenta?
En cierto modo, a la moda actual española le falta abrirse a otras miradas que no sean solo las que dicta el mercado, la industria o lo que llamamos moda comercial. Falta entenderse la moda desde una perspectiva artística, que nos permita una reflexión más profunda en la que podamos expandir los límites de la disciplina y explorar otros lugares desde el cuerpo. Falta pensar la moda desde la innovación, la investigación de materiales y tecnologías, ya que esto nos puede ofrecer nuevas maneras de hacerla más sostenible, más cercana a las necesidades humanas, algo que me parece imprescindible si queremos que la moda vaya hacia algún lugar. Considero que falta apoyo en este sentido por parte de la industria y las instituciones a los creadores que trabajan bajo esta visión, y me parece algo urgente e imprescindible.
Las firmas emergentes y los proyectos de moda independientes tienden a verse obligados a adaptar su trabajo a lo que el público demanda. Y en muchos casos, corren el riesgo de perder su identidad al traducir su imaginario al lenguaje comercial. ¿Cuál es vuestro modelo de negocio? ¿Vuestras prendas están a la venta?
Las piezas que desarrollamos lindan entre el arte, la moda y la investigación, se pueden adquirir como piezas muy especiales y, a su vez, tienen otro tipo recorrido que va desde exposiciones, eventos especiales, editoriales, conciertos... etc. Además realizamos encargos y colaboraciones para otros artistas, empresas y particulares que requieran de nuestros servicios. Por ejemplo, ahora mismo acabamos de terminar unas prendas y accesorios para una propuesta de una compañía que integra danza y tecnología y verá la luz este octubre. A su vez combinamos estas líneas de trabajo con la del conocimiento, impartiendo cursos, docencia, charlas y talleres.
Y además de estar trabajando en el desarrollo de la colección de la cápsula prêt-à-porter y la colaboración con la compañía de danza, ¿qué nos puedes adelantar acerca de tus próximos proyectos? ¿Os veremos desfilar próximamente?
Vamos a seguir estos meses con nuevos encargos particulares para artistas, propuestas que nacen desde el cuerpo y el trabajo con nuevos materiales. Presentaremos una colaboración muy especial fuera de España en octubre con una compañía de danza y tecnología. Están arrancando proyectos para seguir investigando con nuevos materiales y naturaleza y, sin duda, me gustaría experimentar con otros modos de presentación distintos al desfile de moda convencional. A su vez, estamos preparando una exposición para septiembre con algunas de nuestras piezas y materiales.